Más de veinte países en todo el mundo cuentan con leyes activas que prohíben el comunismo de diversas maneras, ya sea con vetos contra la propaganda comunista y la exhibición de los símbolos en medios de comunicación y espacios públicos, o contra la existencia de partidos que lo defiendan y aspiren a tomar el poder en sus naciones. Los infractores enfrentan desde multas hasta penas de dos a diez años de cárcel por intentar promover la ideología marxista-leninista en estos territorios.
Resolución del Parlamento Europeo contra el comunismo
Estas medidas se inscriben en un proceso de condena jurídica y moral del comunismo, respaldado en el territorio europeo por la "Resolución del Parlamento Europeo sobre la importancia de la memoria histórica europea para el futuro de Europa" (2019/2819 RSP), aprobada el 18 de septiembre de 2019.
En el documento, el organismo continental exhorta a sus estados miembros a "condenar los crímenes de los regímenes comunistas totalitarios" y a "prohibir sus símbolos en la esfera pública", subrayando que:
Los regímenes nazi y comunista cometieron asesinatos en masa, genocidios y deportaciones y fueron los causantes de una pérdida de vidas humanas y de libertad en el siglo XX a una escala hasta entonces nunca vista en la historia de la humanidad.
La Resolución señala además la gran responsabilidad que tiene el totalitarismo soviético (liderado por Stalin) en la devastación de la Segunda Guerra Mundial:
La Segunda Guerra Mundial, la guerra más devastadora de la historia de Europa, fue el resultado directo del infame Tratado de no Agresión nazi-soviético de 23 de agosto de 1939, también conocido como Pacto Molotov-Ribbentrop, y sus protocolos secretos, que permitieron a dos regímenes totalitarios, que compartían el objetivo de conquistar el mundo, repartirse Europa en dos zonas de influencia.
El Parlamento Europeo equipara ambos regímenes totalitarios, pero enfatiza en que sus crímenes no han sido igualmente juzgados, castigados por los tribunales del mundo:
Mientras que los crímenes del régimen nazi fueron evaluados y castigados gracias a los juicios de Núremberg, sigue existiendo la necesidad urgente de sensibilizar sobre los crímenes perpetrados por el estalinismo y otras dictaduras, evaluarlos moral y jurídicamente, y llevar a cabo investigaciones judiciales sobre ellos.
Desde entonces, varias legislaciones nacionales se han alineado con ese espíritu, no exento de polémicas. Pues para unos, la prohibición del comunismo representa un acto de justicia histórica; y para otros, implica el riesgo de que el antitotalitarismo se transforme en censura ideológica.
Europa del Este: leyes nacidas de la memoria
República Checa
El presidente Petr Pavel promulgó el 18 de julio de 2025 la "Ley sobre la ilegalidad del régimen comunista y la resistencia contra él", que criminaliza la propaganda comunista y prohíbe la utilización de símbolos comunistas. La norma castiga con hasta tres años de prisión la difusión o justificación pública del comunismo, equiparándola a la propaganda nazi.
El texto declara al antiguo Partido Comunista de Checoslovaquia como “organización criminal e ilegítima” y considera el comunismo una ideología “contraria a la libertad humana”. Pavel justificó la medida afirmando:
La democracia no puede ser neutral ante quienes la destruyeron.
Ucrania
En 2015, el Parlamento ucraniano aprobó la "Ley de Descomunización", que prohíbe símbolos comunistas y nazi-fascistas, ilegaliza el Partido Comunista de Ucrania y castiga con hasta diez años de prisión la negación de los crímenes soviéticos. Esta ley obligó a eliminar más de 50.000 símbolos soviéticos y a renombrar centenares de ciudades y calles.
Polonia
El artículo 256 del Código Penal polaco prohíbe la promoción de ideologías totalitarias, incluyendo el comunismo. Exhibir la hoz y el martillo o la estrella roja se sanciona con multas o hasta dos años de cárcel, salvo fines artísticos o científicos. Esta normativa se enmarca en las recomendaciones de la Resolución del Parlamento Europeo de:
Rechazar toda manifestación de ideologías totalitarias, como el nazismo y el estalinismo.
En junio de 2017, Polonia actualizó su legislación de "descomunización" para incluir el veto contra monumentos de propaganda soviética.
Rumanía
En su artículo 3, la Ley rumana 51/1991 considera como amenazas a la seguridad nacional:
Iniciar, organizar, cometer o apoyar de cualquier manera las acciones totalitarias o extremistas de un comunista, fascista, legionario o de cualquier otro tipo racista, antisemita, revisionista, de naturaleza separatista que puede poner en peligro de cualquier manera la unidad y la integridad territorial de Rumanía, e incitar a acciones que pueden poner en peligro el estado de derecho.
Estonia
El 30 de noviembre de 2006, el gobierno de Estonia firmó el proyecto de ley para prohibir la exhibición de símbolos soviéticos y nazis por motivos políticos en lugares públicos. El 24 de enero de 2007 fue aprobada en primera lectura por el parlamento. El proyecto de ley incluye entre esos símbolos las banderas, escudos de armas, otros atributos y consignas de la Unión Soviética, el Partido Comunista de la Unión Soviética, el Partido Nazi de Alemania y su organización conocida como las SS.
Lituania
Lituania prohibió los símbolos soviéticos y nazis en 2008, según el artículo 188.18 del Código de Delitos Administrativos, bajo la pena de multa. El artículo 5 de la "Ley de reuniones" prohíbe las reuniones con imágenes nazis y soviéticas. Estas leyes están vigentes desde 2015.
Letonia
En junio de 2013, el parlamento letón aprobó una prohibición de exhibir los símbolos soviéticos y nazis en todos los eventos públicos: banderas, himnos, uniformes, la svástica nazi y el martillo y la hoz soviéticos.
Bulgaria
Los legisladores búlgaros votaron el 24 de noviembre de 2016 para hacer ilegal la exhibición pública de símbolos comunistas. La ley, conocida como la "Naturaleza criminal del régimen comunista", estableció que se retiraran de los lugares públicos carteles y elementos creados durante el régimen comunista que glorifican al antiguo partido comunista y sus líderes. Y quedó prohibido todo intento por exhibir nueva propaganda en el espacio público.
Georgia y Eslovaquia
En Georgia, país natal de Stalin, la legislación de 2011 prohíbe la propaganda comunista y el uso de símbolos soviéticos con fines políticos. Las sanciones son multas y prisión de hasta dos años. En Eslovaquia, una reforma de 2021 penalizó la promoción del comunismo como ideología totalitaria, con penas de hasta tres años.
Moldavia
El Parlamento moldavo aprobó en 2012 la prohibición de los símbolos comunistas. Aunque el Tribunal Constitucional anuló la medida, esta fue restablecida en 2016 con modificaciones. La ley prevé multas o prisión para quienes exhiban el símbolo de la hoz y el martillo en público.
Asia: el comunismo como delito
Corea del Sur
La Ley vigente de Seguridad Nacional (aprobada en 1948) de Corea del Sur prohíbe la propaganda comunista y la simpatía hacia Corea del Norte. El artículo 7 del documento castiga con hasta siete años de cárcel la posesión o difusión de materiales comunistas.
Indonesia
Tras el golpe militar de 1965, Indonesia prohibió el Partido Comunista (PKI) y toda difusión del pensamiento marxista-leninista. Su Código Penal castiga con hasta quince años de prisión la propaganda o tenencia de símbolos comunistas.
Malasia
Desde 1989, tras el acuerdo de paz con la guerrilla marxista, el comunismo permanece prohibido en Malasia. La Ley de Seguridad Interna de la nación castiga con penas de cárcel cualquier intento de reactivar organizaciones comunistas.
Taiwán
Los símbolos comunistas y la ideología marxista-leninista están prohibidos en Taiwán desde mayo de 2020 después de la disolución del Partido Comunista Democrático de Taiwán.
África y América
Sudán
El Partido Comunista Sudanés está prohibido por la Ley de Seguridad Nacional. Difundir su ideología o pertenecer a sus redes puede acarrear hasta diez años de prisión.
Paraguay
El artículo 124 de la Constitución paraguaya (1992) prohíbe los partidos "totalitarios o que propugnen la violencia". Bajo esa interpretación, los movimientos comunistas no pueden registrarse legalmente, y la persistencia en este objetvo puede derivar en procesos penales por conspiración.
A la memoria de los 100 millones de muertos por el comunismo
El creciente rechazo legislativo al comunismo refleja no solo un esfuerzo por sanar las heridas de la historia, sino también una creciente preocupación por evitar que ideologías totalitarias ganen terreno en la política contemporánea.
Según texto claves del pensamiento anticomunista como El libro negro del comunismo, el número de víctimas civiles en el siglo XX ronda los 100 millones de muertos por ejecuciones masivas, hambrunas provocadas, deportaciones y trabajos forzados en campos de concentración como los gulags soviéticos. El editor de este volumen apunta en el prólogo:
Los regímenes comunistas, a fin de asentarse en el poder, erigieron el crimen en masa en un verdadero sistema de gobierno.
En el siglo XXI, muchos de los países socialistas (Cuba, Venezuela, Nicaragua) que abrazan al comunismo como principio, acumulan largos historiales de represión, crímenes, censura y exilio contra sus pueblos, demostrando una y otra vez que esta ideología solo engendra desastre y muerte. La reinstauración del comunismo como ideología de estado
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