"Este relato no va de mis madres y padres, este texto va de la maldición que vino a mí en octubre de 2014, cuando aquel padrino echó mano y sacó mi signo."
Un niño se queja de que le robaron su merienda. En la situación precaria de la isla, se trataría apenas de un pedazo de pan con algo. Pero, es su merienda.