El programa Con Filo, emitido por la televisión estatal cubana, es señalado recurrentemente por su uso de tácticas de desinformación para manipular la opinión pública cubana en favor de los intereses del Gobierno, pero esta no es una práctica casual ni accidental, sino aplicada de forma intencional e interesada contra los actores que cuestionan al poder.
Por este motivo realizamos una investigación donde analizamos a profundidad diez capítulos de Con Filo emitidos entre diciembre de 2023 y junio de 2024, en los cuales identificamos diversas herramientas de manipulación que apuntan a desacreditar a opositores, medios de comunicación independientes y actores críticos del régimen cubano.
En este estudio profundizamos en los recursos retóricos utilizados en el programa televisivo cubano y sus implicaciones basándonos en el modelo "PENSADO" , una adaptación realizada en lengua española por Cazadores de Fake News al modelo "SWAMPED", en el que EUvsDisinfo clasificó los siete principales recursos retóricos que utiliza la desinformación rusa: Provocación, Espantapájaros, Negación, Sarcasmo, Ataque, Desviación y Ofuscación.
Los recursos retóricos utilizados en Con Filo, aunque presentados como argumentos, son en realidad falacias, es decir, no están basados en un razonamiento lógico sólido. Son argumentos engañosos porque parecen lógicos a simple vista, pero carecen de validez cuando se examinan más a fondo.
Cuando Con Filo recurre a este tipo de argumentación falaz su objetivo no es promover un debate honesto ni llegar a una conclusión verdadera, sino desinformar y manipular al público. Las falacias analizadas en esta investigación buscan principalmente desacreditar a los opositores y reforzar una narrativa que favorece al Gobierno cubano.
Para analizar sistemáticamente estas técnicas de argumentación, procedimos a identificar las herramientas específicas utilizadas dentro de cada recurso retórico. Cada herramienta fue clasificada bajo uno de los siete recursos retóricos del modelo "PENSADO". Este enfoque nos permitió desglosar el discurso del programa y detectar cómo se utilizan estas falacias de manera recurrente para influir en la percepción pública y deslegitimar a los críticos del régimen.
Es importante señalar que el enfoque principal de esta investigación es cualitativo, no cuantitativo. Aunque pudimos contar las veces que se emplean ciertas herramientas o vicios argumentativos, lo esencial no es cuántas veces ocurren, sino cómo se combinan para crear una narrativa manipuladora, pues en muchos casos una misma argumentación puede hacer uso de varias falacias lógicas al mismo tiempo, lo que refuerza su impacto desinformativo. Por tanto, nuestra investigación se centra en entender el contexto y el propósito detrás del uso de estas falacias, más que en medir su frecuencia exacta.
Principales recursos retóricos que Con Filo utiliza para desinformar
Espantapájaros
En los diez episodios del programa Con Filo el recurso retórico que más se repitió fue el de "Espantapájaros", con un total de 33 casos, en los que los autores buscan distorsionar los argumentos de los opositores al régimen, crear enemigos imaginarios y sembrar confusión.
De acuerdo al modelo PENSADO, el recurso retórico del “Espantapájaros” está basado en el uso de la falacia del “hombre de paja”, es decir, en tergiversar el argumento original para construir una versión más débil o absurda que sea fácil de refutar, desviando así la atención del punto real en cuestión.
Para ello, la herramienta más aplicada por los autores del programa fue la de “falsa atribución”, hallada un total de 12 veces con la intención de desviar la atención del tema central que se aborda.
Un ejemplo de ello es el del episodio sobre las protestas en Santiago de Cuba, donde los presentadores atribuyen las manifestaciones a un plan de desestabilización de EEUU, desviando el foco de las causas reales, como la escasez y las políticas fallidas del Gobierno cubano.
De manera similar, cuando desde la sociedad civil, la oposición o la comunidad internacional critican al régimen por la represión o la falta de derechos, los presentadores del programa usan esta herramienta para desviar las acusaciones hacia un "mundo capitalista" abstracto, minimizando las quejas legítimas de la ciudadanía.
Otra herramienta muy repetida dentro de este recurso retórico es la de “distorsión del argumento del oponente” (8 veces), que se basa en presentar una versión falsa o exagerada del argumento de los críticos al Gobierno cubano.
En el episodio que aborda al medio independiente El Toque y la tasa de cambio informal en Cuba, los presentadores lo vinculan con actos terroristas y con una supuesta manipulación del mercado del dólar sin pruebas, creando una versión distorsionada de las intenciones del medio y difamando su labor informativa.
Igual número de veces (8) hallamos el uso de la herramienta de “creación de enemigos imaginarios” en los diez episodios analizados de Con Filo, pues los presentadores muestran a figuras de la oposición como agentes externos o terroristas sin aportar evidencias de ello.
Por ejemplo, en un capítulo sobre el Festival de Cine INSTAR, se asocia sin justificación a los organizadores con una lista de más de 60 presuntos terroristas publicada en diciembre de 2023 por el Gobierno cubano, creando un enemigo inexistente para justificar políticas autoritarias del régimen. Del mismo modo, los peloteros exiliados del equipo FEPCUBE (Federación Profesional Cubana de Béisbol) son presentados como personas que quieren dividir a la afición cubana, cuando en realidad buscan recuperar el derecho a representar a su país en eventos deportivos.
Otra herramienta muy repetida dentro de este recurso retórico fue la de “manipulación de las declaraciones de los opositores”, la cual consiste en manipular o exagerar las declaraciones de los activistas. En un episodio, los presentadores afirman que los activistas que piden una transición pacífica en Cuba en realidad desean un golpe militar, tergiversando su postura y presentando una amenaza exagerada.
Este fue uno de los recursos propagandísticos aplicado con mayor intensidad contra los integrantes del Movimiento San Isidro en el año 2021, a raíz de unas declaraciones sacadas de contexto del rapero Maykel Osorbo, a quien acusaban de promover una intervención militar extranjera.
Negación
La “Negación” es el otro recurso retórico favorito de los autores del programa televisivo cubano, pues en los diez episodios se utilizan herramientas asociadas a ello de forma reiterada para rechazar evidencias, deslegitimar fuentes críticas y manipular la percepción pública. En total, la detectamos en 24 ocasiones.
Una de las herramientas que más se repite en esta categoría es la “deslegitimación de las fuentes críticas/confiables”, la cual fue aplicada hasta en seis ocasiones con el propósito de desacreditar a figuras opositoras y medios de comunicación independientes. Por ejemplo, en el episodio en que se ataca a Martha Beatriz Roque, se ridiculiza su huelga de hambre de 2012, sugiriendo sin mostrar evidencias que fue falsa, a pesar de que no existen pruebas de que la opositora haya violado la protesta.
El “reduccionismo falaz”, también identificado en seis ocasiones, fue empleado para proyectar una imagen distorsionada de los opositores y los medios. En el caso de El Toque, el programa televisivo presenta testimonios vagos y fuentes dudosas para sugerir que sus informes son parte de una conspiración internacional, cuando en realidad no se ofrecen pruebas concretas para respaldar esas afirmaciones, con el objetivo de erosionar la credibilidad del medio independiente.
En cuatro ocasiones encontramos el uso de la herramienta de “rechazo de evidencias contundentes”, pues los autores del programa niegan pruebas presentadas por medios críticos o independientes, como es el caso de la negación de la metodología de El Toque para calcular la tasa de cambio del dólar en Cuba. A pesar de que el medio ha sido transparente sobre su metodología, en el programa lo acusan de manipulación sin ofrecer contrapruebas, rechazando así la evidencia presentada.
El programa también recurrió hasta en dos ocasiones a la herramienta de “inversión de la carga de la prueba”, donde acusó a los críticos del Gobierno sin ofrecer pruebas mientras exigió que los acusados demuestren su inocencia.
Un ejemplo de ello fue cuando acusaron a influencers cubanos de recibir pagos del Gobierno de Estados Unidos, pero no presentaron pruebas para respaldar la acusación, dejando implícito que la falta de una refutación es suficiente para considerarla cierta.
Provocación
El tercer recurso retórico que más se repitió en los episodios de Con Filo analizados es el de "Provocación", detectado en un total de 20 ocasiones, lo cual refleja una estrategia clara para manipular la percepción pública y desviar la atención de los problemas reales en Cuba.
En cinco ocasiones hallamos el uso de la herramienta “aplicación de la falacia cui bono”. Un ejemplo de ello es cuando los presentadores insinúan que quienes critican al régimen lo hacen porque se benefician económicamente de ello, sin proporcionar pruebas.
Otro caso claro es cuando sugieren que los peloteros exiliados del equipo FEPCUBE critican al Gobierno cubano para obtener beneficios económicos o fama, en lugar de abordar sus legítimas preocupaciones deportivas, con el propósito de hacer verlos como simples oportunistas.
La “presentación de falsos positivos”, detectada hasta en cuatro ocasiones, es una herramienta utilizada por los presentadores de Con Filo para sugerir que ciertos eventos o figuras opositoras están vinculadas a actividades nefastas como el terrorismo.
Un ejemplo es la acusación de que un ciudadano cubano que entró ilegalmente al país estaba involucrado en actividades terroristas, cuando en realidad podría haberse tratado de un caso de tráfico de personas, de acuerdo con la información publicada por Telemundo, pues el susodicho había sido investigado en EEUU por este delito, y los hechos en torno a su captura se ajustan más a ello que a un presunto atentado.
Sarcasmo
El recurso retórico de "Sarcasmo" también fue utilizado en los episodios analizados del programa, aunque en menor medida que los anteriores, pues solo lo identificamos en 11 ocasiones, siempre con el propósito de ridiculizar y trivializar a los críticos del régimen cubano, usando el humor como una herramienta para deslegitimar sus argumentos y desviar la atención del público.
La principal herramienta asociada a este recurso retórico hallado en el programa es la del “uso de la burla y la ironía” (5 veces), pues en varios episodios los presentadores ridiculizan a figuras de la oposición y activistas a través de comentarios sarcásticos.
Un ejemplo claro es el ataque contra Martha Beatriz Roque, a quien acusan falsamente de haber recibido un premio por "comer aguacates" durante una huelga de hambre, trivializando así su activismo y desacreditando sus esfuerzos de manera burlona.
Otra herramienta asociada a este recurso retórico utilizada por los autores del programa es la de “ridiculización y censura indirecta” (4), donde el sarcasmo se aplica para minimizar las protestas y movimientos opositores.
Un ejemplo de ello es el episodio donde el acto de protestar con un cartel fue calificado como un "acto circense", empequeñeciendo la importancia del descontento popular y presentando a los manifestantes como actores que no deben ser tomados en serio, buscando así restar legitimidad a las demandas sociales y políticas.
Ataque
En los diez episodios de Con Filo analizados, el recurso retórico "Ataque" fue empleado en nueve ocasiones para desacreditar, deshumanizar y desprestigiar a los opositores del régimen cubano.
La herramienta de “lenguaje agresivo y descalificaciones personales” fue empleada por los presentadores del programa en al menos cinco casos, evidenciándose principalmente cuando recurren a insultos y descalificaciones para deshumanizar a los críticos.
Un ejemplo es el uso del término “odiadores” para referirse a figuras de la oposición y el exilio, buscando minimizar sus argumentos al asociarlos con el odio y despojar de legitimidad cualquier crítica que puedan hacer.
Los autores del programa también usaron en al menos cuatro ocasiones la “falacia Ad Hominem”, pues en lugar de refutar los argumentos, los episodios se enfocan en atacar a las personas. Por ejemplo, en un episodio se refirieron despectivamente al experto Carmelo Mesa Lago como “cubanólogo” por sus análisis críticos sobre la economía cubana, trivializando sus opiniones serias y evitando cualquier debate legítimo sobre el contenido de sus críticas.
Desviación
El recurso retórico de la "Desviación" fue empleado en al menos ocho ocasiones por los autores de Con Filo con el propósito de cambiar el foco de la discusión sobre temas críticos del régimen cubano hacia cuestiones externas o irrelevantes.
La “contaminación del debate público” es otra herramienta detectada hasta en cinco ocasiones en estos diez capítulos, empleada fundamentalmente para distorsionar el debate, introduciendo narrativas fabricadas que desvían el foco de atención.
Por ejemplo, en los episodios que analizan la protesta de la comunidad LGBTI, el programa presenta la lucha del Gobierno cubano contra la homofobia como prueba de su compromiso con los derechos humanos, ignorando la continua discriminación y represión de esta comunidad.
Para ello, se basaron principalmente en la herramienta del “whataboutismo”, usada para desviar la atención de los problemas internos de Cuba, comparándolos con los de otros países o sistemas, particularmente el "mundo capitalista", o trayendo a colación constantemente otros temas no relacionados con el punto principal, con el objetivo de distraer la atención y eludir señalamientos.
También se evidencia esta herramienta en el episodio donde los presentadores dicen que siempre agradecen ver a los deportistas cubanos triunfar en todas partes del mundo y que quien impone restricciones para que no jueguen en torneos internacionales son las naciones del “mundo capitalista”.
Otro ejemplo recurrente es cuando, ante críticas a la represión o la ineficacia del gobierno cubano, los presentadores redirigen la discusión hacia las sanciones estadounidenses, presentando a este país como el principal responsable de los problemas de Cuba, en lugar de analizar las políticas internas.
También en varios episodios los presentadores desvían las críticas legítimas hacia narrativas que no guardan relación directa con el tema tratado. Un ejemplo de ello es que cuando se cuestiona la falta de libertades económicas en Cuba, los presentadores desvían el foco hablando sobre la existencia de un supuesto sector privado robusto, ignorando la falta de autonomía real que sufren estos actores debido a la intervención del Gobierno
A menudo mezclan temas no relacionados para sembrar dudas en la audiencia, como fue el caso del episodio sobre el equipo de béisbol independiente cubano FEPCUBE, donde afirmaron que el equipo “busca dividir a la afición cubana”. Esta narrativa desvía la discusión del hecho real: que el equipo está compuesto por peloteros exiliados que no pueden representar oficialmente a Cuba.
Ofuscación
El recurso retórico de “Ofuscación” se emplea en Con Filo principalmente para confundir al público y posicionar narrativas falsas mediante la repetición constante de mensajes con el objetivo de desgastar la resistencia crítica y hacer que ciertas afirmaciones parezcan más creíbles por su reiteración.
Una de las herramientas clave en la ofuscación es la “repetición ad nauseam” sin pruebas, como son las constantes acusaciones a los medios independientes de estar financiados por gobiernos extranjeros, especialmente Estados Unidos. Esto quedó evidenciado en varios episodios cuando se repite que El Toque manipula los datos del valor del dólar para desestabilizar el país, sin presentar evidencia que respalde la afirmación.
La estrategia de ofuscación se combina con esta herramienta, que consiste en repetir afirmaciones hasta que se asimilen como ciertas, independientemente de su veracidad. Por ejemplo, el programa insiste constantemente en que los opositores al régimen buscan una intervención militar en Cuba, un mensaje que, tras repetirse en diferentes episodios, busca crear la percepción de que todas las críticas al gobierno están motivadas por intereses extranjeros.
La ofuscación también se utiliza para intentar erosionar la credibilidad de voces críticas a través de campañas repetitivas de difamación, como ocurrió con la acusación a Martha Beatriz Roque de fingir una huelga de hambre, repetida sin ofrecer pruebas, con la intención de que el público dude de su integridad
La ofuscación en Con Filo se manifiesta principalmente a través de la repetición constante de acusaciones infundadas, con el objetivo de posicionar narrativas falsas y desgastar a la audiencia.
¿Cuba y Venezuela, un patrón común?
A partir del análisis de los mecanismos de desinformación en Cuba y Venezuela, a través de los estudios realizados sobre el programa Con Filo y el aparato de propaganda venezolano documentado por Cazadores de Fake News, identificamos varios puntos en común en las estrategias utilizadas por ambos gobiernos.
Uno de ellos es que tanto en Cuba como en Venezuela se recurre al recurso retórico del "Espantapájaros" a partir de la distorsión de los argumentos de los críticos y la creación de enemigos imaginarios para justificar políticas autoritarias y desviar la atención del verdadero problema.
En Con Filo los opositores cubanos son presentados como agentes extranjeros o terroristas sin mostrar evidencias de ello, mientras en Venezuela se acusa a la oposición de estar vinculada con el fascismo, lo que sirve para deslegitimar las protestas sociales encabezadas por este sector.
Ambos regímenes también recurren a la “Provocación” utilizando falacias como el “cui bono” para culpar a los opositores de los problemas internos. En Con Filo medios independientes como El Toque son acusados de manipular la economía cubana en beneficio propio, sin ofrecer pruebas, mientras en Venezuela se emplea una estrategia similar, sugiriendo que ciertas acciones opositoras benefician intereses extranjeros o que los medios de comunicación y organizaciones venezolanas forman parte de una “Guerra Híbrida” en contra de Venezuela que está siendo impulsada por Estados Unidos.
También los dos aparatos de propaganda utilizan la “Negación” sistemática de cualquier evidencia que los critique. En Cuba, Con Filo niega pruebas contundentes, como las metodologías de medios independientes, y deslegitima fuentes críticas para manipular la percepción pública. En Venezuela, por su parte, se usa una táctica similar, mediante la que el Gobierno niega violaciones de derechos humanos y acusa a los críticos de estar manipulados por potencias extranjeras, o en un escenario más reciente se niega a aceptar la validez de las actas mostradas por la oposición como evidencia de su victoria el 28 de julio.
Otro punto de encuentro entre ambos sistemas propagandísticos es que el sarcasmo y la burla son utilizados para trivializar a los opositores y desviar la atención de los problemas reales. Con Filo ha utilizado recurrentemente la burla para desacreditar a figuras de la oposición, como es el caso de Martha Beatriz Roque y su huelga de hambre, mientras en Caracas el programa “Con el Mazo Dando” utiliza memes y contenido humorístico para ridiculizar y difamar a la oposición. Uno de sus productores llegó a describir el programa como “contrapropaganda sin odio, en clave de humor”.
Tanto La Habana como Caracas aplican el recurso retórico de “Desviación” y la herramienta del “whataboutismo”, pues en la Isla se desvían las críticas hacia los problemas del “mundo capitalista” o se culpa a las sanciones de Estados Unidos de las dificultades económicas y en el país sudamericano el Gobierno utiliza esta herramienta para desviar la atención de sus violaciones de derechos humanos, acusando a otros países de los mismos o peores crímenes.
También ambos regímenes usan el ataque personal como herramienta para desacreditar a los opositores. En Con Filo aplican la falacia ad hominem para atacar directamente a las personas, en lugar de refutar sus argumentos, y en Venezuela Diosdado Cabello ha empleado repetidamente esta estrategia en su programa, ridiculizando a figuras de la oposición y e intentando descalificarlas moralmente.
En ambos países los recursos retóricos siguen un patrón similar de distorsión de la realidad, negación de evidencias, ataques personales y desviación del debate público. Estas tácticas buscan proteger a los regímenes autoritarios de la crítica, controlar la narrativa pública y socavar cualquier forma de oposición.
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