La Concertación Democrática Cubana DFrente convoca a todos los cubanos residentes dentro y fuera de la isla, a apoyar la implementación urgente de una Ley Electoral provisional en Cuba, de cara al proceso eleccionario 2027-28, para que "a través de esas elecciones comience la devolución de la República al ejercicio plural de la ciudadanía", según declaraciones brindadas por el abogado y activista Roberto Veiga a nuestra revista. Y enfatiza:
El modelo presentado por DFrente asegura la participación ciudadana, la nominación libre y la elección libre y competitiva, si bien en un contexto aún sin garantías para los Derechos Humanos ni un Estado de Derecho establecido, que luego tendrán que institucionalizar quienes resulten electos.
El comunicado de la organización DFrente propone al pueblo y al Estado cubanos que apoyen la promulgación de esta ley, cuyo primer borrador ha sido diseñado por el Centro de Estudios sobre el Estado de Derecho Cuba Próxima, una de las plataformas cívicas que integran la Concertación Democrática. El documento, titulado Por una norma para elegir y nombrar las autoridades del Estado. Propuesta de Ley Electoral, busca garantizar:
La base legal del inicio de un proceso de transición democrática que garantice el pluralismo político y la competencia electoral. En esta propuesta sería necesaria la modificación de la actual constitución en lo referente a la elección del presidente de la República y las autoridades municipales y provinciales.
"Necesita un respaldo amplio y decisivo de la ciudadanía cubana"
Una vez que suceda este proceso electoral libre "si las circunstancias lo hacen posible", como remarca DFrente en su comunicación, se le solicitará a los distintos candidatos que se comprometan con la liberación de "todos los presos por motivos políticos", y trabajen para definir "un nuevo marco constitucional provisional que permita, con garantías renovadas, encaminar al país hacia un proceso constituyente originario".
La Concertación Democrática Cubana les propondrá también, entre otros puntos, que promuevan "la distensión política y favorecer una amnistía recíproca, general y plena, con excepción de quienes hayan cometido crímenes desde cualquiera de las partes en conflicto", que aprueben "leyes de necesidad inmediata" y que realicen "gestiones efectivas para el desarrollo de la infraestructura, la economía, el empleo, la educación, la salud, la seguridad social, la vivienda y el bienestar general", entre otras peticiones. Pero Veiga apunta que:
La condición esencial para que esta Ley llegue a hacerse efectiva es un respaldo amplio y decisivo de la ciudadanía cubana, tanto dentro del país como en la emigración. Este apoyo es primordial. Además, se requiere que los actores de la sociedad civil y de la esfera política alcancen un acuerdo suficiente sobre una ruta clara de solución, guiada por la razón, la transparencia y el respeto mutuo. Sin ese contexto, esta propuesta —como cualquier otra— carecerá del respaldo político mínimo de las partes y de una participación social sostenida. También sería necesario que el gobierno cubano, tan deteriorado, comprenda que no puede permitirse rechazar un acuerdo con verdadera vitalidad histórica.
"El tiempo político del país se agota"
Esta demanda se inscribe en la tradición de iniciativas cívicas previas como el manifiesto "La patria es de todos" (1997) y el Proyecto Varela (1998), que desafiaron a hegemonía de Partido Comunista, y provocaron acciones represivas del régimen y campañas oficiales de descrédito. Sobre esto, Veiga comenta:
En lo inmediato, el Gobierno cubano podría reaccionar con hostilidad, como suele hacerlo ante cualquier iniciativa que no reproduzca sus propias posiciones. En el mejor de los casos, optaría por el silencio, ignorando la propuesta. Sin embargo, en un horizonte mediato, el escenario podría ser distinto. El tiempo político del país se agota también para la cúpula gobernante, y en ese contexto esta propuesta podría llegar a ser útil para todas las partes. Su finalidad es tender un puente hacia lo que hoy parece imposible: el inicio de una solución auténtica, sin nuevos enfrentamientos.
Según Veiga, el apoyo popular cubano es definitorio para la promulgación de la Ley Electoral provisional. Apunta:
Confío plenamente en la capacidad de los cubanos —especialmente de quienes hoy padecen en la isla— para defender aquello que anhelan: una solución que conduzca a la nación hacia la libertad, la convivencia y el bienestar general. Pero para defender una propuesta, primero necesitan encontrarla. Esa propuesta solo puede provenir de los actores políticos dispuestos a transformar la realidad cubana y a liderar este proceso. Si se presenta con la madurez y la magnitud necesarias, la sociedad cubana sabrá responder y asumir el papel que le corresponde.
DFrente está integrado por organizaciones independientes de la oposición cubana, como la Asociación de madres y familiares por la Amnistía, el Consejo para la Transición Democrática en Cuba (CTDC), Cuba Próxima, Archipiélago, la Asociación Francesa por la Democracia en Cuba y el Movimiento San Isidro, y por ciudadanos a título personal.
En su Documento de Constitución, sus gestores declaran que surgió "ante el agotamiento del modelo totalitario cubano", como "concertación global de esfuerzos pasados y presentes. Cuba padece una crisis que incrementa la pobreza, la desesperanza y la violencia, producto de la parálisis política que impone el sistema". Y se define como:
Regresar al inicioUn frente democrático de concertación de actores civiles y políticos cubanos plurales —individuales e institucionales— que procura la refundación de la República, bajo la máxima martiana "Con todos y para el bien de todos".