El opositor cubano José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), anunció desde la prisión de Mar Verde en Santiago de Cuba que acepta salir al exilio, y asegura que su decisión responde al deseo de proteger a su esposa e hijos del hostigamiento constante del régimen. En una carta manuscrita, fechada el 10 de septiembre de 2025, el preso político denunció torturas, manipulación mediática y amenazas constantes, aunque reafirma que no abandonará sus principios ni su compromiso con la lucha por la libertad de la isla.
Presiones del régimen y manipulación mediática
En el documento enviado desde la prisión, Ferrer denuncia que las autoridades cubanas han intentado destruir su imagen pública mediante videos y grabaciones manipuladas. Según el opositor, estos materiales buscan presentarlo ante la opinión pública como "supuesto agente de la tiranía o traidor a la causa".
El líder de UNPACU revela que los represores del régimen han intentado forzarlo para que se declare contra sus principios: "Han querido que haga declaraciones o que pida a la embajada de Estados Unidos y a la Iglesia Católica un diálogo con el régimen… liberación de presos políticos a cambio de levantar sanciones", detalla en la carta.
Ferrer rechaza categóricamente estas presiones y asegura que no cederá ante las manipulaciones del gobierno, manteniendo firme su postura de resistencia no violenta y su oposición al totalitarismo que rige Cuba desde 1959.
"Prefiero morir antes que vivir sin honor"
A pesar de aceptar la propuesta de exilio para salvaguardar a su familia, José Daniel Ferrer deja claro en su misiva que su decisión no implica una claudicación ideológica. El opositor declara: "prefiero mi muerte en este campo de concentración al estilo nazi… estoy listo para morir, pero no para vivir sin honor, sin dignidad".
La carta describe las condiciones extremas de su encarcelamiento en Mar Verde, una prisión ubicada en el oriente de Cuba conocida por sus duras condiciones de reclusión. Ferrer denuncia que ha sido víctima de torturas, golpizas sistemáticas, robo de alimentos por parte de los custodios y amenazas directas contra su familia.
El preso político afirma que sobrevive "en las peores condiciones que pueda un prisionero en el hemisferio occidental", una descripción que coincide con denuncias previas de organismos internacionales de derechos humanos sobre las condiciones carcelarias en Cuba, donde los presos políticos enfrentan trato degradante, aislamiento prolongado y privaciones extremas como forma de castigo por su disidencia.
Compromiso inquebrantable con la resistencia
Pese a las adversidades y a la decisión de aceptar el exilio, José Daniel Ferrer reafirma en su carta su compromiso con la causa de la libertad cubana y con la resistencia no violenta contra el régimen de La Habana. El líder opositor reconoce haber perdido la fe en algunos sectores de la oposición, pero mantiene la esperanza en quienes continúan la lucha.
"Aunque haya perdido la fe en muchos opositores, sigo confiando en los buenos luchadores que quedan. De Cuba solo salgo con mi dignidad y honor en alto, y no por mucho tiempo", concluye Ferrer en su mensaje, dejando entrever que su salida de la isla no será definitiva y que mantiene la intención de regresar en el futuro.
La UNPACU, organización fundada por Ferrer en 2011, es considerada uno de los grupos disidentes más grandes y activos dentro de Cuba. Su labor se centra en la defensa de los derechos humanos, la documentación de abusos del régimen y la promoción de cambios democráticos mediante métodos pacíficos. Por su activismo, Ferrer ha sido arrestado en múltiples ocasiones y ha enfrentado largas condenas de prisión.
La represión como rutina en Cuba
La situación denunciada por José Daniel Ferrer refleja el patrón de represión que caracteriza al gobierno cubano en su trato hacia los opositores políticos. Según organizaciones internacionales de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, Cuba mantiene un sistema de control político que utiliza el encarcelamiento arbitrario, las torturas y el hostigamiento familiar como herramientas para silenciar la disidencia.
El caso de Ferrer ha generado reiterados llamados de la comunidad internacional para su liberación. La Unión Europea (UE), la Organización de Estados Americanos (OEA) y diversos gobiernos democráticos han denunciado su detención y exigido al régimen cubano que respete los derechos fundamentales de los presos de conciencia.
La práctica de forzar al exilio a líderes opositores forma parte de una estrategia histórica del gobierno cubano para debilitar la disidencia interna. Al expulsar a figuras prominentes de la oposición, el régimen busca fragmentar los movimientos de resistencia y eliminar voces críticas del territorio nacional, aunque esta táctica también ha permitido que muchos activistas continúen su labor de denuncia desde el exterior.
La carta de José Daniel Ferrer desde la prisión de Mar Verde constituye un testimonio directo de las condiciones que enfrentan los presos políticos en Cuba y de la determinación de quienes, a pesar del sufrimiento personal y familiar, mantienen su compromiso con la transformación democrática del país. Su decisión de aceptar el exilio, condicionada por la protección de sus seres queridos, subraya la presión extrema que el régimen ejerce no solo sobre los disidentes sino también sobre sus familias, utilizando el miedo y la amenaza como instrumentos de control social.
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