Alexis Valdés nació el 6 de agosto de 1973 en La Habana. Durante su extensa y prolífica carrera se ha desempeñado como actor, humorista, director y productor de cine, guionista, monologuista, poeta, compositor e intérprete. En 1986 interpreta al inolvidable Bandurria en las aventuras de "Los fugitivos", su primera versión. En los 90 se traslada hacia España y comienza a ser conocido gracias a sus presentaciones en programas como El Club de la Comedia.
Ya en 2005 dirige, escribe y protagoniza Un rey en La Habana, uno de sus trabajos más conocidos y populares. Poco después se traslada a Miami, donde reside actualmente, y comienza a conducir exitosos late night shows como Esta Noche Tu Night y Seguro que Yes. En 2023 formó parte del elenco de la serie White House Plumbers, de la plataforma HBO MAX (hoy en día solo "MAX"), junto a los también cubanos Yul Vázquez y Tony Plana.
En toda su carrera ha ofrecido espectáculos humorísticos que combinan sketches, poesía, música en vivo y mucho más. Una de sus mayores "creaciones", el personaje Cristinito, es célebre en todo el entorno hispanohablante debido a las presentaciones del humorista en España y toda Latinoamérica, excepto en Cuba, su propio país, donde el Gobierno le ha prohibido la entrada.
Para esta entrevista, cuya versión escrita ofrecemos a continuación, la conductora Elena Llovet y el resto del equipo de La Entrevista TV volaron desde Madrid hasta Islas Canarias, donde se encontraba Alexis Valdés. ¡Disfrútenla!
Entrevistadora: Elena Llovet
Bueno, estamos en otra entrega a La entrevista TV. Esta vez nos desplazamos hasta Islas Canarias para conversar con Alexis Valdés, actor cubano, comediante y escritor. Para mí es un privilegio, estoy contentísima de estar acá, junto a Nachely Rivero detrás de cámara. Primero que todo, muchísimas gracias por aceptar esta entrevista. Este es un espacio nuevo que hemos comenzado desde las revistas Árbol Invertido y Alas Tensas. Aquí queremos conversar con figuras cubanas e internacionales de interés.
Alexis, primero que todo, generacionalmente para mí es muy significativo estar acá. Yo lo he conversaba con unos amigos cuando les dije que venía para acá hoy, en referencia al papel que has tenido tú, creo, para mi generación y para otras más de alguna manera. Yo no te conocí en tu etapa en Cuba, o sea, yo nací en el 97. Imagínate, yo vi las retransmisiones de Bandurria, por ejemplo. Pero pasaba algo muy especial, que era que en mi casa cogíamos "la antena", que era la forma que teníamos en Cuba de captar los canales extranjeros de forma ilegal, y yo recuerdo que te seguíamos la pista, o sea, toda mi familia, mi abuela, mi mamá, todos.
El Club de la Comedia, Esta Noche Tu Night. Entonces, de alguna manera, tú lograste traspasar ciertas fronteras. No podías estar en el territorio de la Isla, pero estabas allí, presente, y aquello era muy potente, porque cada cubano sabía seguirte la pista. "¿Dónde está Alexis ahora, a qué país se mudó? ¿En qué proyecto está?" Yo creo que formas parte de la educación sentimental de los cubanos.
Yo creo que tuve un pequeño lapso de tiempo cuando yo me fui de Cuba en el 90, ya que al principio iba a la Isla con mayor frecuencia. Entre el 95 y el 2000 tenía bastante trabajo aquí en España. Era un trabajo que se hacía para España, teatro, cine, televisión en España, por lo que había un poquito de desconexión con respecto al tema Cuba. Una cosa muy simpática me sucedió en Cuba en 2003, mientras yo estaba en el Hotel Nacional, filmando una película. Una señora de la limpieza me miró y me volvió a mirar y me dijo "¿Tú no eres uno que era artista cubano?".
También en ese viaje me pasó otra cosa increíble, en la mesa buffet del hotel y yo estaba ahí tranquilo y, de momento, llegó una cantidad de japoneses a saludarme y yo dije qué locura, no me saludan los cubanos y sí los japoneses. Y era que yo había hecho una película en Francia que se llamaba "Salsa", que había tenido un éxito muy grande en Japón y, bueno, todos esos japoneses eran fanáticos. Pero ya después cuando fui a Miami, como hay una cercanía tan fuerte con Cuba, entonces sí que todo se reconectó.
Ahora estás aquí en Islas Canarias, rodando, está filmando una película que dirige Pavel Giroud, ¿qué nos puedes adelantar? Aunque sé que todavía está en producción...
Bueno, mira, es una película que en primer lugar me gustó mucho el guion. Todo empezó por Ernesto Daranas, que iba a ser el primer director de la película y el que primero me la propuso. A los actores siempre nos fascina hacer cine, es como que el cine es para siempre, aunque hoy en día las series ya tienen esa misma dimensión, pero siempre fue la cosa de la fascinación por el cine. Yo, como hago mucho teatro en Miami, dirijo, produzco y escribo en Miami, que es una ciudad especialmente cinematográfica, pasó tiempo hasta grabar una película.
Cuando vivía en España sí hice muchas películas, pero desde que estoy en Miami creo que en todo este tiempo que he estado en Miami he hecho, a lo mejor, dos películas, en 17 o 19 años. Y, que me llamen para una película, que es una película alemana, pero dirigida por un director cubano, con un elenco mayoritariamente cubano, con historias sobre Cuba, para mí es como volver el cine de mi país, del cual estuve vetado por los últimos 20 años y sigo vetado aún.
Entonces, volver a entrar a ese "cine cubano", con una historia bien hecha, escrita por Arturo Infante, es una buena historia. Mi personaje es muy bonito y, además, está hecha con recursos. Porque es así, nos pasamos la vida haciendo películas, pero son películas de recursos limitados. Esta, en cambio, es una película que es una producción no es una producción de Hollywood, pero es una producción mediana...
Cuenta algo sobre la Stasi, ¿verdad?
Está ambientada en la época de los 70, la época más estalinista de Cuba y Alemania, lo que le llamamos el Quinquenio Gris en la Isla, del 70 al 75. En ese periodo llegan unos alemanes a Cuba por un evento oficial importante, llega la seguridad, la temible seguridad alemana, la Stasi, llega a La Habana y se va a producir un encuentro entre esos espías alemanes con los agentes cubanos, pero también con unos personajes que interpretamos Yani Prado y yo. Estos personajes son artistas que han visto truncadas sus grandes carreras, sobre todo mi personaje, que había sido muy popular en los años 50, y se trunca esa carrera con el triunfo de la Revolución.
Además, él tiene ciertos "problemas ideológicos" y toda esta cosa, y yo creo que ese personaje es también un homenaje a toda esa gente que sufrió represión por muchas cosas su conducta, por sus ideas políticas, por sus ideas religiosas, por su orientación sexual y creo que es una cosa muy bonita. Ayer, el jefe de sonido de la película, que es español, me dijo "qué personaje más lindo estás haciendo, con tanto corazón". Y yo lo siento, que este personaje es un homenaje a todos esos grandes autores, cantantes artistas, que vieron como que su carrera ahí tenía un parón porque no entraban en los cánones.
Claro, creo por lo que nos has adelantado, la película tiene mucho de nostalgia, también de esta relación...
Y de comedia. Sí, la película es un comedia romántica, pero que están enmarcada en un período histórico tan significativo para nosotros los cubanos que la gente va a conectar con eso.
Sí, la relación de los artistas con los regímenes totalitarios, con el poder, que siempre es algo que que va a inspirar...
Aparte, es una relación en Cuba de león pa' mono y el mono amarrado, que tiene muy pocas posibilidades de vencer al Poder.
Quería comentarte, Alexis...
El Poder que no me deja entrar a mí a Cuba.
Exactamente, sí. Yo creo que de alguna manera tú eres un espía, Alexis, pero tú eres un espía del arte, un espía cultural. Tú haces la frontera, te cuelas por la frontera y entras y sales. No entras físicamente, pero lo haces de un modo mucho más significativo, siempre has estado ahí.
Yo tenía que hacer una escena que mi personaje miraba lo que había quedado del lugar en el que yo hacía mi show, y yo lo que me imaginé era que yo volvía al cabaret Capri, donde yo actuaba en los años 80, un lugar que no he visto más porque no puedo entrar. Pero encontrarte con ese lugar y de momento revivirlo todo, ver los recuerdos.
Me voy a salir un poco de lo que tenía planificado. Yo creo que tú eres un actor de método, te he escuchado muchísimo hablar sobre Stanislavski, de cosas que yo recordaba de la formación y yo decía, increíble cómo logra extrapolar esto. Yo siento que Alexis está todo el tiempo conectado con un método.
Mira, yo empecé como muchos actores, es un poco complicado decirlo, porque entonces se vuelve como un poco...
Excluyente...
Y un poco maniqueo también. Yo creo que los actores al final van desarrollando un método de trabajo, que tampoco es único ni constante. Yo, por ejemplo, siempre estoy absorbiendo. Yo siempre estoy viendo reels en Instagram de actores hablando. Más de actores que de profesores de actuación, porque el actor es el que lo hace. Entonces estoy oyendo su aproximación, sobre todo de los de habla inglesa, los ingleses, que son geniales, porque ellos han ido creando como una especie de escuela de entendimiento colectivo.
De hecho, ellos se refieren al "acercamiento a la cosa", para ni siquiera mencionar cómo es esa "cosa". Ellos dicen "yo estoy aquí, estoy presente, estoy en la escena", y estoy aquí yo relajado con mis sentimientos, con mis emociones, con todo lo que he leído, aprendido e investigado y voy a ver cómo, de manera honesta y auténtica, yo reacciono a estar con este vestuario, en este contexto escuchando lo que dice este otro actor. Ese es un momento mágico. Es como dejarse ir y fluir. Si se produce la magia, se produce. Si no se produce la magia, bueno, yo estoy aquí actuando, es decir, este es mi oficio. Es como como esa rase que dicen los escritores, "que la inspiración me agarre trabajando".
"Él estaba demasiado ocupado en hacer lo que tenía que hacer como para estar pensando en sentimientos."
Hay un actor inglés que me gusta, Bill Nighy, que relata que se encuentra en el tren a una chica y esta le dice "Lo fui a ver en Shakespeare", y "¿Qué tal?" le dice él, "Usted estaba genial", continúa ella, "¿Te gusta el teatro?", "Sí, yo quise ser actriz", "¿Y qué te pasó?", "Que el profesor de teatro que tenía me hostigaba mucho", "¿Por qué?", "Porque él decía que yo no tenía suficiente sentimiento", y Bill se sorprende: "What?". La joven se explica: "Sí, que no tenía suficiente sentimiento, feeling, "Mmhh, ¿dijiste que me fuiste a ver a Shakespeare?", "Sí, estuvo genial", "Pues te puedo asegurar que cuando me estabas viendo no tenía ningún sentimiento, estaba trabajando".
Él estaba demasiado ocupado en hacer lo que tenía que hacer como para estar pensando en sentimientos. Si había algún sentimiento, pues vino después, pero él no fue a buscar nada, él sabía que tenía que ir de aquí hasta allá, coger un vaso, llamar por teléfono, preocuparse por su hija que estaba en el hospital. Él estaba trabajando, no estaba buscando sentimientos. Porque también eso de buscar un sentimiento, eso de pretender, se vuelve un poco complicado.
Yo creo que cuando uno empieza a actuar está muy preocupado con esto va a salir o no va a salir. Una vez que lo haces bastante veces y te das cuenta que lo puedes hacer, que no estás en track, entonces empiezas a tomar una actitud más amorosa y más relajada con la profesión. Yo conozco este oficio. Sé que lo puedo hacer. Una vez se sale más maravilloso, otra vez sale más normal, pero incluso a veces esa escena que tú dijiste. "Ay, no, hoy no me salió". Cuando estás en cámara, de momento, es otra cosa. Es como un misterio.
Sí, yo también escuché una vez que era como estar disponible...
Claro, estar abierto, relajado. Un actor lo que no puede estar es tenso. Tiene que estar relajado y dispuesto.
Muchísimas gracias por este speech de actuación. Porque a mí me hay algo que me pasa mucho por la cabeza últimamente y es todos los jóvenes que están estudiando actuación en Cuba ahora, o sea, la situación cultural y pedagógica y docente en Cuba ahora es muy deprimente y un poco más para los que somos artistas. No encontramos nada que ver, tampoco gente con la que formarse, y yo creo que que esto va a ser muy bien recibido.
Yo creo que es buenísimo para alguien ir a una escuela porque entrenas tus instrumentos, entrenas tu cuerpo. Es bueno si tu maestro te quiere, si tu maestro no te quiere, te puede hacer daño o puede ser un mal maestro que te lleve por un camino que te vuelva loco. Y hay gente que no necesita pasar ninguna escuela, como Benny Moré, Celia Cruz, hay instintos que vienen con ellos.
Yo me acuerdo que estaba haciendo una película con Carmen Maura y había una actriz muy joven, canaria, por cierto, que hacía de ella joven o de su hija, no me acuerdo bien. Y ella le preguntó a Carmen "¿A qué escuela tú crees que yo deba ir de teatro en Madrid?". "¿Escuela para qué?", le responde Carmen, "si ya estás actuando, no necesitas ninguna escuela".
Los mejores maestros son los buenos directores y esos buenos actores que tienen una experiencia tremenda, esa es tu escuela. La escuela de Mastroianni fue Fellini. Gérard Depardieu, por ejemplo, que era un delincuente de la calle, un líder de una banda y lo cogieron y, de momento, claro, empiezas a trabajar con toda esa gente con un talento y conocimiento impresionante y se vuelven tus maestros.
Sí, de hecho al cine ahora le interesan mucho los no actores. Es que el casting lo buscan en la calle, encuentran una persona afín y ese es el frescor.
Es que esa persona te puede dar eso que es tan difícil, que es que el actor se olvide de actuar, eso es muy complicado. Yo hice ahora esta serie con los americanos, Los plomeros de la Casa Blanca, con el actor Woody Harrelson, y es increíble el estado en el que él está antes de entrar a una escena, está ahí en un relax total. Y cuando está haciendo una escena y se equivoca dice "Sorry" y él mismo la vuelve a coger. Marlon Brando decía "cuando dicen 'acción' me parece que le chupan la vida al ser. Él no quería que dijeran "acción", sino que la escena fuera una continuidad de la vida.
He oído que algunos directores en lugar de decir "acción" chasquean los dedos o usan otro tipo de señal, con más ternura.
Quizás funcione, sí. Alexis, tengo que preguntarte, porque mis colegas periodistas no me lo van a perdonar si no lo hago. Recordamos muchísimo tu papel de apoyo al Movimiento San Isidro, todo lo que estaba sucediendo en Cuba en esa época. ¿Has seguido la situación de Luis Manuel Otero Alcántara, te has mantenido al tanto?
Yo el otro día, de hecho, le mandé un mensaje a Luis. Él es una persona a la que le tengo mucho aprecio, admiración, respeto. A través de su novia le mandé mis saludos. Ella me dijo que este tiempo de desconexión era una protesta.
No porque sea obvio no hay que decirlo, es súper injusto que un tipo como ese esté en una cárcel, es incluso un tipo no violento, un tipo amable, decente, inteligente, que aporta a la sociedad. Pero muchas veces al Poder Absoluto quien menos le gusta es ese tipo de personas. Yo he oído decir eso. Los que preocupan son los dialogantes, la gente que propone un diálogo, porque al Poder Absoluto le es fácil lidiar con los radicales. Radical y radical se llevan bien. Con el que el radical se pierde un poco es con la persona que dice "te entiendo" y te da un abrazo. Pero Luis Manuel es un tipo que hablaba con un efecto humano con la persona que le reprimía y eso es desconcertante.
Entonces el camino es destruirlo, porque es demasiado fuerte. incluso Luis Manuel Otero es un tipo incomprendido por el poder y por el poder opositor. Hay gente que de la parte de opositora que lo juzgan, porque yo creo que no entienden ese postulado suyo, que es solo puedo cambiar la sociedad, solo me puedo cambiar a mí mismo a través del amor y la tolerancia.
No es un tipo que esté buscando crearse una imagen de líder para vivir de eso, su búsqueda es la del espacio de la libertad, la verdadera búsqueda del diálogo social. A mí me gusta este tipo, me encanta porque yo siempre he tratado de entender ese miedo a dialogar. A veces me parece como que tú no estás seguro de lo tuyo. Yo me puedo sentar aquí a hablar con un tipo de extrema izquierda o de extrema derecha de lo que sea. Te voy a escuchar, difícilmente me vas a convencer, pero a lo mejor hay algo de lo que tú me dices que a mí me sirve para aprender algo.
Alexis, parece una obviedad, pero, ¿puedes entrar a la isla ahora mismo? Si mañana quisieras ir, ¿crees que puedas entrar?
Yo creo que no. Es decir, la última vez que lo intenté, porque me llamaron para hacer una película, mandé mi pasaporte y me negaron el visado o lo que sea que dan para entrar a Cuba. Otra vez me hablaron de que querían hacer como un encuentro de comediantes y también me lo negaron. Desde la época de la pandemia nunca más lo he intentado.
Y ese no poder regresar ha tenido para ti algún significado sentimental, sientes que te ha servido de algo.
Hay unos momentos de frustración que no son diarios ni constantes, porque yo sigo viviendo y haciendo mis cosas, pero hay un momento en el que uno dice ¿Por qué no puedo entrar en país? ¿Por qué no puedo ir a mi casa, que era la casa de mi abuela, que además me la quitaron? ¿Por qué no puedo pararme en la puerta del ICRT, donde me paré tantas veces a hablar con los amigos y a soñar con ser actor, no?
Pero mira, ahora estoy escribiendo una novela que cuenta un poco todo ese tiempo y casi que lo he vuelto a vivir. Eso es lo bueno de escribir, que tienes que tomarte el esfuerzo de visualizarlo y es como volverlo a vivir.
Puede parecer capcioso lo que te pregunté, pero en realidad es porque alguien me comentaba que los emigrantes soñaban todo el tiempo que regresaban a Cuba y que no podían salir de ahí.
Sí, un sueño muy recurrente.
Y hoy me iba a encontrar contigo y me dije, Alexis hace tanto tiempo que no va, el sentirá que hay algo resuelto, que hay algo todavía que quisiera recordar, y ahora me doy cuenta de que sí.
Recuerdo una vez que dieron una noticia que decía que se acaban los permisos, que todo el mundo podía entrar, y yo escribí una canción y lloré cantidad, me pareció un día hermoso y después me enteré de que no era todo el mundo, que se reservaban el "derecho de admisión".
Sí, yo creo que tú estás vivo todo el tiempo, Alexis, tú eres músico, tú escribes, eres guionista, tienes un libro interesantísimo, El miedo nos hizo fuertes, estoy muy actualizada de la historia, que cuentas allí. Me parece que tú como artista también tienes esa necesidad de traspolar tu pensamiento en escritura. ¿Piensas seguir escribiendo? ¿Encuentras más realización allí que actuando o no hay comparación?
Esto de escribir teatro y cine es algo que me vino más tarde, ya en los 2000, escribiendo Un rey en La Habana, que tuve que estudiar mucho, porque yo no tenía una formación académica del guion, leí muchos libros de guion, estudié mucho. Después, cuando ya me metí con el teatro también he estudiado mucho, he ido aprendiendo y leyendo otras obras, se aprende mucho leyendo lo que hace la gente buena.
También me apunté en un curso de escritura de novela impartido por Isabel Allende. Ahí aprendí un montón. Y como un año y medio después, no sé, salió un curso con Mario Vargas Llosa, con el que aprendí muchísimo también.
Y hasta ahora tienes tres libros y uno en proceso, una novela, ¿no?
Sí, hasta ahora. En mis historias hay puntos imaginados dentro, ¿no? Yo no sé lo que piensa el otro, no sé lo que hizo el otro aquel día cuando yo supongo que fue a tal lugar, entonces es una realidad ficcionada. Pero este que estoy escribiendo ahora es más ficción, aunque al final yo creo que detrás de todo eso estás tú, tu vida, tu historia, lo que te contaron, como le preguntaron a Juan Rulfo, ¿por qué dejó de escribir, maestro? Porque lo que me contaban las cosas murieron.
Hay alguien que me decía también que los autores cubanos tienen voces muy autorreferenciales, o sea, que tienen una necesidad todavía de hablar de ellos mismos y que eso tiene que ver un poco con la Revolución. Nos acostumbraron a hablar en colectivo y, de alguna manera es como, este soy yo, esta es mi historia. Quería preguntarte, Alexis, decía Rousseau que a un hombre lo hacen sus hábitos, así que quiero hacerte una serie de preguntas y que no pienses demasiado las respuestas, aunque creo que tú no sobrpiensas demasiado, porque eres muy actor y reaccionas.
Un hábito antes de trabajar, Alexis.
Bueno, en el Teatro visualizo a mi abuela y a mi papá. En el cine a veces lo hago y a veces no. En el cine juego mucho, estamos riendo, contando historias. En el teatro, como voy a "eso", y como el teatro es exacto, empieza ahora, siempre hay 10 minutos antes para ese momento de visualizar.
Una banda sonora que identifique este momento de tu vida.
Wow, este momento de mi vida... Pues haciendo esta película escuché a Bola de Nieve, porque yo hago de pianista, FranK Domínguez, La Lupe, esos 50, Celia, el Benny Moré, también Nat King Cole, Aznavour, Edith Piaf, ese mundo elegante de los chansonnier.
Me hablabas hace un momento de tu padre, de tu abuela, ¿crees en los espíritus, Alexis, crees en otras presencias?
Creo que sí, tengo que creer.
¿Y qué crees que te acompaña cuando estás trabajando?
Sobre todo mi abuela, que era muy espiritual, sin ser creyente. Es un espíritu que yo tengo de acompañamiento y de defensa, pero no de defensa guerrera, sino de defensa calmada, amorosa. Mi abuela era un ser muy poderoso, sin exaltarse, sin gritar. En eso Pavel Giroud me recuerda a ella. Nunca se pone nervioso ni grita, crea un ambiente de alegría en el set. Con mi abuela yo he hecho todo el camino.
"Eso lo llevo siempre conmigo y no lo voy a olvidar nunca."
Desde niño, en los tiempos más difíciles, ella me dio seguridad, apoyo y cariño. Cuando la vida se complica, lo que más necesitas es un abrazo, saber que hay alguien ahí para ti. Hay cosas más valiosas que el dinero, como el amor y el apoyo incondicional. Ella no tenía nada de eso, pero me hacía un café con leche muy azucarado y me consentía, dándome mucho cariño. Eso lo llevo siempre conmigo y no lo voy a olvidar nunca; cuando yo sea viejito, todavía tendré a esa viejita más viejita que yo.
Y por último, un deseo para Cuba.
Uf, es que se ha dicho tanto la palabra "libertad", que es una palabra tan importante pero tan usada. Yo creo que lo que Cuba necesita es que, sea quien sea que tenga el poder para guiar los destinos de ese país, sea alguien con compasión. Libertad sin compasión no es nada. Puedes ser libre y puedes matar y humillar. De la compasión nace la tolerancia. No le hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
Es mirar cómo innecesariamente sufren, no pueden expresar lo que quieren expresar, no pueden cambiar su destino ni su país. Tienes que tener esa nobleza de decir, ok, aún cuando esto límite un poco mi poder, límite un poco mi hegemonía, aún cuando esto me ponga un poco de riesgo, debo, por compasión, permitir a los demás lo que me gustaría que me permitieran a mí.
Muchísimas gracias, Alexis. yo creo que nunca me habían sudado tantas las manos. Gracias por estar aquí.
Gracias a ti, de verdad.