Detenido el viernes 8 de noviembre tras las protestas en Encrucijada, Villa Clara, el escritor José Gabriel Barrenechea se mantiene en huelga de hambre desde hace nueve días.
“Barrenechea recibió este viernes [15 de noviembre] una visita familiar y se mantiene plantado. A los familiares les han dicho que estará en prisión preventiva al menos 90 días antes de celebrarle juicio”, explicó el pastor Mario Félix Lleonart, coordinador del Instituto Patmos. Y añadió que, según las autoridades, “él fue la persona que convocó a la protesta”.
Sin garantías de un proceso justo
Las protestas del 7 de noviembre en Encrucijada tuvieron como detonante el largo corte del servicio eléctrico, que duró 48 horas seguidas, en medio de condiciones de vida ya bastante deterioradas por la escasez de alimentos y combustible. Decenas de pobladores tomaron las calles y avanzaron hacia las sedes del partido y el gobierno, exigiendo el restablecimiento de la electricidad. La marcha fue pacífica, pero a la mañana siguiente comenzó la cacería policial contra quienes participaron en ella.
La falta de libertades en Cuba es ya tan imposible de esconder como el grito, cada vez más audible, de un pueblo que poco a poco recuerda su tradición rebelde.
A los detenidos se les acusa de “desórdenes públicos”, “atentado” y otros delitos, sin garantías de un proceso justo. Es el mismo patrón que se ha venido observando en otras manifestaciones recientes en varias provincias del país, una estrategia mediante la cual el gobierno cubano intenta ocultar de la vista pública las imágenes de brutal represión que se han difundido durante los últimos años. Una estrategia inútil, sin embargo, pues la falta de libertades en Cuba es ya tan imposible de esconder como el grito, cada vez más audible, de un pueblo hostigado y empobrecido que poco a poco recuerda su tradición rebelde.
Colaborador de Árbol Invertido y otros medios independientes, José Gabriel Barrenechea está “regulado” desde 2019 y se le niega no solo la posibilidad de salir del país, sino también el derecho al trabajo. Junto a Lleonart fundó en 2013 el Instituto Patmos, con el fin de defender la libertad de culto y el respeto a los derechos humanos. Ha publicado los libros Cuba, una Isla entre la Apatía y la Revolución (2020) y José Antonio Saco se queda sin argumentos (2023).