El Congreso de Estados Unidos dio este martes 7 un paso clave en la implementación de una política migratoria más estricta, acorde a la nueva administración. Esto sucedió tras la aprobación en la Cámara de Representantes de un proyecto de ley que permitirá deportar a inmigrantes con delitos menores, incluidos aquellos que no involucren violencia.
La medida, aprobada con 264 votos a favor y 159 en contra, es un reflejo de la prioridad legislativa del nuevo Congreso (de mayoría republicana) de avanzar en los planes migratorios del presidente Donald Trump.
El diario El País señala que esta legislación, denominada Ley Laken Riley, lleva el nombre de una estudiante de enfermería asesinada en 2024 por un migrante indocumentado en el campus de la Universidad de Georgia. Según esta publicación, el proyecto también busca reforzar el discurso de Trump, que ha insistido en vincular la inmigración irregular con la delincuencia, a pesar de que “casi el 90% de los indocumentados carece de antecedentes penales”.
Fuertes críticas contra la Ley Laken Riley, a pesar del apoyo de ambos partidos
La ley fue respaldada por 48 legisladores demócratas junto a la totalidad de los republicanos, aunque generó un fuerte rechazo dentro de las filas demócratas que se oponen a esta medida. Los detractores la califican de inconstitucional, argumentando que delega facultades migratorias federales a fiscales generales estatales, especialmente en estados conservadores. También advierten que esta norma podría fomentar una mayor criminalización de los inmigrantes, en lugar de promover enfoques más humanitarios.
Por su parte, el senador demócrata John Fetterman, quien apoyó la medida, destacó en un comunicado que “es necesario dotar a las autoridades de herramientas para prevenir tragedias, mientras trabajamos en soluciones integrales a nuestro sistema fallido”. Este respaldo subraya un endurecimiento en las posiciones de algunos demócratas hacia la inmigración irregular.
Un avance significativo en la agenda republicana
Esta iniciativa es parte de un paquete de reformas migratorias más amplio impulsado por los republicanos, quienes obtuvieron mayoría en ambas cámaras durante las elecciones de noviembre. La ley ahora pasará al Senado, donde será debatida el próximo 10 de enero. La medida se alinea con el objetivo de Trump de reducir drásticamente el número de indocumentados en el país, en una campaña que podría culminar con la deportación de más de 11 millones de personas.
Según El País, los republicanos han encontrado en este Congreso un terreno propicio para consolidar su agenda migratoria, marcando el inicio de una etapa legislativa que promete ser decisiva en la historia reciente de Estados Unidos.
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