En las elecciones de 2025 en Honduras, la derrota de la candidata oficialista Rixi Moncada, admiradora de Fidel Castro, marcó un giro significativo en la política de esa nación, terminando con años de primacía de la izquierda. Moncada había declarado antes de las elecciones que admiraba a Fidel Castro y al modelo cubano, afirmando:
Cuba ha sido un ejemplo de lucha contra el imperialismo, y su revolución ha sido un referente para el pueblo latinoamericano. Es imposible no admirar la resistencia del pueblo cubano ante tantos años de bloqueo”.
Con la caída de Moncada, Cuba pierde a otra de sus aliadas clave en la región, que había defendido públicamente las políticas de la isla, lo que demuestra, una vez más, que los regímenes autoritarios no tienen un camino fácil en la política moderna.
El costo político de la admiración por Fidel Castro
Moncada quedó relegada a un lejano tercer lugar, y fue superada ampliamente por los dos competidores principales: Nasry Asfura y Salvador Nasralla, que terminaron la primera ronda de comicios en empate técnico. Lo indiscutible es que ambos superaron ampliamente a la candidata oficialista.
La admiración por Fidel Castro se ha convertido en una carta arriesgada para muchos políticos latinoamericanos. En el caso de Moncada, su respaldo al modelo cubano no logró convencer a una población que busca alternativas que ofrezcan progreso y democracia. Su derrota se interpreta como un mensaje claro de que la izquierda radical y su vínculo con regímenes totalitarios no son vistas como opciones viables en la región.
Carlos Hernández, analista político hondureño, comentó sobre esta tendencia:
Las alianzas de la izquierda radical con Cuba ya no son vistas como algo positivo. El pueblo está cansado de esos modelos autoritarios que solo traen más represión y menos libertad.
¿Cambian los tiempos?
En este contexto, la pregunta es: ¿hasta qué punto las simpatías hacia regímenes autoritarios como el cubano siguen marcando el destino electoral de los candidatos en América Latina?
Mientras los partidarios de la izquierda radical como el gobierno cubano continúan siendo una referencia para algunos, los resultados en países como Honduras evidencian que, en la dinámica política latinoamericana, los votantes buscan líderes que representen opciones más democráticas y menos vinculadas a modelos totalitarios. Según Eva María González, socióloga y experta en política latinoamericana:
Hoy día, las viejas alianzas con regímenes como el cubano ya no convencen. La sociedad latinoamericana exige más democracia y menos control autoritario.
La victoria de la derecha: un nuevo capítulo en Honduras
Las elecciones en Honduras demuestran que la política en América Latina cambia, y revela una creciente desilusión hacia los gobiernos de corte comunista, y un nuevo enfoque en el fortalecimiento de las democracias.
Con la derrota de Moncada, Honduras abre la puerta a una etapa de moderación y respeto por las instituciones democráticas. Juan Pérez, politólogo y docente en la Universidad Nacional del país, señaló:
Esta derrota no solo es una lección para Honduras, sino también para otros países de la región. El respaldo al autoritarismo está perdiendo fuerza y la gente empieza a exigir más libertad y justicia.
La influencia de modelos autoritarios como el de Cuba ya no es un activo electoral en Honduras. Al respecto, José Manuel Martínez, especialista español en relaciones internacionales, comentó:
Regresar al inicioLa influencia de Cuba sobre los países de América Latina está en declive. Este cambio es evidente no solo en Honduras, sino en otros países que han comenzado a apostar por democracias más transparentes y abiertas.