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Cine | Una película cubana gana en el Cannes World Film Festival

Daniel Ross Diéguez obtuvo el premio a Mejor Drama por su filme "La espera", protagonizado por el nieto del poeta Regino Boti.

Daniel Ross Diéguez (izquierda) sosteniendo una claqueta junto a Regino G. Rodríguez Boti (derecha).
Daniel Ross Diéguez (izquierda) sosteniendo una claqueta junto a Regino G. Rodríguez Boti (derecha). Imagen: cortesía del director.

El cine cubano producido dentro y fuera de la Isla ha sabido, durante las últimas décadas, ganarse un lugar en eventos de todo el mundo. Este domingo 7 de mayo le correspondió al joven Daniel Ross Diéguez (DaRoDe), cuyo filme La espera ganó el premio a Mejor Drama en el Cannes World Film Festival – Remember the Future.

Esta ciudad francesa es internacionalmente conocida por acoger otro célebre acontecimiento cinematográfico, el Festival de Cannes, acaso el más relevante de su clase en el planeta. Este otro suceso que nos ocupa, sin embargo, está dedicado en su totalidad al cine independiente y es auspiciado por la plataforma Internet Movie Database (IMDb), principal encargada de la organización y publicidad.

Daniel Ross Diéguez sosteniendo su diploma por haber ganado en el Cannes World Film Festival.
Daniel Ross Diéguez sosteniendo su diploma por haber ganado en el Cannes World Film Festival. Imagen: Facebook de Daniel Ross Diéguez.

La espera se aproxima a la vida de Regino (Regino G. Rodríguez Boti), un hombre viudo que no se resigna a vivir sin su esposa, relatando su existencia desde una tónica intimista y conmovedora. Dentro de la ficción hilvanada por DaRoDe, el hogar de dicho personaje se ubica contiguo a la base naval estadounidense, circunstancia que favorece la lectura política del filme.

Aun así, lo más sugerente de este material resulta el hecho de su realización, con financiamiento propio y de manera íntegra en la provincia de Guantánamo, que también ha sido noticia durante estos días debido a las manifestaciones ocurridas en la localidad de Caimanera.

Su director, Daniel Ross Diéguez, nacido en 1986, es graduado de la Academia de Artes Plásticas de Guantánamo y del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Cuenta en su haber con varias obras que recorren distintos géneros audiovisuales, entre las que destacan su opera prima Necesitamos ser escuchados (Documental, 2010), así como Todo pasa (Animación, 2016) y La noria (Ficción, 2018).

El caso de Daniel Ross Diéguez

Le escribí por Messenger, solicitándole algunas palabras sobre la significación de su premio, algo genérico y sin mucha pompa. Aun así, la conversación con DaRoDe fue tomando tal camino que decidí, finalmente, transformar esta nota informativa en una plataforma testimonial, lista para reproducir, pelo a pelo, la historia que el cineasta me relataba.

En cuanto al plano estrictamente artístico, Daniel me comentó acerca de las motivaciones que lo impulsaron a escribir y rodar el filme:

“Una de ellas es haber usado como escenario el antiguo domicilio de Regino Eladio Boti, único monumento nacional en Cuba que se encuentra habitado, en este caso por Regino Gaudencio Rodríguez Boti, nieto del poeta y actor en la película.”

​  Daniel Ross Diéguez junto a los actores de la película en el patio de la antigua casa de Regino Boti.
De izquierda a derecha, Regino G. Rodríguez Boti (actor), Ramón Moya Hernández (actor), Daniel Ross Diéguez (director) y Sandy D. "Solda2razo" González (actor). Imagen: cortesía del director

De igual forma, DaRoDe buscaba “destacar la soledad en un momento en que las personas estaban yéndose de Cuba a ver volcanes”, circunstancia igualmente exhibida en el filme, solo que de forma más “simbólica y creativa”. Asimismo, el realizador buscaba “mostrar la monotonía que existe en Guantánamo y cómo uno se pasa la vida en una especie de noria, perpetuándose entre tantas desgracias”.

“Lo que hice con La espera es una continuación de La noria”, aclaró Daniel a propósito de esta metáfora, que parece vertebrar en su rotación interminable el sustrato temático de ambas piezas. Según el director, La espera conserva las intenciones de su predecesora en cuanto a “la rutina del personaje [se trata del mismo actor], el lenguaje poético y la visualidad proyectada”.

El filme encuentra inspiración, además, en una triste anécdota que tuvo lugar en los alrededores de la base naval. Según las pocas fuentes a las que Daniel ha podido tener acceso, en 1964 algunos cubanos miembros de la Brigada de la Frontera apalearon un frágil perrito que “pasaba un poco de hambre en la parte cubana y atravesaba el campo minado para ir a comer a la parte de los yanquis.”

Cuando regresó, varias semanas después, estando ya algo más compuesto, “lo golpearon y lo colgaron en la cerca hasta que se murió, completamente ahorcado, con un gran cartel que decía “por traidor”’.

La película le rinde homenaje a este animal e, incluso, coloca en los agradecimientos conclusivos una foto de la escena, probablemente la única que se conserva.

Daniel Ross Diéguez frente a un espejo.
Daniel Ross Diéguez filmando frente a un espejo. Imagen: cortesía del director.

Finalmente, DaRoDe acotó que el rescate de la música guantanamera es otro de los grandes objetivos del filme, cuya banda sonora comprende géneros tan típicos de la región como el nengón, el kiribá, el changüí, el resiñé o la guanajá.

“Quiero armar un disco de ritmos autóctonos, pero lamentablemente no hay financiamiento en la provincia para eso”, concluye resignado Daniel.

El violinista Salverio Matos, el tresero Omar Asín y Pedro Caverdos, creador del caverchelo, instrumento guantanamero único en el mundo, son evocados por el realizador a través de sus melodías. En este mismo grupo se encuentra, además, el pintor y escultor Ramón Moya Hernández, artista que no ha sido suficientemente auxiliado por las autoridades de la provincia y que también actúa en el filme.

A pesar del éxito de la obra, Daniel Ross Diéguez no tendrá la posibilidad de asistir el 16 de mayo a la premiación del Cannes World Film Festival. Al tratarse de un cubano residente en la Isla, necesita visa para volar hacia territorio francés. A este respecto, DaRoDe afirma:

No acudí al ICAIC porque en varias ocasiones me han dicho que no han tenido presupuesto para otros proyectos. Ellos tampoco se han pronunciado, por lo que no parecen tener interés en ayudar.

Daniel dialogó en varias ocasiones con una agregada cultural en la embajada de Cuba en Francia, quien le comentó que podía ayudarle con los pormenores del viaje. Unos cuantos días después de esta conversación, ambos volvieron a contactar solo para que la diplomática sentenciara que “era muy poco tiempo” para tal gestión.

Asimismo, un funcionario de la UNESCO en La Habana le indicó que dicha institución cuenta con un fondo que puede ser utilizado para agilizar estos procedimientos burocráticos, pero que solo está disponible para menores de 35 años y Daniel tiene 36.

Sin embargo, el cineasta ya ha pasado página y busca una nueva alternativa para, cuando menos, hacer llegar su estatuilla hasta la Isla.

Según me ha detallado, “En la web [del festival] está la estatuilla. Hay que llenar la cláusula con mi nombre, el de la película y el de la categoría en que fui premiado. Si no se llena me llega en blanco”.

Aun así, el principal inconveniente que presenta esta operación resulta el pago de 417 euros, necesario para que sean tallados en la estatuilla los nombres declarados más arriba. El realizador no se encuentra en posesión de esta cantidad, por lo cual ha comenzado desde su perfil de Facebook una suerte de campaña crowdfounding con el fin de reunir el importe que le solicitan.

Daniel detalló en su post diez motivos que avalan la relevancia de su estatuilla, no solo como respaldo tangible de su premio, sino también como insignia del séptimo arte en el país:

Si existe una voluntad de apoyar al cine cubano estos motivos son más que suficientes para colaborar, por encima de los míos personales porque es el homenaje que guardaré y es mi aporte al cine guantanamero (El primero).

Últimos éxitos del cine cubano independiente

A pesar de contar con notables profesionales durante la centuria pasada, tales como Sabá Cabrera Infante, Kiki Álvarez o Jorge Molina, el audiovisual cubano independiente debió esperar hasta el siglo XXI para lograr un mayor reconocimiento mediático. Ya con el auge de las comunicaciones y una mayor facilidad para filmar al margen de la sombra hegemónica del ICAIC, los cubanos han podido modernizar sus procesos creativos.

Solo en la primera mitad de 2023, otros dos cubanos alcanzaron sendos reconocimientos internacionales. Por un lado, el joven Fernando Fraguela logró el premio al Mejor Documental en el Festival de Málaga por su filme El Matadero (2021), una historia sobre la cría de cerdos en los edificios de El Calero, barrio de la ciudad Pinar del Río. Asimismo, a finales de abril, El Caso Padilla, del director cubano Pavel Giroud, obtuvo el Premio Platino de Cine Iberoamericano 2023 en la categoría de Mejor Película Documental.

De igual forma, otros directores tan sonados como Lilo Vilaplana o Carlos Lechuga siguen consolidando sus carreras mediante proyectos, festivales y presentaciones. Este último, de hecho, se encuentra presentando su película Vicenta B en Madrid durante la primera quincena de mayo, anteriormente censurada en el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana en 2022.

Así, el nombre de Daniel Ross Diéguez se suma orgullosamente a esta lista como el realizador cubano que ganó en el Cannes World Film Festival.

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Senén Alonso Alum

(Pinar del Río, Cuba, 1997). Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana en 2020. Ejerció como investigador literario en el Centro de Estudios Martianos (CEM) desde su graduación hasta 2022. Ha publicado poemas y ensayos en el medio independiente La Jeringa, en el blog de cine En Raccord, en el Portal Digital del CEM, en el boletín de crítica y pensamiento Puntal, en las revistas Librínsula, El Caimán Barbudo, Opía Magazine, AM:PM, El Estornudo, Honda, Casa de Las Américas y Cine Cubano.

(Pinar del Río, Cuba, 1997). Miembro del staff de Árbol Invertido.

Licenciado en Filología por la Universidad de La Habana en 2020. Ejerció como investigador literario en el Centro de Estudios Martianos (CEM) desde su graduación hasta 2022. Ha publicado poemas y ensayos en La Jeringa, en el blog de cine En Raccord, en el Portal Digital del CEM, en el sitio web del Centro Onelio Jorge Cardoso, en las revistas Librínsula, El Caimán Barbudo, Opía Magazine, AM:PM, El Estornudo, Cine Cubano, Honda, Casa de Las Américas y Rialta Magazine. Fue finalista en el concurso de narrativa “Portus Patris” (2021), auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz de Las Tunas. Es graduado del XXII Curso de Técnicas Narrativas que se impartió en el Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso (2020-2022), donde resultó ganador de la Beca Caballo de Coral debido a su proyecto de novela Ucronías y otras verdades ficcionadas.

Comentarios:


Nivia Alum Dopico (no verificado) | Mié, 10/05/2023 - 16:01

Aùn en cualquier circunstancia, el ser humano crea!!! Y si los contextos le son adversos la creatividad nace, crece, florece!!! Gracias a los nuevos y jòvenes creadores, no paren!!!! la producción del arte no està ceñida a estructuras polìticas ni a esquemas mentales aletargados.

LuisFE (no verificado) | Mié, 10/05/2023 - 17:49

Maravilloso que se premie y mejor AÚN se conozca la verdadera CUBA con sus luces y sombras en todo su esplendor.

Blanca Margarita (no verificado) | Mié, 10/05/2023 - 18:06

Felicidades!Gracias por el talento y la luz que emanan...!

Wilmer dieguez reyes (no verificado) | Vie, 12/05/2023 - 21:03

Otra vez el cine cubano adelante..gracias a estos grandes como DARODE..

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