El cineasta cubano Lilo Vilaplana (Nuevitas, Camaguey, 1965), quien se encuentra actualmente radicado en Miami, habla sobre la recepción de su película Plantadas, las motivaciones que tuvo para hacerla, y sus proyectos futuros.
Autor de películas como la propia Plantados, y cortometrajes como La Muerte del Gato y El Caballo, Vilaplana es también conocido por los cubanos por su trabajo como guionista y director del programa televisivo infantil Dando Vueltas entre 1991 y 1997, año en que se radicó en Colombia, donde siguió trabajando en el mundo del cine y la televisión.
Ante todo, quisiera preguntarte por qué, tras filmar la película Plantados, decidiste emprender el proyecto de Plantadas, donde narras los abusos que sufren las prisioneras políticas en Cuba.
Plantadas se inicia porque el destacado luchador anticastrista Reinol Rodríguez un día, después de ver Plantados, se me acerca a decirme que, si los hombres presos políticos en Cuba tenían su película, las mujeres merecían tener su filme también y que él se comprometía en buscar presupuesto para hacerlo.
Comenzó a conseguir recursos para esta empresa y yo al ver la fuerza de este hombre de más de 80 años y su desvelo por lograr su objetivo, me sumé apoyándolo con mis contactos y todo el exilio respondió de manera positiva.
El cine es muy caro, esta película se hizo con el apoyo de muchos, desde los que aportaron dinero, hasta los que ofrecieron cualquier tipo de ayuda. Plantadas se convirtió en una obsesión, después de entrevistar a las ex prisioneras políticas, leer sobre todo lo que sufrieron en prisiones, que no era muy distante de lo que tienen que soportar actualmente nuestras prisioneras políticas en la Isla.
El sistema opresor sigue siendo el mismo y las víctimas también, solo que han cambiado algunos rostros. Esta película no es solo una denuncia a lo que sufrieron aquellas mujeres, sino lo que padecen hoy en día las cubanas encarceladas, solo por pedir libertad, por decir lo que piensan y por querer una Cuba libre. A ellas este homenaje en la pantalla grande.
En muchas ocasiones se dice que las segundas partes nunca son buenas, pero no parece ser el caso de Plantadas, que ha sido muy bien recibida por el público y la crítica. ¿Cómo hiciste para que esta segunda película no pareciera un remake de la anterior?
Nunca se concibió como una segunda parte. Plantadas es distinta, desde la forma en que está contada la anécdota, hasta la factura. Son dos películas muy diferentes, cada una tiene vida propia y estilo único.
En Plantados se trabaja en dos tiempos, uno en la actualidad, donde un ex preso político reconoce en Miami a su torturador, y el otro tiempo es el pasado, donde vamos recurriendo constantemente a retrospectivas, para que el público conozca la historia anterior.
En Plantadas son tres historias principales, de mujeres que luego de luchar por rescatar el hilo democrático roto con el golpe de estado de Batista, se sienten traicionadas por Castro al cambiar el rumbo de la Revolución, hacia el comunismo y deciden volver a la lucha y van las tres a prisión.
¿Qué experiencias de la realización de Plantados te sirvieron para incorporar a este segundo filme?
Plantados fue mi primer gran encuentro con esta historia, ya conocía antecedentes en programas de Leyendas del Exilio, el docudrama que Vilaplana Films, nuestra compañía, realiza conjuntamente con América TeVé, al entrevistar a hombres como Ángel de Fana, Agapito Rivera, Pedro Corzo, Ernesto Diaz Rodriguez, Roberto Martin Pérez, Sixto Nicot, entre otros.
Pero profundizar en el tema con Plantados fue impresionante. También había entrevistado a Cary Roque y Concha San Gil y conocía del presidio femenino. Ya para Plantadas grabamos unos 25 testimonios de mujeres ex presas políticas. Pero indiscutiblemente hacer Plantados me ayudó infinitamente a la producción de Plantadas.
En Plantadas compartiste la dirección con tu hijo, Camilo Vilaplana. ¿Cuéntanos como fue la experiencia de compartir rodaje con él?
Mi hijo es la sangre nueva, las ideas frescas, tiene mucha madurez y conocimientos, estudió en Boston y Praga. Él es muy respetuoso y siempre deja que yo tenga la última palabra, me propone cosas y está más cercano a todos los aspectos técnicos y de logística.
Camilo tiene mucho carácter, pero es tierno y comprensivo. Muy cercano a todos, pero exigente. Nos hace mucho bien a ambos ser una dupla creativa. En enero, cuando fui a Colombia a dirigir la cuarta temporada de El Capo para Paramount, mi hijo fue como primer asistente de dirección de mi equipo en Colombia.
Los líderes de nuestra compañía somos la familia, sumando a mi esposa Irasema Otero que es la Productora Ejecutiva.
La película lleva seis semanas en cartelera de cines de Miami, y próximamente llegará a las salas de cine de Puerto Rico. ¿Tienes previsto proyectarla en otros países o difundirla a través de alguna plataforma de streaming?
Estamos muy felices con lo que hemos logrado con el filme, hasta el día de hoy se ha mantenido por seis semanas en Miami, dos en Tampa, entre las películas preferidas del público. Se ha proyectado en Bahamas, pronto estaremos en Puerto Rico, ganamos dos premios en el Miami Film Festival y tenemos un distribuidor para cines trabajando incansablemente Spanglish Movies y para plataformas estamos trabajando con la distribuidora VIP2000, esperando pronto tener alcances en otros lares cuando el filme llegue a plataformas.
¿Estás trabajando o tienes en mente algún nuevo proyecto cinematográfico relacionado con Cuba?
Estoy trabajando en varios proyectos, esperando concretar uno de los cuatro que tengo sobre mi escritorio. Siempre por Cuba libre y por hacer justicia histórica.