Para los tiempos que corren, no resulta ninguna novedad la práctica de la censura en Cuba. Artistas, escritores y otras figuras públicas han sufrido la suspensión de sus eventos y presentaciones, siendo forzados a cancelar la mayoría de sus proyectos en galerías, bares e, incluso, sus propios domicilios. En una especie de “renovación” de estos métodos, la Universidad de La Habana (UH) autocensuró El Caso Padilla (2022), documental del realizador Pavel Giroud que había sido programado para ser exhibido el miércoles 3 de mayo en la Facultad de Comunicación (FCOM), una de las 19 facultades de la UH.
El anuncio de dicha muestra, aparentemente organizada por una institución afín al gobierno cubano, causó no poca expectación entre el público habanero. La obra, recién ganadora del Premio Platino de Cine Iberoamericano en la categoría de mejor documental, muestra escenas originales del célebre mea culpa del poeta Heberto Padilla junto a entrevistas y parlamentos de otros intelectuales de la época.
A pesar del evidente contenido anticastrista del material, la FCOM parecía tenerlo todo organizado para montar el acontecimiento en su Salón de conferencias. Inclusive, el escritor Francisco López Sacha fue invitado con el objetivo de favorecer el debate artístico-histórico alrededor de la pieza. Finalmente, el día llegó y no sucedió nada de lo planeado, quedando pospuesta la proyección de El Caso Padilla hasta nuevo aviso.
¿Fragmentación oficialista o pantomima del gobierno?
Según nos reveló una fuente desde la propia FCOM, el evento surgió de una iniciativa estudiantil. Este mismo informante, que ha preferido mantener el anonimato, nos confirmó que todo “estaba programado como un ejercicio de clase, solo para algunos estudiantes, profesores y para [Francisco López] Sacha, que iba a ser como una especie de presentador o mediador”.
Asimismo, nos comentó que fue confeccionado un cartel para publicitar la proyección, como suele suceder con la gran mayoría de las actividades que se preparan en la FCOM. Con respecto a la reacción del profesorado, la más entusiasta resultó ser la jefa del Departamento de Periodismo, quien “se compró el proyecto” y ofreció cierta garantía institucional a los alumnos.
Esta mujer, Maribel Acosta Damas, Dra. Ciencias de la Comunicación Social, presidenta de la Cátedra de Periodismo Cinematográfico Santiago Álvarez y especialista en periodismo televisivo, dio su aprobación y colaboró con los preparativos. Sin dudas, alguien de peso en el entorno del periodismo oficialista daba luz verde a la exhibición de la película.
Sin embargo, nuestra fuente nos aclara que con “el movimiento del cartel por medios independientes, alguien del rectorado de la UH lo vio y lo mandó a quitar”. Hasta este momento, el proyecto se mantiene “pospuesto”, no cancelado, según nos aclaran desde la FCOM.
"La Universidad de La Habana autocensuró El Caso Padilla en una suerte de autocorrección castrista"
De esta forma, se consumó algo que no suele acontecer en la Isla: fue censurado un proyecto de una institución estatal (FCOM) a manos de otra institución estatal (UH). De hecho, la primera no es más que un deslinde académico de la segunda. La Universidad de La Habana autocensuró El Caso Padilla en una suerte de autocorrección castrista. Finalmente, solo queda por ver si algún día el filme de Pavel Giroud dejará de ser “pospuesto” en su país.
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