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Cine | Los presos políticos y el exilio en el discurso cinematográfico de la diáspora cubana

Lilo Vilaplana abre una nueva etapa en el empeño por divulgar la situación de los presos políticos en Cuba.

Escena de "Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.
Escena de "Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.

A Heberto Padilla, Hamlet Lavastida y José Luis Tan Estrada,
y al resto de los presos políticos que sufren en Cuba sin doblegarse.

Por estos días las noticias que llegan de Cuba no pueden ser más angustiosas: detenciones arbitrarias de periodistas independientes, encarcelamiento de decenas de activistas y ciudadanos por el sólo hecho de participar en protestas pacíficas para exigir derechos y cambios en la nación, en definitiva la necesidad de tener un país mejor.

En la medida que la situación interna en Cuba se complejiza y el descontento social crece, el régimen apela al uso de la fuerza irracional y la represión, una actitud que ha asumido desde 1959 hasta la actualidad y cuyo saldo es la existencia hoy de más de mil presos políticos en las cárceles de la Isla.

Esta realidad me inspiró abordar el tema de la represión de los presos políticos en el discurso cinematográfico de la diáspora cubana en Estados Unidos. Desde hace varios años he venido estudiando esta zona de nuestra cultura, censurada en la Isla.

Los presos políticos en el cine cubano de la diáspora

"Cuba, Satélite 13" (1963), de Eduardo Palmer.
"Cuba, Satélite 13" (1963), de Eduardo Palmer.

El cine de la diáspora, y especialmente el que ofrece testimonios sobre la represión, forma parte de las narrativas contra-hegemónicas ante un discurso oficial que durante décadas ha pretendido secuestrar la memoria histórica de la nación. Por eso, han sido tan exitosos en su momento documentales como Cuba, satélite 13 (1963), del cineasta cubano exiliado en Estados Unidos. Eduardo Palmer, y Conducta impropia (1984), del desaparecido director de fotografía Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal, este último recordado por su trabajo junto a Sabá Cabrera Infante en la producción y el rodaje del documental PM (1961), que fue primera obra cinematográfica censurada en Cuba tras la llegada de la Revolución al poder.

"Conducta impropia" (1984), de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal.
"Conducta impropia" (1984), de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal.

Un referente imprescindible para abordar el tema de los presos políticos en Cuba es el documental Nadie escuchaba (1988), realizado también por Orlando Jiménez Leal junto a Jorge Ulla. Se trata de una obra sin precedentes, cuyo mérito principal consiste en ser testimonio de las torturas y los sufrimientos padecidos por miles de presos políticos en la Isla. Hasta entonces, la comunidad internacional ignoraba el problema de los derechos humanos en Cuba, aspecto que influyó en tan sugerente título. Ya fuera por complicidad con el régimen o porque determinados sectores de la izquierda europea idealizaban a la Revolución, muchas personalidades y gobiernos en el mundo permanecían ajenos a esta realidad. Pero Nadie escuchaba mostró al mundo el verdadero rostro del régimen cubano. Su impacto fue tan demoledor, que sirvió como documento para la inspección que aquel propio año hizo a Cuba una Comisión de Derechos Humanos de la ONU.

Antes de aquella histórica visita de la Comisión de la ONU, se habían publicado dos libros que tuvieron también mucha repercusión y han inspirado a cineastas como Andy García y Lilo Vilaplana: Contra toda esperanza: 22 años en el Gulag de las Américas, del ex preso político Armando Valladares, y Siete años en Cuba, de Pierre Golendorf. Este último es el relato de un fotógrafo francés, un intelectual prominente dentro de aquella izquierda que, después de una década de notorios atropellos, seguía deslumbrada con la Revolución cubana. En la Isla, a inicios de los años setenta, Golendorf fue acusado de ser agente de la CIA y encarcelado durante 38 meses.

"Nadie escuchaba" (1988), de Orlando Jiménez Leal y Jorge Ulla.
"Nadie escuchaba" (1988), de Orlando Jiménez Leal y Jorge Ulla.

Dos cintas de Lilo Vilaplana

El largometraje Plantados (2021), del cineasta cubano-colombiano residente en Miami Lilo Vilaplana, abre una nueva etapa en este empeño por divulgar la situación de los presos políticos en Cuba. Es la primera vez que historias tan dramáticas se trasladan al cine de ficción, y su éxito ha tenido como corolario una segunda parte, Plantadas (2023), que se enfoca en el caso de las mujeres encarceladas por el régimen.

Si Vilaplana nos conmovió en 2021 con su historia de las dantescas prisiones cubanas, en esta ocasión su mirada se detiene en las experiencias menos conocidas de las presas políticas. Con una estructura similar, apoyándose en los testimonios de muchas ex prisioneras políticas que hoy viven en el exilio, este nuevo filme reúne a un elenco de lujo, integrado por actores como Daniel Romero y Claudia Tomas, quienes protagonizaron la cinta El mayor, rodada en la Isla en el contexto de la pandemia, y hoy se encuentran en Miami.

El excelente guion de este filme fue escrito por Ángel Santisteban, autor de la colección de cuentos Los hijos que nadie quiso. Santisteban es uno de los más reconocidos narradores cubanos de la llamada “generación de 90”, y una de las voces más críticas al régimen cubano. En sus libros ha tratado también la temática carcelaria, continuando el legado de autores como Carlos Montenegro con su novela Hombres sin mujer.

Plantados en el Festival de Cine de Miami

"Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.
"Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.

Plantados se estrenó en el Festival Internacional de Cine de Miami, en 2021, donde ganó el Premio de la Audiencia. Cuenta las estremecedoras historias de los reos del régimen cubano que a inicios de los sesenta tuvieron la osadía de negarse a usar el uniforme de recluso común para de esa manera exigir sus derechos como presos políticos. El filme tuvo como protagonistas a los actores Gilberto Reyes, Ricardo Becerra, Frank Egusquiza, Carlos Cruz y Roberto Escobar.

Su exhibición generó polémicas en del exilio ante la inconformidad de muchos miembros de esa comunidad, resentidos ante la insuficiente acogida que tuvo la cinta por parte de los organizadores de Festival. No sorprende que en un escenario como Miami recibiera el premio de la popularidad, pero varias figuras del exilio tenían expectativas más altas en relación con esta película. Lo cierto, sin embargo, es que en cuanto a calidad estética, Plantados tiene aspectos cuestionables, actuaciones pésimas y escenas de represión exageradas.

En cambio, muy lograda y totalmente verosímil es la secuencia donde uno de sus protagonistas, que había sufrido la represión en las cárceles del régimen, identifica a uno de sus carceleros en la propia ciudad de Miami, y lo secuestran para hacer justicia por sus manos. En esas escenas finales se encuentran las claves de su mensaje: un dilema latente en Cuba, donde las tensiones políticas crecen: vencer el resentimiento y comprender que el verdadero camino para una transición pacífica debe ser la reconciliación.

Recepción de Plantados en Cuba

En Cuba, el crítico de cine oficialista Rolando Pérez Betancourt dedicó una página del periódico Granma a atacar no solo este filme de Vilaplana, sino también La ciudad perdida, de Andy García, a la que más adelante haré referencia. Es inusual que una obra producida en la diáspora cubana, en Estados Unidos, capte el interés de los medios estatales cubanos. Esta zona de nuestra cultura, la del exilio, ha sido siempre ignorada por las instituciones en la Isla. Solo algunos académicos, como el crítico de cine Juan Antonio García Borrero, las nombran y catalogan como una especie de cine sumergido, debido a que su difusión en Cuba es clandestina e informal. Por eso llama tanto la atención que el periódico Granma le haya destinado una página. La única ocasión anterior en que un medio oficial mostró interés por el cine de la diáspora, fue en el 2006, cuando la revista La Gaceta de Cuba le dedicó un dossier al tema.

"Plantadas" (2023), de Lilo Vilaplana.
"Plantadas" (2023), de Lilo Vilaplana.

Para un régimen totalitario como el cubano, la oposición a su sistema político es un desafío y, especialmente en aquellos años iniciales, un intolerable crimen contra la Revolución. Por eso, los primeros disidentes ―en cuyas experiencias se centra Plantados― recibieron los tratos inhumanos y las insospechadas formas de violencia que el filme describe con realismo y veracidad histórica. La puesta en escena ha sido reconocida por varios de los supervivientes de esa tragedia y exiliados políticos Ángel Francisco de Fana, Luis Zúñiga, entre otros, que se emocionaron el día de su estreno y hasta lloraron al evocar tanto dolor y sufrimiento. Precisamente ellos, los verdaderos líderes del exilio, aparecen al final de filme cuando los créditos comienzan.

Una evolución estética

Para impregnarle el realismo necesario a su obra, el director se apoya en una estética visual tenebrosa y asfixiante, coherente con la atmósfera requerida para una cinta de temática carcelaria. En la construcción de su discurso visual, Vilaplana se nutre de obras anteriores realizadas por él para la televisión, específicamente de narco series como El Capo, de gran éxito entre el público latino, y cortos de ficción como La muerte del gato (2014), que circuló de forma clandestina en la Isla.

"La ciudad perdida" (2006), de Andy García.
"La ciudad perdida" (2006), de Andy García.

Lilo ha tenido el coraje de contar una desgarradora historia que pocos conocían y que permaneció casi inédita hasta entonces en el cine de ficción. Solo un filme anterior había abordado el tema: La ciudad perdida (2006), debut como cineasta del actor Andy García, con guión de Guillermo Cabrera Infante. Pero en esa cinta el abordaje era menos directo y con el estilo propio de filmes como Casablanca. Plantados, por el contrario, nos sumerge de lleno en el drama del exilio cubano, incluyendo las “pequeñas historias” de las ejecuciones en La Cabaña, que nadie había contado.

Con Plantados y su secuela resulta innegable que el cine cubano de ficción ha evolucionado estéticamente, sin romper del todo con determinados cánones de producción, y sin desviarse de los principios ideológicos del exilio cubano. Ese exilio que aportó cuantiosos recursos para la producción de esta saga.

Aunque el filme no logró despojarse de ciertas fórmulas retóricas que ya antes limitaron a otras obras, como Conducta impropia y Azúcar amarga; estas dos cintas de Vilaplana son, sin duda, el proyecto cinematográfico más ambicioso del exilio hasta la fecha.

Escena de "Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.
Escena de "Plantados" (2021), de Lilo Vilaplana.
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Jorge Luis Lanza Caride

Jorge Luis Lanza, crítico de cine.

(Cienfuegos, Cuba, 1978) Licenciado en Estudios Socioculturales en el curso 2004/2005. A partir de esa fecha inicia su labor profesional como profesor del Departamento de Estudios Socioculturales de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Cienfuegos y en ese ámbito académico orientó mi docencia hacia la enseñanza del Cine cubano. Impartió postgrados a estudiantes de la Universidad de Tacoma, EE.UU, México y Noruega. 

Desde 2011 ha sostenido un vínculo directo con la Pastoral de Cultura y Prensa de la Iglesia Católica en Cuba, a través de colaboraciones con diferentes publicaciones católicas, como Palabra Nueva, Vitral y Verdad y esperanza, entre otras. Abandonó Cuba porque sufría represión y hostigamiento por el contenido de mis publicaciones. 

 

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