Los ministros de Relaciones Exteriores de veinte países se unieron al Secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, para firmar una declaración conjunta en condena a la represión del régimen cubano hacia los manifestantes del 11 de julio.
Los diplomáticos de Austria, Brasil, Colombia, Corea del Sur, Croacia, República Checa, Chipre, Ecuador, Estados Unidos, Estonia, Grecia, Guatemala, Honduras, Israel, Letonia, Lituania, Kosovo, Montenegro, Macedonia del Norte, Polonia y Ucrania exigieron la liberación de los detenidos a raíz de las protestas y el respeto a los derechos de los ciudadanos en la isla.
Según el documento, los manifestantes "ejercieron las libertades universales de expresión y reunión, derechos consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, la Carta Democrática Interamericana y la Convención Europea de Derechos Humanos".
Razones estas suficientes para que Cuba, miembro del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, respetara a sus civiles. Sin embargo, la represión de las protestas pacíficas ya registra un saldo de más de 700 desaparecidos y detenidos, además de decenas de personas condenadas en juicios sumarios, contradiciendo las propias leyes de la nación caribeña.
"Hacemos un llamado al gobierno cubano para que respete los derechos y libertades legalmente garantizados del pueblo cubano sin temor a ser arrestados y detenidos", dijeron los cancilleres, quienes instaron al régimen "a que libere a los detenidos por ejercer su derecho a protestar pacíficamente". La coalición de naciones clamó también por "la libertad de prensa y por la restauración total del acceso a Internet, lo que permite que las economías y las sociedades prosperen", ya que la táctica de bloquear medios y restringir el internet fue una de las empleadas por la dictadura castrista.
Recientemente, el Departamento del Tesoro de Estados Unidos había añadido a su lista de nacionales censurados al ministro de Defensa cubano, Álvaro López Miera y a la Brigada Especial Nacional, conocidos como "boinas negras", principales gestores de la violencia desencadenada el 11J y días posteriores.
La reacción del régimen no se hizo esperar, y el ministro de Relaciones Exteriores cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, emplazó enseguida en Twitter al gobierno estadounidense, invitándolo a "pruebas que demuestren las calumniosas acusaciones". El canciller declaró en el mismo tuit que las "declaraciones del Secretario de Estado EEUU se basan en apoyo de un puñado de países que han sido presionados para acatar sus dictados".
No obstante, el comunicado de las 21 naciones insta "a que se escuchen las voces y demandas del pueblo", en un contexto en que continúan sucediendo las detenciones arbitrarias de personas vinculadas al 11J.
"La comunidad internacional no vacilará en su apoyo al pueblo cubano y a todos aquellos que defienden las libertades básicas que todas las personas merecen", finaliza el documento.