La serie de contenidos agrupados con el nombre "Para Elisa", son un proyecto editorial de nuestro colaborador Amilkar Feria, quien compendia reseñas periodísticas publicadas por él entre 2008 y 2013. En su mayoría, el contenido de las mismas es sobre la actividad artístico-pedagógica desarrollada en la Universidad de las Artes (ISA). Nuestra publicación se hace eco de este acontecimiento editorial en proceso, compartiendo testimonios actualizados de algunos de los protagonistas de sus páginas.
Amilkar Feria esta vez conversa con Duniesky Martín Urgellés, estudiante de la Facultad de Artes Visuales y profesor de la institución desde 2009 hasta la actualidad.
AF: ¿Qué trascendencia tiene para ti, primero como estudiante, y luego como profesor, el vínculo pedagógico con el ISA?
DM: Inicié mis estudios en el ISA inmerso en una vorágine de experiencias que me han marcado para toda la vida. Fue una etapa sustancial en lo profesional y personal, cuando el Instituto contaba con una vitalidad estudiantil y docente envidiable para los tiempos que corren hoy.
Alcancé a convivir con un claustro de maestros que podría definirse como mítico en la enseñanza de las Artes Visuales cubanas, en el que coincidieron profesores experimentados y otros más jóvenes de igual valía pedagógica. Hice muchos amigos, algunos no están, y otros, a pesar de los años o las distancias, se han mantenido cerca.
La movida estudiantil de aquellos años en diferentes facultades, y las interconexiones tanto en las cúpulas, pasillos, cuartos de la beca o inolvidables fiestas –acompañadas casi siempre del eterno elixir de Romerillo–, me permitieron participar en prácticas de afectividad hacia otros conocimientos, que luego fueron aprovechados en mis procesos de trabajo.
Por otro lado, fue una gran oportunidad para conectarme por aquellos años con artistas, curadores, galeristas y críticos, insertándome así dentro del contexto artístico nacional.
AF: ¿Cómo ha sido tu recorrido profesional desde que te graduaste y comenzaste a impartir docencia hasta la actualidad?
DM: Desde que me gradué en el 2009 he impartido clases en la Facultad de Artes Visuales, donde he compartido con profesores y estudiantes de diversas generaciones, algo que me ha servido para desarrollar mi vocación pedagógica.
Fue extraño al principio tener como colegas de trabajo a algunos de mis profesores y, a la vez, impartirles clases a mis socios de farra de la beca con solo un año de diferencia. Por estas razones, durante mucho tiempo fui profe y seguí sintiéndome estudiante.
Paralelo a la actividad docente, continué mi obra personal en diversas residencias artísticas, bienales internacionales y múltiples exposiciones personales y colectivas. Entre los años 2015 y 2018 realicé una Maestría en Procesos Formativos del Arte.
Actualmente me encuentro inmerso en EL ESTUDIO –proyecto independiente de Arte Cubano–, creado conjuntamente con el artista y amigo Levi Orta, en La Habana, con el propósito de extender un puente colaborativo, no solo entre nuestras investigaciones en arte, sino también con la de otros artistas y espacios similares. Hoy continúo pensando y ampliando líneas investigativas para el progreso de nuevos proyectos personales.