El régimen cubano sigue dando señales de preocupación ante el cambio de administración estadounidense, pues a menos de un mes de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca una de las principales voceras de la dictadura, Arleen Rodríguez Derivet, llamó a realizar “una marcha” contra Marco Rubio, el cubanoamericano que dirigirá la diplomacia estadounidense a partir del 20 de enero.
Desde que se confirmó su nominación, las figuras y medios oficialistas no han cesado en los ataques contra Rubio, a quien acusan de orquestar un plan para intensificar las sanciones contra la isla.
La propuesta de Rodríguez se suma a la reciente "marcha del pueblo combatiente" organizada por el régimen el pasado 20 de diciembre, en la que Miguel Díaz-Canel intentó mostrar apoyo al gobierno cubano frente al embargo estadounidense y la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo.
Durante esa movilización, que tuvo lugar en un contexto de apagones, escasez de alimentos y transporte, el oficialismo aprovechó para reforzar su narrativa contra la política de "máxima presión" que Estados Unidos ha ejercido sobre la isla, aunque en esta ocasión la convocatoria fue bastante inferior respecto a las de años atrás.
La narrativa oficialista contra Rubio
En su podcast Chapeando bajito, Rodríguez acusó a Rubio de tramar nuevas sanciones contra Cuba y citó como fuente al programa de propaganda El Guerrero Cubano, conocido por diseminar desinformación y atacar a opositores.
Según Rodríguez, el senador está detrás de un plan que incluye la prohibición de viajes a Cuba, sanciones más estrictas a terceros países que comercien con la isla, y la codificación como ley de la inclusión de Cuba en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
Además, lo responsabilizó de un posible bloqueo a los procesos migratorios y programas de reunificación familiar, cruciales para miles de familias cubanas.
El régimen también ha recurrido a otros medios oficialistas, como Cubadebate, para reforzar su campaña contra Rubio. En semanas recientes, el medio lo calificó como “belicista” y “el hombre más peligroso” del gabinete de Trump, criticando su papel en la presión internacional contra aliados del régimen como Nicolás Maduro en Venezuela.
Sin embargo, mientras el gobierno cubano intenta demonizar a Rubio, activistas y opositores dentro y fuera de la isla han expresado su apoyo al político, reconociendo su papel en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el autoritarismo en la región.