Documentos | Homenaje a Alexei Navalni (Madrid). Palabras de exiliados de Cuba, Rusia y otros países

Este domingo 3 de marzo, frente a la Embajada de Rusia en Madrid, numerosos exiliados provenientes de regímenes autoritarios latinoamericanos se reunieron para rendir homenaje al fallecido opositor ruso Alekséi Navalni. 

Este acto, denominado "Flores a Navalni", fue convocado por exiliados cubanos e implicó a las comunidades latinoamericanas y rusas residentes en Madrid. El evento tenía como objetivo denunciar la brutal persecución de opositores por parte del régimen de Vladimir Putin, tras la misteriosa muerte de Navalni mientras cumplía una sentencia de 30 años en la prisión de Jarp, ubicada en los Urales.

Los oradores participantes en este evento fueron Eugenia Gutiérrez, miembro del Partido Demócrata Cristiano de Cuba, Liuba Stenyakina, disidente rusa, Katia Mur, Actriz y traductora rusa, el escritor y opositor cubano Ricardo González, el exalcalde de Caracas y persegudo político venezolano Antonio Ledezma, Marilyn Padilla, activista por la democracia boliviana y Khadija Amín, periodista, presentadora de televisión y exiliada afgana

Eugenia Gutiérrez, en nombre los exiliados cubanos

Hemos querido comenzar este acto con las palabras que Alekséi Navalni  dijo al realizador Daniel Roher en el evento de su muerte: "Si me matan quiere decir que somos increíblemente fuertes, y que no debemos desistir. Para que el mal gane basta con que la gente buena no haga nada".

Hoy nos reunimos frente a la embajada rusa en Madrid, unidos en un acto de solidaridad y reconocimiento a un hombre cuya valentía será recordada a través de los tiempos. En vida Navalni desafió al poder opresor del Kremlin, con la única arma que temen los tiranos: la verdad. 

Su coraje, su incansable lucha por la libertad y la transparencia, lo convirtieron en un símbolo de resistencia para Rusia y el mundo. Desde esta tierra que acoge a exiliados de diversas naciones oprimidas por sistemas autoritarios aliados al Kremlin, nos unimos para hacer tributo a un símbolo de rebeldía. Si Navalni fue temido en vida, más lo será ahora después de su muerte. 

Podrán matar a los hombres pero no a las ideas, lo que ellos representan después de la muerte de quienes las encarnan a manos del opresor, queda escrito siempre en el cielo y en la historia para guiar a los pueblos. 
Para muchos de nosotros que hemos conocido la opresión y la tiranía, la historia de Navalni se repite, como un ciclo interminable, allí donde el opresor busca el sometimiento a manos de la violencia, el chantaje, la mentira y el miedo. Pero ello no llevará a rendirnos, pues son predecibles en su terror los tiranos.

Este memorial no es solo un tributo a un hombre valiente, sino también un recordatorio de nuestra responsabilidad colectiva, en estos tiempos oscuros donde la guerra y la tiranía asolan al mundo, la vida de Navalni nos inspira a permanecer firmes en nuestra búsqueda de un mundo más justo, más libre y más humano.

En este día invitamos a todos los madrileños a unirse a nosotros, a poner una flor en memoria de Alexei Navalni. Que su ejemplo nos inspire en los días más oscuros, y que nos recuerde que el amor siempre es más fuerte que el miedo.

Katia Mur, activista miembro de la Asociación Rusos Libres en Madrid

Muchas gracias ante todo por estar aquí hoy, un domingo a las once y media de la mañana. Podrían estar en cualquier otra parte, pero están apoyándonos. Estamos juntos en esta lucha y en este dolor que compartimos hoy con la reciente partida de Alexei Navalni. 

Quería repetir las palabras de que dijo Alexei y que ya hemos escuchado anteriormente: "Para que el mal no venza lo único que es necesario es que los buenos no estén inactivos, que se queden quietos, no hagan nada. Cuando el mal empieza a reagruparse, el bien ha de hacer lo mismo. Porque de lo contrario seremos aislados y seremos derrotados en solitario y es algo que no podemos permitir."

Desde luego, la democracia, los derechos humanos, las libertades y todo lo que el ser humano debería tener por derecho de nacimiento son valores universales, pero no son valores que podamos obtener muchas veces sin luchar por ellos. Son derechos que son muy fáciles de perder y muy difíciles de conseguir. 

Alexiei Navalni dio su vida por todo aquello en lo que él creía, por la libertad, por una Rusia libre, con una cara más amable hacia el exterior. Porque las las personas fueran libres para pensar lo que quieren pensar, amar a quienes quieren, hablar de lo que quieran hablar y asociarse con quien se quieran asociar. Son derechos básicos. Él dio su vida por ello. Y nosotros honramos hoy en su memoria. Y la de los grandes que desde sus respectivos países que también han estado inmersos en esta lucha y han dado muchas veces su vida por ello. 

Alexei siempre plantaba cara. Siempre lo hacía con gran ironía y siempre lo hacía con gran humor, se reía en la cara del régimen, lo hacía desde la cárcel cuando no le dejaban hablar, durante las pocas veces en las que podía comunicarse con el exterior desde la sala de juicios. Juicios que eran ilegales, juicios que eran para denigrarlo psicológicamente y machacarlo psicológicamente, además de hacerlo físicamente en esa cárcel terrible del ártico, con ese horrible frío y después de haber sido envenenado. Y él seguía riéndose en la cara del régimen. 

Hoy estamos aquí porque no conseguirán desarraigarnos de nuestras raíces, no conseguirán quitarnos lo que es nuestro, nuestra tierra, el olor a nuestra infancia, la panadería de al lado de nuestra casa, el olor a cepa, las empanadillas de nuestra abuela, donde hemos vivido y donde hemos crecido. Todo eso lo llevamos dentro. Y jamás llegarán a aislarnos. Jamás llegarán a quitarnos todo eso. Que eso es innato y es nuestra esencia. 

Por tanto les agradezco. Me siento orgullosa de estar entre ustedes, de verles a todos vuestras maravillosas caras hoy, compartiendo este momento con nosotros. Estamos unidos en esta lucha de nuestro dolor. Nosotros somos lo que diría Alexei, "el bien es el tiempo mayúsculo que va a plantarle cara al mal." Muchísimas gracias. Libertad.

Ricardo González, escritor y opositor cubano

En las palabras introductoras se dijo honorables. Y estaba bien dicho ese término porque como dijo José Martí, el apóstol de nuestra independencia de Cuba, dijo honrar, honra. Si este acto se hubiera dicho el 15 de febrero, estuviéramos homenajeando a un héroe. 

Hoy, lamentablemente, estamos homenajeando a un héroe porque regresó después de ser envenenado por el régimen de Putin, quiso regresar a su Rusia porque estaba convencido que prefería llevar las rejas por fuera que no llevarlas por dentro. 

Esas rejas de la autocensura, esas rejas del miedo, esas rejas del pánico. Como escribiera Bertolt Brecht en su obra Galileo, cuando Andrea, el discípulo del científico, le dijo al maestro cuando este rechazó sus principios: "Lamentable el país que carece de héroes", y le respondió Galileo "No, desgraciado el país que necesita héroes".

Lamentablemente, muchos de nuestros países necesitan héroes y Rusia, como muchos otros necesita aún de héroes como Navalny. Si me permiten expresaré un poema de mi autoría muy breve cinco versos juntos titulado La Estrategia del Invicto:

No quiero ser el toro 

que alimenta su furia con la hierba 

prefiero ser el viento 

el amigo viento 

que la bestia inútilmente cornea. 

No seamos hierba para alimentar a la bestia bestias como Putin, bestias como los tiranos que oprimen a nuestros pueblos y que inútilmente cornea a la bestia ¡Viva la libertad! ¡Viva! ¡Viva Navalny! ¡Viva! ¡Viva la libertad! ¡Viva! Muchas gracias. 

Antonio Ledezma, director del Observatorio Geopolítico de América Latina, exalcalde de Caracas y perseguido político venezolano

La defensa de los derechos humanos no tiene fronteras. Por eso, al lado del dolor de los ciudadanos que lloran en Rusia a Navalny encontramos aquí ciudadanos de América Latina, de Bolivia, de Nicaragua, de Venezuela y por supuesto de Cuba. 

Acaba de decir Ricardo, este gran escritor que nos honra con su presencia, acaba de recordar o de citar a José Martí y escuchándolo no puedo dejar de recordar cuando este insigne poeta cubano nos decía que cuando se comete un crimen y no se hace nada terminamos siendo culpables, terminamos siendo cómplices, por eso nuestra respuesta ante este asesinato.

Es un asesinato cometido en nombre de supuestas ideologías y por eso mi reclamo categórico a la comunidad internacional que no puede seguir siendo indolente, indiferente, complaciente con este tipo de crímenes. Lo que se hizo con Navalny en Rusia en nombre de una ideología, que no es otra cosa que el culto a la personalidad, el egocentrismo, el centralismo, el querer justificar el hecho de la tortura y los asesinatos para sostener un régimen como el que representa ese tirano.

Es lo mismo que hacen en Nicaragua que en nombre de una tal revolución, de una ideología, le quitan hasta la nacionalidad a Sergio Ramírez o a Ioconda y a tantos otros ciudadanos. Es lo mismo que hacen en Cuba cuando en nombre de una falsa revolución asesinan al señor Payá; es lo mismo que están haciendo en Venezuela, en donde miles de ciudadanos son víctimas de la persecución política; y en este momento que estamos aquí, haciendo esta ofrenda floral en nombre de la dignidad y de la defensa de los derechos humanos, muchos como Rocío San Miguel están desaparecido,s porque en Venezuela funciona la desaparición forzosa como lo hace también Putin en Rusia

Por eso, finalmente, lo que planteo es que el mejor homenaje a Navalny es defender los derechos humanos, él luchó defendiendo los derechos humanos, esa era su ideología. Por eso hoy estamos frente al dilema de ideologías o derechos humanos. 

Para mí, lo más importante son los derechos humanos, evitar que se siga asesinando, que se siga torturando en nombre de supuestas ideologías, como lo hace el dictador de Corea del Norte, en nombre de la ideología del socialismo de Estado, o como lo hace Putin en Rusia, en nombre de ese falso nacionalismo, o como lo hace el dictador de Venezuela o el dictador de Nicaragua, que se arropan con banderas ideológicas manchadas de sangre y del dolor de los seres humanos que son víctimas de esa cacería política

Por eso nuestro compromiso y estas flores que hoy vamos a rendir como tributo y homenaje póstumo a Navalny presentan el compromiso de seguir honrándolo diariamente. La defensa de los derechos humanos fue la causa por la que vio su vida ¡Viva la libertad! ¡Viva Navalny! ¡Viva!

Marilyn Padilla, activista por la democracia boliviana

Buenos días, muchas gracias por organizar este homenaje a un gran hombre como Alexei Navalni, un gran luchador por la recuperación de la democracia del pueblo ruso. Lo mataron defendiendo la libertad. El mundo democrático siente la partida de Navalni. 

Hay muchos países que tienen a tiranos en el gobierno. Bolivia, mi país de nacimiento, está también gobernada por una dictadura que tiene secuestradas todos los poderes del Estado. Solo vale el dictamen del gobierno. No existe la democracia. La violencia ejercida por el gobierno no tiene límites. En estos últimos días, el hecho más inédito e insólito en el Congreso de Diputados, secuestraron por más de 70 horas a diputados que fueron agredidos brutalmente para obligar a que firmen proyectos que son aprobados por la fuerza, imponiendo la violencia verbal y física sin medir consecuencias, señores. 

El gobierno socialista de Luis Arce está encaminando al país a una total destrucción económica y social. Cada día en Bolivia es más difícil ser opositor. Quien lo hace termina con un cúmulo de procesos inventados en la cárcel donde ahora mismo se encuentra la expresidente Yanine Áñez y el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, más de 200 presos políticos y 2.500 exiliados. 

A pesar de todo ello, los que creemos en la democracia no nos cansaremos ni perderemos la esperanza de volver a vivir en libertad. A cada imitador de Putin habrá cientos de Navaldis dispuestos a enfrentarlos. Ayúdenme a decir con esto, ¡Viva la libertad! ¡Viva! ¡Y que viva la democracia! ¡Viva! ¡Muchas gracias! 

Khadija Amín, periodista, presentadora de televisión y exiliada afgana

Buenos días, muchísimas gracias por organizar este acto de hoy, que nos enseñó que derechos de humanos no tienen fronteras, como han dicho. Hoy estamos aquí de diferentes países que nos obligaron a abandonar. Y nos obligaron a dejar nuestra vida detrás y empezar de cero. Hoy estamos aquí de todos los países que los hombres de guerra, que están ahí, están masacrando a las personas. Las mujeres no tenemos ningún derecho y no podemos vivir en nuestro país con paz. 

Nadie de su país quiere abandonar su país y vivir en un país para tener una vida de lujo. Yo nunca pensaba abandonar mi país. Yo era presentadora de las noticias, pero tuve que abandonar mi país para salvar mi vida.

Desde que estoy en España estoy luchando por los derechos de las mujeres en Afganistán. De todo el mundo. Somos humanos, somos inmigrantes aquí, pero somos humanos y tenemos derecho. Y en esta lucha todos estamos juntos y tenemos que luchar para que todo el mundo escuche nuestra voz, que somos humanos y tenemos derecho de vivir. 

Muchísimas gracias.