La viceministra de Finanzas y Precios de Cuba, Lourdes Rodríguez Ruiz, informó la decisión de no implementar el tope de precios anunciado anteriormente a productos de primera necesidad como el pollo, el aceite, la leche, las salchichas y el detergente en polvo, entre otros.
Aunque varios gobiernos locales habían anunciado nuevos precios para alimentos y otros productos esenciales, estos fueron descartados debido al rechazo que han recibido por parte de los actores económicos debido a los desafíos en la importación, transporte y comercialización, lo que hace inviable bajar los precios.
La viceministra enfatizó la importancia de continuar estos intercambios para alcanzar un consenso justo, mientras el medio independiente El Toque reveló fragmentos de una reunión que mostró las tensiones entre funcionarios y empresarios en relación con el control de precios.
En ese sentido, Rodríguez Ruiz indicó que, aunque los precios propuestos por los comerciantes privados en las reuniones realizadas con los funcionarios “no son los deseados”, reconoció que estos “tienen en cuenta los costos reales para los actores económicos”.
Con esta situación ha quedado en evidencia el papel crucial del sector no estatal en el suministro de productos esenciales en un contexto donde la producción estatal disminuye y la cada vez más débil cartilla de racionamiento deja a muchos cubanos dependientes de las MIPYMES y sus altos precios.
Según el economista Pedro Monreal, el sector no estatal aumentó su participación en las ventas minoristas del 4.1% en 2020 al 44.4% en 2023. Esta situación refleja fallos en la "Tarea Ordenamiento" y la dependencia creciente de importaciones debido a la insuficiente producción agropecuaria nacional.
Monreal también señaló que la implementación de precios topados, que debía iniciar el 1 de julio, fue mal manejada, causando confusión y especulación en la población y los mercados.