Tras varios días de conflicto entre pandillas principalmente dedicadas al narcotráfico en Ecuador y las fuerzas del Estado, la toma de un plató de televisión en Guayaquil por parte de delincuentes armados en la tarde de este martes desató una ola de violencia que terminó con la declaración formal de un “conflicto armado interno” por parte del presidente del país, Daniel Noboa.
La situación entre el crimen organizado y el Estado ecuatoriano se agravó este fin de semana, cuando al menos seis prisiones fueron tomadas por los reos, quienes secuestraron a los agentes penitenciarios y generaron graves altercados al interior de las cárceles.
En ese contexto se conoció la fuga del mayor criminal del país, José Adolfo Macías, alias “Fito”, de la Prisión Regional de Guayaquil, junto a algunos de sus colaboradores más cercanos. Las autoridades fueron vagas al informar al respecto, pero se supo que los criminales contaron con ayuda de al menos dos funcionarios del centro para escapar.
Fue en este contexto cuando los pandilleros irrumpieron con armas y explosivos en un estudio del canal TC Televisión, donde tomaron como rehenes a los periodistas y desataron el terror en el país, que vio en vivo durante alrededor de media hora el operativo criminal, en el cual se realizaron disparos, aunque no se lamentaron víctimas.
La respuesta del presidente a estos sucesos declarando un “conflicto armado interno” y ordenando a las fuerzas del orden combatir a estas pandillas por todos los medios fue otro paso a la agudización de la crisis.
En respuesta, el crimen organizado desató una ola de atentados en ocho ciudades del país, se conoció la fuga de prisión del connotado criminal Fabricio Colón Pico, miembro de la banda narcocriminal Los Lobos, y se han registrado disturbios en Quito y Guayaquil, principales ciudades del país, que han implicado a hospitales y universidades. En total se reigstraron diez asesinatos en la jornada, dos de ellos policías.
Ante esta situación las autoridades ecuatorianas declararon como “terroristas” a 22 grupos de delincuencia armada que operan en el país y ordenaron a los militares desarrollar operaciones para neutralizarlos, todo con el respaldo del Congreso.
En tanto, el ministro de Educación suspendió las clases en todo el país hasta el viernes, mientras funcionarios de instituciones estatales en la capital eran evacuados por su seguridad y los comerciantes cerraban sus negocios.
La crisis en Ecuador ha llegado hasta otros países, pues las autoridades de Perú decidieron declarar en emergencia a toda la frontera norte del país y el envío de los ministros del Interior y Defensa hacia la zona para coordinar acciones que garanticen la seguridad.
La violencia en Ecuador ha escalado a máximos históricos en los últimos años, llegando a reportar 40 homicidios por cada 100.000 personas actualmente, y los últimos gobiernos se han visto incapacitados para remediar la situación.
El mandato de Noboa comenzó en una situación límite, tras una campaña electoral donde las pandillas asesinaron a uno de los candidatos, y desde su asunción del poder hace apenas dos meses no ha podido cumplir las mejoras que había prometido en campaña, aunque se encontraría trazando un plan para el cual pidió ayuda del Gobierno de Nayib Bukele.
Uno de los pasos más importantes en este sentido es retomar el control de las prisiones, donde permanecen recluidas más de 31.300 personas, y así romper el nexo directo entre estas y las bandas de crimen organizado, que se han fortalecido más que nunca en el país.