Cámara de gas
La pared crea otra alternativa.
Aparece la rabia espantando al ángel de mi cabeza,
mientras el árbol edénico me poda, me reescribe.
Encerrado, experimento la cámara de gas que cocina
los intestinos.
Algunos cadáveres quedan en la cámara,
lucen calcinados.
No hay alternativa.
No existe país que aguante tanto humo y abulia
acumulada.
La cámara de gas está adentro.
No veo a nadie.
No quedan máscaras
y el árbol fue cortado.
Todo se altera.
Humo, rabia.
Todo.
El horno
Para Frank Castell
El sueño no es el sueño,
la necesidad de mantener silencio
es lo principal.
En Babilonia
tres hombres cruzan la línea prohibida,
marcan aquella libertad,
que es otro silencio
para regresar.
En esta isla
el horno es diferente,
extiende sonidos que alteran
un código en constante combustión
en fuego ajeno,
alejado
de la masa invisible.
El miedo de esta generación
se confunde en otra manigua
que no existe.
Versión virgiliana
Qué siente un país cuando
no puede dominar su propio circuito.
En el silencio que nos deja la libertad
se encuentra su último desprendimiento,
alejándose de las aguas
por todas partes.
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