"...Justo cuando el milagro se corrompe / y no sé si la vida me acompaña, / si acaso es vendaval o cofradía./ ¿Uno es carne del bien, que a veces daña, / o evidencia del mal? —¡Silencio, guía!".
"...La madrugada y yo somos la usanza / de un mismo Dios enloquecido y solo. / Ambos pujamos hacia un mismo polo / ausente de inquietud y de esperanza...".
"...Sobre ellos la gran voz sin rostro / anunciaba triunfante la nueva era / de la universal violencia mesiánica / y del bárbaro delirio antihumano...".