La Luna es un charco de luz
afuera
que ahoga de algún fulgor
a todos los que conspiran
a los que aman hasta tarde
a los locos de los horóscopos
a mí.
Si hoy pudiera encerrarla
en mi jaula de abismos
como una lámpara hueca
colgada de un suspiro…
Si pudiera comprar la Luna
que tiene luz de sol
que es luz escapada
como hija pródiga…
Para mí
siempre fue una boca suspendida en esperas
moteada por los gritos de la tierra.
Qué luna tan llena.
¿De cuántos desapegos?
De tanto que le lanzo el dolor.
Hoy me quedo sin la Luna
pero mañana quizás
tampoco la tendré.
Un claror es todo
y no basta para derribar
lo que trabaja el odio
en la oscuridad.
Pero eso es lo que tengo
ella afuera derritiéndose,
entrando por la ventana alta
en una lava de resplandor.
Poema publicado originalmente en el libro Voz Cautiva (Poemas escritos en la cárcel). Colección ALAS, Poesía (Ediciones Deslinde, Madrid, 2023).