La vida y la pasión de Jesús, y la trascendencia de sus enseñanzas, han inspirado durante milenios el arte y la evolución espiritual de Occidente, al tiempo que su influencia se abre a todo el mundo. En Cuba, numerosas obras del arte culto o popular han dejado testimonio de la fe cristiana, desde Heredia y Martí, pasando por Dulce María Loynaz y Fina García Marruz, hasta algunos de los más jóvenes escritores. Estas décimas del notable repentista habanero Francisco Riverón Hernández, dedicadas a la celebración de la Semana Santa, recuerdan que, a pesar de la obcecación con que el gobierno cubano ha intentado imponer el ateísmo, la fe sigue viva el pueblo.
La anunciación
Y habló el ángel del señor:
Dios te bendice, María,
en tu vientre será el Día,
la Palabra y el Amor.
Tu niño será Pastor
de pecadores humanos,
y andará pueblos y llanos
―Luz viva de eterna Fragua―
repartiendo el Pan y el Agua
en el cuenco de sus manos.
El nacimiento
Y virgen, y carne pura
allá del parto sin fiebre,
vistió de azul el pesebre
con piel de su Criatura.
Fueron ojos de blancura
los que le vieron con ella.
En luz de la noche aquella
tejió el llanto su pañuelo.
Y José supo que el cielo
le regalaba una estrella.
El bautismo
Juan el Bautista, enviado
mensaje del cielo mismo,
con un agua de bautismo
para lavar el pecado.
Habló del Iluminado
y de su divino afán.
Juan y Jesús, el Jordán
más claro el minuto aquel:
El Hombre-Dios de Israel
tomó el bautismo de Juan.
Los milagros
A veces, multiplicar
le vieron panes y peces,
a veces curar y a veces
sobre las aguas andar.
Hizo ver y caminar,
cerró heridas, abrió puertas,
por sus pupilas abiertas
a una gracia repartida,
el milagro de la vida
regresó a las cosa muertas.
Jerusalén
El salvador de Belén
entre aleluyas y palmas,
con una fiesta de almas
entró por Jerusalén.
Pero era el Templo del Bien
mercado de forajidos,
y le dio a los oprimidos
ejemplo de redención:
Esta es Casa de oración
y no cueva de bandidos!
Última cena
Última cena, el Rabí
se sabe meta y camino:
De este Pan y de este Vino
soy hecho, tomad de Mí.
Más tarde Getsemaní,
la profecía era eso:
Ir a Dios por el regreso
de la carne que se entrega,
Judas Iscariote llega
y pierde el alma en un beso.
Poncio Pilatos
Aquella turba de ingratos
y sordos para la Ley,
puso ante el esclavo el Rey:
Jesús mirando a Pilatos.
Oyendo a los insensatos
el cobarde presidente,
se lavó ante el inocente
emisario de un anhelo,
y le dio sangre del cielo
a la sed de aquella gente.
La crucifixión
A la voz que le bendijo
el hombre dio su sordera,
y en un poco de madera
clavó la carne del Hijo.
La luz llenó el crucifijo
con una herida sangrada,
y cuando la llamarada
bajó de su corazón,
brilló un agua de perdón
en la celeste mirada.
La resurrección
La sombra duró tres días
en la muerte de aquel muerto,
como por camino abierto
cruzó la roca el Mesías.
Estaba en las profecías
anticipada la historia:
Cumplida la trayectoria
del pesebre hasta la cruz,
un ala-nube de luz
se lo devolvió a la gloria.
Regresar al inicio