En 2022, debido a una investigación periodística divulgada por el diario Paris Match, se reveló que el presidente ruso Vladimir Putin viaja con un inodoro personal. Y no solo eso: también salió a la palestra pública el hecho de que sus asistentes tienen la misión de “empaquetar” sus excrementos en “bolsas especiales”, diseñadas específicamente para esta tarea.
“Normalmente, sus guardias también limpian las instalaciones usadas por el jefe de Estado. Aún más cuando está en el extranjero”, afirma en X (antes Twitter) Farida Rustamova, ex periodista de la BBC que ha recopilado información sobre este tema.
La razón, de acuerdo a Fox News, estaría relacionada con que el líder del Kremlin desconfía de que alguien pueda acceder a su estado de salud a través de sus heces. “Si bien hay mucha especulación sobre la salud de Putin, la inteligencia señala que no existe ninguna información concluyente”, dijo una fuente a ese medio.
De esta forma, miembros del Servicio de Protección Federal de élite de Rusia empaquetan el excremento de Putin (a petición suya) durante sus viajes y los llevan hasta su casa en un esquema de estricta vigilancia. De acuerdo a varias investigaciones, esta conducta del presidente ruso tendría su origen en un suceso ocurrido durante el siglo pasado.
Nikita Jrushchov, espiado a través de su retrete
En 1964, una misión de espionaje danesa se hizo con los excrementos de Nikita Jrushchov, líder de la URSS por aquel entonces. Todo surgió a raíz de una supuesta información que la CIA le hizo llegar a los servicios de inteligencia de Dinamarca acerca del estado de salud de Jrushchov, avisando sobre una posible enfermedad.
Así, los daneses manipularon las tuberías del baño del hotel en el que se alojaba el soviético, con el fin de apoderarse de sus heces e inspeccionarlas en sus laboratorios. Putin, que conoce lo sucedido durante este episodio, toma precauciones con respecto a su excremento “desde siempre”, según Farida Rustamova
“Luego, o se limpia a fondo y se eliminan todos los rastros, o se la llevan. También se controlan las huellas dactilares si ha tocado algo“, afirma esta misma fuente, que añade que los biomateriales de Vladimir Putin están protegidos como información ultrasecreta.
Estas obsesiones concuerdan en gran medida con lo que se conoce sobre sus medidas extremas de seguridad. La guardia privada del presidente ruso está conformada por 400 mil efectivos, concentrados en cuatro círculos: guardaespaldas personales, guardias camuflados, seguridad entre la multitud y francotiradores.