Las autoridades iraníes informaron en la mañana de este lunes que el presidente del país, Ebrahim Raisí, y el ministro de Relaciones Exteriores, Hossein Amir Abdollahian, fallecieron junto a otros integrantes del Gobierno en un accidente de helicóptero que tuvo lugar en una zona montañosa ubicada en la provincia de Azerbaiyán Oriental.
Tras una intensa búsqueda del helicóptero, la televisión iraní informó este lunes que los rescatistas no encontraron “signos de vida” en los restos de la aeronave, que había sido calcinada por el fuego. En total fallecieron ocho personas en el accidente.
“El ayatolá Ebrahim Raisí, presidente de la República Islámica de Irán, ha muerto mientras servía al pueblo. El helicóptero que transportaba a Raisí, (...) debido a las condiciones meteorológicas adversas, sufrió un accidente”, señaló el comunicado publicado en Telegram por el Gobierno iraní.
Las autoridades del país persa informaron que el actual primer vicepresidente, Mohamad Mojber, encabezará el ejecutivo tras recibir la aprobación del ayatolá Ali Jameneí, máximo líder del país.
Será Mohamad Mojber, como presidente en funciones, quien informará sobre los próximos pasos para convocar nuevas elecciones presidenciales en un plazo de 50 días.
Tras la muerte de Ebrahim Raisí, países aliados como Cuba, China, Turquía, Rusia, Pakistán, Líbano, Siria y Qatar enviaron sus condolencias a Irán. El ayatolá Jameneí, por su parte, dijo que “la nación iraní perdió a un servidor de buen corazón, humilde y valioso”.
Ebrahim Raisí, un “juez de la orca”
Ebrahim Raisí, casado y padre de dos hijos, fue elegido presidente en 2021 con el 62% de los votos en unas elecciones donde fueron vetados más de 600 candidatos. Tras su llegada al poder, el político ortodoxo y ultraconservador endureció los códigos morales y rechazó cualquier petición de cambios o flexibilizaciones al respecto.
El mayor escándalo de su Gobierno estuvo marcado por las protestas tras la muerte de la joven de 22 años Mahsa Yina Amini mientras se encontraba bajo arresto por llevar mal puesto el velo.
La respuesta de Raisí a las manifestaciones llegó a tal grado represivo que la Misión Independiente de la Organización de Naciones Unidas para Irán denunció “crímenes contra la humanidad”.
En total, más de 550 iraníes murieron a manos de las fuerzas de seguridad y paramilitares, mientras otros 60.000 fueron arrestados por defender los derechos de las mujeres y exigir más libertades.
Tras poner fin a las manifestaciones de forma violenta y autoritaria, Raisí endureció aún más las restricciones. Tan solo en lo que va de 2024 se han realizado 226 ejecuciones en Irán, más de una diaria, según la ONG Irán Human Rights.
Pero Ebrahim Raisí no se convirtió en un verdugo sanguinario tras su llegada al poder, pues organizaciones como Amnistía Internacional lo han señalado como uno de los cuatro fieles islámicos que conformaron la comisión que ordenó la ejecución de 5.000 presos políticos en el año 1988.
Desde entonces fue conocido en Irán como un “juez de la orca” y defensor de la ortodoxia ultraconservara en el país, por lo que también fue visto como un posible sucesor del ayatolá Jameneí.