Un grupo de activistas y opositores cubanos lanzó este domingo una campaña llamada “Cuba dice NO a la dictadura”, en la que instan a los ciudadanos de la Isla a no participar en las votaciones convocadas el próximo 26 de marzo por el Partido Comunista de Cuba (PCC) para elegir a los integrantes de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
De acuerdo con el comunicado de prensa circulado por los promotores de la iniciativa, se trata de la continuación de la llamada Campaña del NO, que tuvo lugar el pasado mes de noviembre en respuesta a la convocatoria del PCC para elegir a los delegados a la Asamblea Municipal del Poder Popular.
Los impulsores de la campaña argumentaron que “la convocatoria del próximo 26 de marzo no constituye un proceso electoral libre y legítimo, pues los candidatos son elegidos por el PCC a través de las comisiones de candidatura, no hay entre ellos competitividad ni representatividad de la pluralidad política de Cuba. Tampoco se permite la observación electoral ciudadana independiente, ni internacional”.
Además, señalaron que “no votar es la manera más segura que tienen los cubanos que deseen manifestar el rechazo y voluntad de cambio en este contexto de represión que ha convertido a Cuba en el país con más presos políticos de la región”.
La activista cubana Yanelys Núñez, integrante del Movimiento San Isidro, dijo a esta revista que la petición de la campaña “trabaja en el plano de lo simbólico”, pues “ya hubo cifras importantes de abstención en noviembre pasado, y lo que se quiere ahora es ir por más”.
“No somos los primeros que tratamos de boicotear estas elecciones, hay antecedentes dentro de la oposición cubana, pero creo que como iniciativa de la sociedad civil tenemos que seguir apostando por estos gestos colectivos que buscan deslegitimar estas supuestas elecciones que realiza el régimen, porque también es una buena manera de seguir hablando de los derechos humanos y los presos políticos en Cuba”, añadió.
Núñez consideró que “la campaña busca, más allá de la abstención, que las personas sigan tomando conciencia de que la raíz de los males está en el régimen y que no puede haber reformas ahí”.
El periodista e intelectual cubano Boris González Arenas, quien también formó parte de la iniciativa en noviembre, comentó a esta revista que “la alta abstención para el régimen tiene un significado muy claro y contundente, pues representa el desentendimiento que la nación ha generado en torno a los intereses del castrismo, lo que en estos momentos es más absoluto y claro que antes, pero también tiene un significado para la nación cubana, que es el de confirmar ese distanciamiento”.
No obstante, González Arenas consideró que “el castrismo, sin duda, falsea los datos, pero lo que sí es cierto es que en las últimas elecciones de circunscripción el régimen reconoció implícitamente, al poner entre los que anulan boletas y los que no asisten, una mayoría de personas que se desentendieron del proceso castrista de selección de sus figuras y sus nominaciones”.
“La no participación o anulación de las boletas deja en claro al castrismo el distanciamiento que la nación tiene de él y une a la nación en su coincidencia en el rechazo al castrismo, lo que se ha logrado de forma más contundente en los últimos cuatro años, es decir, la convergencia de la nación y el exilio en torno al rechazo al castrismo y al sistema comunista”, añadió el intelectual.
“No creo en los datos, pero en estas elecciones para diputados de la nación tiene que ser mucho menor la participación, porque en la circunscripción se vota por vecinos, por lo que las personas en el barrio se pueden sentir más comprometidas a ir”, explicó.
En ese sentido, los impulsores de la campaña dijeron en un mensaje enviado a esta revista que “la ciudadanía, la oposición y los cubanos en general tienen la oportunidad de decirle no a la dictadura en un ejercicio cívico, no violento, seguro, que no debe implicar grandes eventos represivos. Si se alcanzan valores de no participación sería claramente una muestra de ese rechazo que ya se ha expresado en varios hitos a lo largo de los últimos años”.
En las elecciones de noviembre pasado, donde se seleccionaron los delegados a la Asamblea Municipal del Poder Popular, solo acudieron a las urnas el 68,58% del padrón electoral, lo que supuso una abstención histórica del 31,42%, la más alta desde 1959.