El hombre designado para suceder a los Castro en el poder, Miguel Díaz-Canel, busca desesperadamente limpiar una imagen que es cada vez más impopular y que, desde la "orden de combate" del 11 de julio de 2021 (11J), se ha convertido en el rostro de la represión en Cuba. Ahora el gobernante se refugia en la red social TikTok, de la mano de dos jóvenes seguidores del régimen, el mexicano Jerónimo Zarco y el argentino Bruno Lonatti.
“Estoy con dos muchachos muy preguntones, pero muy interesantes”, comenzó diciendo Díaz-Canel, quien intentó parecer simpático fuera del guión habitual al que se han acostumbrado los cubanos.
Zarco y Lonatti, quienes se definen en Twitter como comunistas y revolucionarios, aparecieron en el Palacio de la Revolución para entrevistar al dictador cubano, motivados por "conocer el proceso social cubano y la cercanía con el pueblo de Cuba".
En específico, los comunicadores preguntaron a Díaz-Canel sobre sus visitas a barrios humildes de La Habana, aunque omitieron el hecho de que las visitas se produjeran a lugares donde la represión del 11J se acrecentó y las protestas sociales tuvieron un mayor impacto.
“La convicción de estar en un barrio parte de una necesidad. En los barrios están las esencias nuestras. Si tú no vas al barrio, no conoces nuestras esencias. En los barrios está la posibilidad de comunicar, está la posibilidad de conocer cómo está viviendo la gente, está la posibilidad de conocer cuáles son las motivaciones, las aspiraciones, los sueños”, contestó Díaz-Canel, quien apareció en cámara luciendo un costoso y elegante traje.
El video del encuentro fue compartido de inmediato en redes como Twitter, donde el mandatario cubano suele ser abucheado por los comentarios de cubanos y personas conscientes de la realidad cubana procedentes de todas partes del mundo.
"Han tenido que buscar a dos influencers de fuera para lavarle la imagen al régimen en Cuba. Los jóvenes en Cuba están pensando cómo huir de la miseria y la represión, o están presos o están intentando sobrevivir hasta el siguiente apagón. ¿Cuánto costó este paripé mediático?", preguntó un usuario de Twitter identificado como Martha.
Por su parte, Corazón Madridista escribió: "Dale una libreta de abastecimiento, un salario de 3000 pesos, y mándalo para una casa a vivir sin más, verás como ya ni te hace tantos TikTok, quítale la electricidad a la 1 am, déjalo sin agua 5 días, y verás como él solo tranca el dominó".
El periodista independiente José Raúl Gallego instó a los tiktokers a preguntar al mandatario "por Diubis Laurencio (muerto el 11J a manos de las autoridades cubanas), por los presos políticos, por las penas de más de 15 años de cárcel a muchachos de la edad de ustedes. Qué pena que los utilicen así. En el futuro comprenderán y se sentirán mal por esto".
"En Cuba hay más de 55 menores de edad presos políticos, más de mil presos políticos, influencers y youtubers detenidos arbitrariamente! No es casual que el mandatario Diazca decida escucharlos a ustedes y no a los jóvenes cubanos!", opinó el guitarrista cubano Ricky Castillo, y agregó dirigiéndose a Zarco y Lonatti que "mientras ustedes hablan de un país que no conocen, hay madres sufriendo acoso por pedir la libertad de sus hijos!".
Usuarios como @Eliabd6338 fueron más lejos y postearon fotos de una Cuba en ruinas, precisamente en los barrios visitados por Díaz-Canel: "No mientan más, así está Cuba a día de hoy 24 de marzo del 2022 y ustedes no pasan por ningún barrio, el cubano se muere en la miseria y sin libertad".
El bullying echó por tierra los intentos de subir la popularidad de un presidente que nunca llegó a ser popular y al que continuaron apaleando los usuarios con sus críticas.
“El barrio tiene que tener el derecho de elegir diputados en elecciones libres que los representen. No tener a un dictador delante de las cámaras haciendo payasadas”; “¡Solo tienen que darse una vuelta por los barrios de Cuba y ver cómo están, saben cómo están verdad!!! Ah pues esa es la realidad cubana, la verdadera realidad. No la que te adornan tras cámaras en unos minuticos de entrevista”; “Qué pena me das. Vístete de pobre y anda La Habana sin decir quién eres para que veas como los que te siguen son unos oportunistas acomodados a una buena vida. Visita las funerarias como la de Guanabacoa para que veas que ni muerto se respeta al ser humano en Cuba”, fueron otros de los comentarios.