El Ministerio de Cultura (MINCULT), la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) y numerosos funcionarios del régimen cubano, incluida Lis Cuesta, la esposa de Miguel Díaz-Canel, han arremetido contra el Festival de Cine INSTAR, organizado por el Instituto de Artivismo Hannah Arendt, que dirige la artista cubana Tania Bruguera.
En respuesta al festival de cine cubano independiente, que comienza este 4 de diciembre y se desarrollará en ocho países diferentes, funcionarios cubanos como Abel Prieto, Fernando León Jacomino, Alexis Triana y Alpidio Alonso mostraron su rechazo en las redes sociales.
Lis Cuesta, esposa de Miguel Díaz-Canel, y también funcionaria del MINCULT, cuestionó al Festival de Cine INSTAR en sus redes sociales al afirmar que “la patria es la cultura de su pueblo, entonces, es muy predecible que los enemigos la ataquen, más de lo mismo, son tan pocos creativos los muy infelices. La cultura revolucionaria la vamos a defender como nuestra independencia”.
También Kenelma Carvajal, quien se desempeña como viceministra de Cultura y es la esposa de Alex Castro Soto del Valle, uno de los hijos de Fidel Castro, escribió en sus redes que “una vez más, la maquinaria de la contrarevolución atentando contra el sistema institucional de la cultura y la fiesta del cine del pueblo cubano”.
Abel Prieto, presidente de Casa de las Américas, dijo que el Festival de Cine INSTAR es “otra operación a gran escala vs la cultura revolucionaria” y denunció que sus organizadores “una vez más pretenden dinamitar la institucionalidad cultural con el empleo de 'líderes' pagados por nuestros enemigos”.
La UNEAC, por su parte, emitió un comunicado donde calificó al evento como “un nuevo ataque a la cultura cubana” y alegó que las obras programadas “pretenden reescribir la historia y falsear las realidades de una nación, que en medio de la creciente y sostenida hostilidad de las administraciones estadounidenses e incontables obstáculos, defiende su inalienable derecho a la soberanía, la autodeterminación y la independencia”.
Como de costumbre, la institución cultural acusó a los organizadores del evento de ser pagados por Washington, de lo que no mostró evidencia alguna, y acusó a los participantes de fomentar “el posicionamiento mediático en contra de la Revolución y la presunción de sembrar la matriz de opinión de que tales producciones constituyen la única tendencia posible y atendible dentro del amplio espectro conceptual y estético del audiovisual cubano actual”.
Por último, dijeron que “no es casual que las fechas de ese pretendido evento coincidan con la nueva convocatoria del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana (…) y pocos días después de la exitosa realización del encuentro La Nación y la Emigración”.
Censura en el Festival de Cine de La Habana
Lo que no dice el comunicado de la UNEAC es que quien sí está en el foco de la polémica por aplicar la censura de tipo político a las obras programadas es el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, pues al menos dos cineastas cubanos han hecho pública la exclusión de sus obras por estos motivos.
Tanto el cineasta Luis Alejandro Yero como Juan Pin Vilar denunciaron la exclusión de sus obras del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, que se desarrollará entre el 8 y 17 de diciembre, por el contenido de estas.
En una publicación realizada este martes en sus redes sociales, Yero afirmó que “desde hace un mes estábamos al tanto de que nuestro filme, y varios más, se encontraban a la espera de la última palabra, el último y definitivo dictamen de esos misteriosos y siempre presentes censores”.
“¿Quiénes son? ¿El Ministerio de Cultura? ¿El Departamento Ideológico del Partido Comunista? ¿La Seguridad del Estado? Nunca se sabe dónde comienza y dónde termina esa terrible serpiente”, agregó el realizador cubano, que ha obtenido el premio Coral de este mismo festival en ediciones anteriores.
“Sabemos que algunos de esos filmes fueron notificados de su inclusión apenas un día antes de la conferencia, como si alguno de estos ridículos y peligrosos filtros dijera a última hora, 'está bien, dejemos pasar'. Sabemos que algunos de los trabajadores del Festival han sido amenazados y exigido al estilo de una vil mafia que hicieran silencio absoluto sobre todas estas violencias”, denunció el joven cineasta.
Luis Alejandro Yero dijo que su película, titulada “Llamadas desde Moscú”, fue censurada "por algunas frases incómodas que apuntan hacia el colapso y la falta de moralidad de un Gobierno que apoya solapadamente la invasión de Putin a Ucrania, que ha llevado a la ruina a un país entero y provocado el mayor éxodo en la historia de Cuba -más de 500.000 personas en año y medio, el equivalente al 5% de su población-, que tiene a sus jóvenes dispersos por medio mundo y, como algunos de los participantes de la película dicen, prefieren estar a menos 20 grados, ilegales y en el país más homofóbico de Europa, antes de regresar a Cuba".
En tanto, Juan Pin Vilar, autor del documental “La Habana de Fito”, cuya exhibición sin autorización de los creadores en la televisión cubana causó gran polémica, dijo en declaraciones a Café Fuerte que este acto “lo único que hace es desnudarlos a ellos”.
El cineasta cubano criticó la complicidad de realizadores y funcionarios en la exclusión de su documental, lo que calificó como “un acto de violencia contra artistas cuya obra se ha desarrollado dentro del país”.