Es un hecho real. Sucedió en un aula de primaria en Cuba. Un niño se queja de que le han robado la merienda. En la situación precaria de la isla, se trataría apenas de un pedazo de pan con algo. Pero, es su merienda.
La maestra trata de que aparezca quién se robó o se comió su merienda, pero, no lo consigue. Y termina cerrando el aula, para revisar las mochilas de todos los demás, una por una.
Y, cuando finalmente encuentran el pan de la merienda en la mochila de otro niño, este rompe a llorar.
Allí está la prueba del "delito", no se la ha comido. Por el contrario, dice entre lágrimas que en su casa llevaban días sin comer. Exactamente, dijo: ''Anoche no comimos en casa y quería llevarle algo a mi hermanita".
Sucedió en estos días en La Habana.
Lo ha contado Ulises Toirac en su perfil de Facebook, a partir del testimonio de una amiga, la madre de uno de los niños de la misma aula.
Toirac, quien es uno de los más populares humoristas de Cuba, en alusión al gobierno y sus ensayos políticos y económicos, concluyó:
—Pssst, pssst... Los de la azotea... ¿van a seguir experimentando?