Los juicios contra manifestantes del pasado 11 de julio (11J) vivirán otro capítulo de horror este jueves 20 de enero, cuando el Tribunal Municipal Popular de Quivicán, en Mayabeque, juzgue bajo la causa 379 de 2021 a la poetisa María Cristina Garrido Rodríguez, a su hermana Angélica y a otras cinco personas que salieron a las calles a pedir “¡libertad!” y exigir sus derechos.
En el caso de María Cristina, la Fiscal Provincial Ruth Rodríguez Reyna firmó una petición conjunta de 15 años de privación de libertad, distribuidos en 12 años por dos presuntos delitos de “atentado”, un año por “desacato” y otros dos por “desórdenes públicos”.
“Le tienen montado un show con falsos testigos y testimonios. La realidad es que se la quieren quitar de arriba porque lleva mucho tiempo de disidencia”, declaró a este medio Manuel Mérida, escritor cubano radicado en Houston, Estados Unidos.
Actualmente en la prisión para mujeres de El Guatao, en la capital, la presa política de 39 años de edad, madre de dos niños y esposa del activista opositor Michael Valladares ha sido sometida a tratos degradantes y castigos que persistían a comienzos de este año.
La violencia en prisión, especialmente aplicada contra mujeres como las hermanas Garrido, es un remedo de la brutal detención de la que también fueron víctimas la noche del 12 de julio de 2021 Giorbis Pardo del Toro, Alexis Pedro Acosta Hernández, Osmany Hernández Rodríguez, Yanet Sánchez Cocho y Patricia Lázara Acosta Sánchez, quienes, según consta en el expediente de la Fiscalía Provincial de Mayabeque, irrumpieron junto a las Garrido en el parque central de Quivicán, para protestar contra un “acto de reafirmación revolucionaria” convocado por el régimen.
Aunque en Cuba no hay una ley de manifestaciones que ampare los gritos de “¡patria y vida!” y “¡libertad!” de María Cristina y Angélica el 11J, sí son permitidos estos actos promotores del odio de la dictadura, tan parciales y antidemocráticos como la omisión en el relato oficial de los hechos de los golpes propinados por agentes del orden y paramilitares contra el grupo de siete manifestantes.
Después de Pardo del Toro, con petición fiscal de 18 años de cárcel, la condena a María Cristina es la mayor de todos los que serán juzgados este jueves en el municipio mayabequense. Su nombre, además, consta en la mayoría de las declaraciones de los 17 supuestos testigos, así como en el análisis pericial, que incluye el celular marca Samsung confiscado a la acusada.
El texto del acta de la Fiscalía Provincial completo puede ser consultado a través del siguiente enlace.
“Una escritora con tres pares de corazones”
“Una escritora con tres pares de corazones. Una escritora que está presa por salir el 11J a cantar libertad, a cantar Patria y vida. A gritar Abajo la dictadura. María Cristina Garrido”, dijo en Facebook el poeta y narrador Rafael Vilches y llamó nuestra atención sobre un hecho hasta ahora poco conocido y que no aparece en los informes de derechos humanos en los que se menciona a Garrido: su vocación para la poesía.
Más adelante Vilches (un autor que ha sufrido en carne propia la represión del régimen) compartió el enlace a un libro de la poetisa disponible a la venta en la plataforma Amazon: Examen de tiempo (Ilíada Ediciones, 2022) e invitó a la comunidad cubana en el exilio a comprar la obra de 128 páginas firmada con el prestigioso sello editorial, para apoyar a la que “ha sacado la cara por muchos de sus colegas escritores e intelectuales en la isla que permanecen callados”, como consideró el escritor Amir Valle, editor del poemario.
“María Cristina Garrido revela en este libro un espíritu creativo muy original, seductor, humanista y de un genuino lirismo, libre de ciertos modismos y tendencias estilísticas legitimadas por las conveniencias extraliterarias en la isla, y se nos muestra como una voz que posee un discurso incisivo donde la filosofía universal, el diálogo con los clásicos de la poesía universal y cubana, y la irreverencia de su sentido ético como mujer consolida un universo de sensualidad, erotismo y rebeldía que la convierte en un nombre a tener en cuenta en la actual poesía cubana”, escribió Valle en las palabras de presentación de la obra.
Fue entonces que supimos que, si bien Examen de tiempo es su opera prima, María Cristina es una poetisa cuyos versos figuran en una antología de poetas de su localidad en 2003 y que en 2008 ganó el Primer Premio Nacional del Concurso Tabacalero Carlos Baliño.
“Para mí es un puntal de su generación”, nos dice por privado Manuel Mérida, quien publicó en El Nuevo Herald un artículo sobre el caso de la autora descubierta en aciagas circunstancias.
“Examen de tiempo es remedio contra el anonimato, rayo de luz que visualiza la tragedia del pueblo cubano a un Occidente libre y utópico que se empeña en ignorarla. María Cristina Garrido está recluida sin presagios ni destino, esperando varios lustros de prisión. Pero a partir de hoy el mundo tendrá acceso a su libro en todas las plataformas, sabrá de su existencia y fatalismo, y sus verdugos tendrán que responder”, estimó Mérida.
El escritor compartió algunos de los excelentes poemas de Garrido, y de los cuales seleccionamos este, que da título al poemario y que pudiera ser un manifiesto de vida y poesía:
EXAMEN DE TIEMPO
No le debo nada al TIEMPO
desde que me vio partir con el examen bajo el brazo,
aprobando la vida sin él
―y lo fugaz―.
Lo he hecho todo sin pensar
que algo me detiene
o me desboca
y de todos los instantes,
he sido la dueña.
He vivido como no he querido,
por eso soy más sabia,
he sabido existir cuando me creen muerta
sudando polvo
haciéndome talco la piedra del fracaso.
No he amado lo suficiente
como para querer morirme satisfecha,
prefiero la ansiedad de la pasión
y la tortura del deseo
que alguien deja acalambrada
cuando se va…
El tiempo es la arruga de todos,
un perro rabioso que nos muerde a su paso,
una pregunta que dura para siempre.
El tiempo nos castiga inmutable
cuando nos detenemos para querer atraparlo
y ajusticiarlo,
pretendiendo que al fin se olvide
de nosotros.
Yo no lo persigo
no lo deseo
no lo alargo ni lo culpo.
He vivido sin ese análisis práctico
que hace la gente cuando se derrota.
Mi existencia corre salvaje
curtida de imaginación
y fuga de materia.
He sabido vivir el sufrimiento
mojar el pan en el sudor
descubrir la paz en el verde
en el pájaro
en el ruido
en la movilidad de las cosas.
El tiempo me persigue indubitable
queriendo encontrarme
y no me encuentra.
Lo he incluido en mis leyes terrenales
de proscrita y vagabunda:
prohibido irme de este mundo
teniendo al tiempo como un pretexto
de muerte.