Según ha dado a conocer este lunes 11 de septiembre el comentarista deportivo cubano Pavel Otero, son varios los eventos deportivos que no se celebrarán en la Isla durante 2023.
“Este año no se efectuará la Serie Nacional Sub-23 de béisbol”, ha declarado Otero a través de su perfil de Facebook, “debido a la difícil situación económica que enfrenta el país”. Este campeonato, considerado desde su fundación en 2014 como la antesala de la élite en la pelota cubana, pudiera estar a punto de desaparecer para siempre.
Los jugadores de esta categoría ya habían protagonizado en 2021 un episodio que acaparó la atención de medios nacionales y foráneos. Doce beisbolistas cubanos “huyeron” del Mundial Sub-23 celebrado en México, estableciendo un récord absoluto en cuanto a deserciones de una selección nacional. Solo la mitad del equipo regresó a Cuba después de concluido el evento.
Asimismo, Pavel Otero también informó que fueron suspendidos el Campeonato Nacional 9-10 años, la etapa final del torneo de Béisbol 5, la Copa Nacional de Béisbol Femenino y no pudo concluirse el Campeonato Nacional Sub-18. “Hay varios deportes que no pueden completar sus competencias previstas en el año por dificultades logísticas y de presupuestos”, concluye Otero en su post.
Muchos seguidores y especialistas sugieren que es hora de buscar otro tipo de soluciones, tales como el patrocinio privado o el fomento del merchandising deportivo, casi nulo dentro del esquema comercial de las autoridades cubanas.
Talentos a la venta y el “éxito” del Team Asere
Alrededor de 80 peloteros jóvenes, algunos de los más prometedores que se han formado en Cuba en años recientes, se sometieron desde el lunes y hasta el miércoles a varias pruebas en La Habana, en el estadio Latinoamericano.
Allí, cazatalentos provenientes de Japón, Corea del Sur, República Dominicana y Ecuador examinaron la posibilidad de ofrecerles a estos deportistas contratos profesionales en sus respectivas ligas, siempre bajo el auspicio de las autoridades cubanas.
Esta maniobra de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) intenta detener el éxodo masivo de beisbolistas que vive el país desde inicios de la pandemia de Covid-19. A pesar del “alivio” que constituyó ese cuarto lugar del seleccionado nacional en el Clásico Mundial de Béisbol 2023, la crisis de la pelota cubana no deja de ser alarmante.
El Team Asere logró insertar en un equipo Cuba, por primera vez en la historia, a jugadores contratados en la Major League Baseball (MLB), máxima instancia de la pelota estadounidense. Sin embargo, los deportistas de esta índole que acudieron a la cita fueron seleccionados cuidadosamente por la FCB, atendiendo a sus posiciones políticas y sus manifestaciones en redes con respecto al gobierno cubano.
La anacrónica persistencia del amauterismo en la Isla, los pobres salarios que perciben los jugadores y el salto precoz entre categorías que deben asumir muchos jóvenes ante la “fuga” de los ya “consagrados”, entre otras causas, contribuyen al constante deterioro del pasatiempo nacional.
En Cuba, si la pelota está mal, todo lo demás está, pues, mucho peor.