El partido de pelota disputado entre Cuba y Estados Unidos como parte de las semifinales del Clásico Mundial de Béisbol 2023 trascendió lo deportivo cuando el público asistente al estadio Loan Depot Park de Miami, la ciudad del mundo con más cubanos después de La Habana, se tomó el trabajo de contestar desde las gradas a la campaña propagandística de Miguel Díaz-Canel alrededor del “Team Asere”, sin dejar de apoyar a los suyos.
El resultado del partido fue demoledor, pues el conjunto estadounidense, acentuadamente superior, venció por 14-2 a los cubanos, un marcador que equivale en el béisbol al knockout.
En lo deportivo no se puede decir mucho más. La diferencia entre ambos equipos fue abismal, siendo el pitcheo lo que más falló a los cubanos. De haber convocado a las principales figuras de la Isla en la MLB como Yordan Álvarez, Randy Arozarena, “Candelita” Iglesias, José Abreu y Yasmani Grandal, entre otros, el resultado podría no ser el mismo, pero las posibilidades de vencer seguirían siendo reducidas.
Ante la falta de competitividad en el campo, lo más interesante del encuentro se manifestó en otros espacios. Horas antes del inicio del choque cientos de cubanos se manifestaron en las afueras del estadio contra la dictadura cubana, las violaciones de derechos humanos y la libertad de los prisioneros políticos.
A la vez, las redes se comenzaron a llenar de denuncias de personas que eran prohibidas de entrar al estadio de los Marlins de Miami por llevar pulóveres con frases políticas o carteles, donde se desarrolla la fase final del Clásico, a la que Cuba no llegaba desde su primera edición en 2006.
Una vez comenzado el choque, muchos de los que se manifestaron en las afueras del estadio pasaron a su interior con la intención de alentar al equipo cubano, pero también utilizar las gradas como un espacio de reivindicación de libertades y condena a la dictadura. Si estos gritos podían llegar 90 millas más allá a través de la señal televisiva, pues mejor.
Tal vez uno de los más visibles desde el comienzo fue el reguetonero cubano Ovi, quien se compró una entrada justo detrás del home plate y desde allí aprovechó para mostrar un cartel que decía “Abajo la dictadura, Abajo el comunismo, Viva Cuba Libre”, así como otro promocionando su próximo disco, “El asere de aseres”.
Junto al artista se vio por ocasiones al influencer cubano Alexander Otaola, quien fue otro de los protagonistas de la grada, al aparecer con un cartel que decía “La calle es el camino”, así como la cantante La Diosa, quien se dejó ver en el estadio con una camiseta del conjunto de EEUU, a donde se mudó recientemente.
Uno de los momentos más emotivos del encuentro tuvo lugar cuando en el sexto inning, mientras el conjunto cubano se preparaba para batear y el público coreaba al unísono la palabra libertad, se lanzó al terreno el artista y ex prisionero político cubano Danilo Maldonado, alias “El Sexto”, con un cartel que decía "Libertad para los presos cubanos del 11J".
Más tarde se lanzarían también en acto de protesta otros dos cubanos, Antonio Fernández y el escritor y periodista Carlos Manuel Álvarez, quienes fueron trasladados a la cárcel de TGK del Condado Miami-Dade.
“A los tres se les ha pagado las fianzas y estarán libres mañana, según informa la policía. Gracias a todos los que se han preocupado”, escribió al respecto la periodista cubana Carla Gloria Colomé en sus redes sociales.
Las imágenes de los tres cubanos protestando contra la dictadura en el terreno no fueron transmitidas por la televisión cubana, ante lo que varios usuarios en la Isla informaron sobre extrañas interrupciones de la señal televisivamientras los narradores mencionaban a personas “malintencionadas” que intentaban afectar el juego.
Además de los gritos de “Libertad” y “Patria y Vida”, lo que sí se pudo colar en la televisión de la Isla fue la voz de una mujer que decía claramente, “Viva Cuba Libre” y “Díaz-Canel singao”, ante el estupor de los comentaristas que no pudieron hacer nada en esa ocasión para ocultar el grito.
Una vez finalizado el partido Miguel Díaz-Canel, quien había aprovechado el desempeño del equipo cubano para hacer toda la propaganda posible, no atinó a más que insistir en la narrativa de que el “Team Asere” venció, pese a la aplastante derrota, mientras lanzó un dardo a la diáspora cubana adjudicándole “un odio de la peor especie” por sus manifestaciones en el Loan Depot Park.
Del diario estatal Granma tampoco se pudo esperar nada diferente al triunfalismo de siempre, pues selló la cobertura deportiva con una nota carente de autocrítica firmada por el periodista Dilbert Reyes Rodríguez que fue titulada “El team Cuba, asere, la partió”.
Antes de finalizar, como es cada vez más común cuando un equipo deportivo de la Isla viaja al extranjero, pasamos por el capítulo de las deserciones, que en este caso comenzó con el cátcher de bullpen cubano Iván Prierto, el primer deportista en abandonar un seleccionado nacional en la historia del Clásico Mundial de Béisbol.