La reciente destitución de Jorge Luis Perdomo Di-Lella como viceprimer ministro de Cuba ha generado gran controversia entre la población del país, pues, aunque la información oficial se limitó a indicar "errores en el desempeño de sus funciones", la noticia ha generado diversas especulaciones sobre los motivos reales que llevaron a su separación del cargo.
Entre los rumores más frecuentes sobre la destitución de Perdomo Di-Lella se encuentra su posible implicación en actividades irregulares relacionadas con los negocios de su hermano, Yoel Perdomo Di-Lella, un empresario con una trayectoria peculiar y nexos significativos en sectores estratégicos de la economía cubana.
En los últimos tiempos, con gran opacidad informativa, las autoridades cubanas han destituido a importantes figuras del Gobierno, como el ex ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, con el pretexto de combatir la corrupción.
Un ascenso meteórico en el poder político
Jorge Luis Perdomo, ingeniero electrónico de formación y doctor en Ciencias Técnicas por la Universidad de Münster, Alemania, era un personaje clave en la administración cubana, pues antes de ocupar el puesto de viceprimer ministro en 2021 se había desempeñado como ministro de Informática y Comunicaciones, donde impulsó la controvertida Ley de Seguridad Informática, considera por organizaciones de la sociedad civil como un pilar en la estrategia de control de la información en el país.
Perdomo, quien formaba parte del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC) y era diputado en la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), también fue un funcionario clave durante la pandemia, pues entonces se desempeñaba como presidente del grupo estatal BioCubaFarma, encargado del desarrollo de las vacunas nacionales contra el COVID-19.
La sombra de los negocios familiares: Yoel Perdomo y sus nexos con el poder
Tras conocerse sobre la destitución de Perdomo Di-Lella todos los focos se giraron hacia su hermano, Yoel Perdomo Di-Lella, un empresario propietario de empresas privadas y vinculado con una firma extranjera registrada en Panamá, Camax Chile S.A., que según una investigación del medio independiente Cubanet tendría relación con el Grupo Palco, una entidad controlada por altos funcionarios y figuras influyentes en el entorno castrista.
Las indagaciones de la prensa independiente cubana también habían señalado que Yoel Perdomo era uno de los dueños de TuAmbia, una plataforma dedicada a la distribución, importación y venta de bienes, desde alimentos hasta electrodomésticos, semejante a Katapult, del también influyente empresario en la cúpula castrista Hugo Cancio.
Según el reportaje publicado en junio de este año por el medio independiente Cubanet, Yoel Perdomo ascendió rápidamente desde sus inicios en el sector hotelero, llegando a colaborar estrechamente con Abraham Maciques, ex presidente del Grupo Palco y uno de los hombres de confianza del Gobierno cubano.
Los últimos proyectos de Yoel, que también incluyen el restaurante El Bodegón del Asado, que cuenta con dos establecimientos en La Habana, representan una demostración de poder económico que sería imposible sin respaldo político de alto nivel, por lo que las alarmas sobre la implicación de su hermano se han disparado
¿Un ajuste de cuentas dentro del régimen?
La destitución de Perdomo recuerda el caso reciente de Alejandro Gil Fernández, exministro de Economía y Planificación, quien fue removido de su cargo a inicios de año también por "graves errores".
En esa ocasión, el propio Díaz-Canel se pronunció con firmeza sobre una política de "tolerancia cero" hacia la corrupción, un mensaje que podría estar tratando de establecer una línea divisoria entre el Gobierno y los manejos privados, a pesar de la permisividad que estas figuras han tenido históricamente.
Analistas sugieren que la destitución de Perdomo podría ser un intento del régimen de frenar la percepción de que los altos cargos del Gobierno se benefician del aparato económico en detrimento del pueblo.
Sin embargo, este tipo de destituciones abruptas y las explicaciones poco claras dejan entrever que el régimen cubano enfrenta dificultades para gestionar las contradicciones internas, especialmente cuando los beneficiados son miembros o allegados de las élites en el poder.
El impacto en la sociedad cubana
Este evento no pasa desapercibido en una sociedad que experimenta una creciente desigualdad económica, pues mientras el pueblo cubano enfrenta una crisis económica sin precedentes, con problemas de escasez de productos básicos y un acceso restringido a alimentos y servicios esenciales, la opulencia de figuras como Yoel Perdomo genera una notable inconformidad.
Además, la falta de transparencia en el proceso de destitución y la imposibilidad de verificar las acusaciones oficiales alimentan aún más las teorías de que esta medida no solo responde a errores administrativos, sino a un ajuste de cuentas dentro del propio sistema.
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