En los últimos meses de 2024, los casos de hepatits A en Cuba han aumentado de forma considerable. Francisco Durán, director nacional de Epidemiología del Ministerio de Salud Pública (MINSAP), confirmó en la televisión estatal el aumento de esta enfermedad de transmisión digestiva, vinculada al consumo de agua contaminada con heces fecales. “Existe un incremento, como también ocurre con las enfermedades diarreicas”, explicó el especialista, conocido en la Isla a partir de sus partes matutinos durante la etapa Covid.
El brote de hepatitis A en Cuba, que afecta a varias regiones del país, se ha visto agravado por problemas estructurales como la escasez de agua potable, la acumulación de basura y la falta de hipoclorito de sodio para desinfectar el agua, una medida que, según Durán, se ha intentado garantizar en las farmacias. En la ciudad de Cienfuegos, por ejemplo, más de 5 mil casos han provocado que se apliquen medidas de vigilancia epidemiológica, reflejo de una crisis que las autoridades son incapaces de manejar.
Hepatitis, Oropouche y dengue: crisis de sanidad en Cuba
En el Combinado del Este, una cárcel de máxima seguridad en La Habana, el exprisionero político Alejandro Garlobo denunció que la hepatitis siempre ha sido un problema recurrente. "Nunca lo han controlado, lo que pasa es que ahora hay más gente y ellos no lo reportan ni lo dicen", afirmó en declaraciones a ADN Cuba. Según Garlobo, la falta de medicamentos, las condiciones insalubres y la atención médica deficiente son factores que perpetúan la propagación de la enfermedad en este y otros centros penales.
Casos como el de Yasmany González, preso político cuya esposa denunció el brote de hepatitis, o el fallecimiento de un recluso en la prisión de Boniato en marzo de este 2024, evidencian cómo el deterioro del sistema sanitario agrava las condiciones de vida en la isla. A este contexto se suman enfermedades como el dengue y el Oropouche, que han afectado a la población cubana todo el año, debido a la insalubridad, el mal manejo de los desechos y falta de agua potable en los hogares.
Mientras el gobierno insiste en recomendaciones como hervir el agua o lavar bien los alimentos, muchos ciudadanos carecen de acceso a los recursos necesarios para implementar estas medidas. Se trata de una crisis estructural que pone en riesgo la salud de todos los cubanos y para la que no hay respuesta ni en el mediano ni en el corto plazo.