El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este lunes que utilizará la declaración de Emergencia Nacional y un número indeterminado de activos militares para llevar a cabo deportaciones masivas, en línea con sus promesas de campaña.
El político estadounidense confirmó esta estrategia en respuesta a Tom Fitton, presidente de la organización Judicial Watch, quien le preguntó en la red social Truth Social si la Administración entrante estaría preparada para implementar las medidas prometidas.
Trump aseguró que destinará todos los recursos necesarios para ejecutar lo que él ha descrito como “la deportación más grande de la historia”. También, en una entrevista reciente, reiteró que perseguirá a los migrantes sin imponer límites al costo, para lo cual podría aprovechar su mayoría en el Congreso.
El mandatario electo designó a figuras conocidas por sus posturas estrictas sobre inmigración como es el caso de Tom Homan, responsable de la política de separación de familias durante su primer mandato, quien asumirá esta vez como "zar de la frontera".
Mientras tanto, Stephen Miller ocupará el cargo de subdirector de gabinete y Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur y crítica de las "ciudades santuario", liderará el Departamento de Seguridad Nacional.
Trump también planteó la posibilidad de aplicar la Ley de Enemigos Extranjeros, que data del siglo XVIII, para expulsar a ciudadanos de países en guerra con Estados Unidos. Aunque esta ley enfrenta desafíos legales, el presidente electo insistió en su disposición de emplear todas las herramientas a su alcance para cumplir con sus objetivos migratorios.
En tanto, organizaciones de derechos humanos denunciaron las implicaciones de estas políticas y anunciaron que llevarán a los tribunales cualquier intento de deportaciones masivas.
Además, alertaron sobre el uso reiterado de la Ley de Emergencias Nacionales, que Trump ya empleó en 2019 para financiar la construcción del muro fronterizo, provocando conflictos constitucionales por sus acciones unilaterales.