En medio de las persecuciones, la coacción gubernamental y la imposibilidad de regresar a su país, muchos cubanos continúan creando desde cualquier rincón del planeta, acaso empleando la añoranza y el miedo como materias primas. El lunes primero de mayo, cuatro mujeres fueron premiadas con las Becas Mellon para Académicos Cubanos Amenazados, concedida por la Universidad Internacional de Florida (FIU).
En diciembre de 2022, la Fundación Mellon le otorgó al Instituto de Investigaciones Cubanas, perteneciente a la FIU, una subvención de 750 mil dólares con el objetivo de establecer un programa de becas para investigadores cubanos del campo de las humanidades. El programa está pensado para ayudar a artistas, escritores y periodistas hostigados por el gobierno cubano.
De esta forma, se les ofrece la posibilidad de seguir desarrollando su trabajo en la FIU durante el año académico 2023-24. Dicha estancia contribuirá a profundizar significativamente en debates contemporáneos sobre la libertad intelectual, incluida la de prensa y expresión, en Cuba, Estados Unidos y el resto del mundo.
Las beneficiarias y los requisitos de la beca
El plan consiste, hasta ahora, en entregar 12 cupos durante los siguientes tres años. Para el próximo curso, que debe comenzar en septiembre de este 2023, las cuatro cubanas ganadoras de las Becas Mellon para Académicos Cubanos Amenazados resultaron:
1. Katherine Bisquet, poeta, por La blanca memoria, (libro de entrevistas), residente en Madrid, España.
2. Dra. Marialina García Ramos, antropóloga, por Las Artes de la Buena Gobernanza: Contestación, Cuerpo y Poder en un Hilo del Arte y Activismo Cubano, (libro etnográfico), residente en Ciudad de México, México.
3. Omara I. Ruiz Urquiola, historiadora del arte, por Libertad Académica y Derechos Culturales: El Caso Cubano, (proyecto de investigación archivística), temporalmente en Estados Unidos hasta que se le permita regresar a su país.
4. Lia Villares, artista, por Arte Libre vs. Censura Totalitaria, (documental de cine), residente en Miami, Estados Unidos.
Los requerimientos del programa dictaminan que los participantes deben residir fuera de Cuba al momento de su candidatura, puesto que la legislación de La Florida prohíbe a las universidades costear viajes hacia y desde el territorio cubano, debido a la inclusión de la Isla en la lista de Estados patrocinadores del terrorismo desde enero de 2021.
Cada becario tendrá cubierto los gastos suyos y de sus familiares a la hora del traslado a Miami. Asimismo, recibirán 48 mil 500 dólares de estipendio para alojamiento, manutención y apoyo académico por un semestre.
Según lo ha declarado el propio Instituto de Investigaciones Cubanas, la beca consiste en proveer de un refugio académico temporal a investigadores que hayan enfrentado serias amenazas con respecto a sus vidas o libertades individuales; ofrecer apoyo financiero para que estos puedan continuar sus labores y fortalecer la investigación y el estudio sobre Cuba en Estados Unidos.
Reacciones de las ganadoras
Finalmente, Árbol Invertido ha contactado con dos de las premiadas para conocer sus impresiones sobre los resultados. Lia Villares comentó:
Desde Cuba, alrededor del año 2008, he experimentado el acoso policial, censura institucional, he visto limitados mis derechos culturales, mi libertad de expresión, de manifestación y de movimiento. Hasta el momento, no he intentado regresar a la isla, pero según las referencias más recientes de casos como Karla Pérez o el mismo Hamlet Lavastida, un regreso implicaría cuando menos la negación de entrada por parte de las autoridades migratorias y cuando más el riesgo de ser encarcelada de manera inmediata, riesgo que nunca tomaría siendo madre de dos niñas de 2 y 4 años. Aun así, me siento muy feliz de haber sido seleccionada junto a Marialina García Ramos y las activistas Kathy Bisquet y Omara Ruiz, ambas involucradas en el Movimiento San Isidro y en la lucha por los derechos culturales y contra la censura instituida por el Estado cubano.
Por su parte, Katherine Bisquet expresó:
Ser seleccionada para una de las becas del programa de FIU para estudiosos cubanos amenazados en las humanidades es realmente una gran oportunidad, sobre todo para los creadores e investigadores que se han visto desplazados por el contexto político actual en Cuba. Una vez convertidos en enemigos del Estado, por el hecho de disentir, pasamos largos años sin poder ejercer nuestros oficios, con la censura y el hostigamiento de la policía política pisándonos los talones, buscando los resquicios para poder hacer arte libre e independiente, unos resquicios igualmente violentados, igualmente prohibidos. Hoy muchos estamos exiliados, sin la garantía de poder volver a tocar la tierra de nuestro país. Esa imposibilidad nos hace pensar Cuba, nos hace tener una causa pendiente. La conexión con lo cubano y la insistencia en encontrar salidas a la opresión de un sistema totalitario puede que nos sitúe como eternos soñadores, pero también nos ubica en una zona del pensamiento para la democracia, de ese ejercicio democrático que hemos estado adelantando por décadas –puede que a la sombra o puede que de manera simbólica-, para una Cuba futura.
Asimismo, Katherine comentó sobre el trabajo premiado:
El proyecto que escogí para este programa se titula “La blanca memoria”. Es un proyecto literario y documental que se basa en la recogida de testimonios. Es un libro que pretende, en primera instancia, reconstruir o recordar mucha de la memoria blanqueada en este régimen totalitario, una memoria que se borra cada cierto tiempo, como si el tiempo se regenerara cada diez años y volviera a iniciarse con una nueva historia; o como si los humanos, los que han sido parte de la resistencia en cualquier índole, estuviesen condenados a las sombras del gran relato.
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