El Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas (CENAIS) confirmó en su página web que se han registrado 884 sismos entre el 10 y el 11 de noviembre, "incluidos los dos de magnitudes 6.0 y 6.7". De ellos, alrededor de 20 fueron perceptibles.
Estos dos grandes terremotos causaron deslizamientos de tierra y dañaron o destruyeron por completo viviendas en el oriente del país. Aun así, hasta el momento no existe riesgo de tsunami para la región.
Especialistas aconsejan que, después de ocurridos los dos grandes sismos, se debe permanecer lejos de edificios que pudieron haber sido dañados, al menos por 48 horas. Otros países de la región como República Dominicana y Puerto Rico también se mantienen alertas ante amenaza de terremoto.
¿Qué pérdidas humanas y materiales dejan estos terremotos en Cuba?
En el municipio de Pilón, el más cercano al epicentro, los informes preliminares indican tres derrumbes totales y más de 200 afectaciones parciales en viviendas y edificaciones, junto con daños significativos a bienes personales.
A raíz de los sismos, dos personas resultaron lesionadas en Pilón (una niña de 5 años y una mujer de 48) y otras dos en La Junta, en el municipio de Media Luna. No se han registrado fallecimientos causados directamente por los temblores, aunque dos personas perdieron la vida debido a infartos, provocados por esta tensa situación.
Los sismos agravan todavía más la situación energética en Cuba
Después del paso de los huracanes Oscar y Rafael por el oriente y el occidente de Cuba, respectivamente, el ya frágil Sistema Electroenergético Nacional (SEN) ha sufrido aún más daños. Al tocar tierra el segundo de estos fenómenos, el miércoles 6 de noviembre, el SEN se desconectó y el país tuvo su segundo apagón total en menos de 20 días, después del ocurrido el 18 de octubre.
Los recientes sismos en la provincia de Granma no solo dejaron heridos, sino que también dañaron seriamente la infraestructura eléctrica. Los temblores afectaron a más de 14 mil usuarios en municipios como Media Luna, Yara, Campechuela y Pilón, provocando cortes de electricidad y daños en las líneas eléctricas secundarias, transformadores y postes, especialmente en las líneas de 33 kV.
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