No quiere ser soneto este soneto
que insisto en escribir eternamente.
No quiere ser aliado del presente
ni del mañana estéril; solo el quieto
día de ayer parece ser su asueto.
No tiene fin posible la estridente
batalla que libramos frente a frente.
Él lucha por no ser, y yo arremeto.
Las inestables horas se estremecen
acaso por temor a lo sabido.
Se encabrita el soneto. En su montura
voy, queriendo batir toda la hechura
que los ocres recuerdos ennoblecen.
Y el soneto persiste en ser olvido.