Uno insiste en quebrar ese silencio
que acaso es la embestida de uno mismo.
Quizás soy soledad en el mutismo
oscuro de la muerte que presencio.
¿Si voy, aunque no voy, qué es lo que intento?
¿Si marcho hacia el final, por qué el mordisco
de la noche se clava como un risco
en mi costado? Insisto cuando el lento
fluir de la nostalgia todo rompe.
Justo cuando el milagro se corrompe
y no sé si la vida me acompaña,
si acaso es vendaval o cofradía.
¿Uno es carne del bien, que a veces daña,
o evidencia del mal? —¡Silencio, guía!