En un verano donde todos los focos en el mundo cinematográfico parecían estar en las películas Barbie y Oppenhaimer, una polémica cinta con un presupuesto de tan solo 14 millones de dólares se ha llevado la atención de muchos, recaudando más de 100 millones de dólares en taquilla en menos de un mes de estrenada.
Se trata del filme estadounidense Sound of Freedom, dirigido por el realizador Alejandro Gómez Monteverde y protagonizada por actores y actrices como Jim Caviezel, Ashley Greene y Sam Trammell.
Una de los primeros detalles que llama la atención en esta cinta es que, pese a que fue estrenada el 4 de julio del presente año, fue filmada en el año 2018, y desde entonces permanecía a la espera de encontrar una distribuidora para su exhibición, lo que algunos achacan a un boicot de la industria.
Este y otros asuntos comenzaron a incentivar una polémica que rebasa el contenido del filme y lo ha colocado en el centro de debates de medios de prensa especializados y generalistas.
El tema es que algunos ven en su exhibición un ejercicio de propaganda de teorías conspirativas como la conocida QAnon, mientras otros denuncian un complot de la izquierda internacional para ocultar el fenómeno del tráfico sexual infantil.
El filme, que todavía no ha sido estrenado internacionalmente, cuenta la historia de un agente del Departamento de Seguridad Nacional de EEUU que investiga una red de tráfico sexual infantil que se extiende entre EEUU y México, en la cual, tras infiltrarse, descubre que está dirigida por una mujer llamada Giselle.
El personaje de Giselle, que interpreta la actriz Ashley Greene, seduce a los menores de edad para acercarlos a dicha red, pero a medida que avanza la investigación el detective va encontrando amenazas y diversos riesgos que ponen en peligro su vida.
¿De qué ha sido acusada Sound of Freedom?
Entre los principales asuntos que han causado polémica en la película se encuentra su propio tema, el tráfico sexual de menores de edad, lo que según la ONG Save The Children afecta a 1,2 millones de niños cada año, pero sobre todo las tesis de algunos de los personajes que luchan contra este fenómeno en el filme, que guardan semejanzas con las teorías de QAnon.
Los que acusan al filme de esto señalan que, al igual que los seguidores de QAnon, sus protagonistas señalan como principales responsables del tráfico sexual de menores a una red global de pedófilos formada por políticos relacionados con el partido Demócrata de EEUU y otras celebridades.
Entre los medios de prensa que realizaron afirmaciones en este sentido se encontró la revista Rolling Stone, que la catalogó como un “thriller con matices de QAnon”, mientras The Guardian dijo que “aquellos no familiarizados quizás no capten el subtexto y el hilo rojo en una misión de rescate en América del Sur (...) No obstante, aquellos con la sintonía penetrante de QAnon percibirán un llamado que los conducirá directamente a la sala de cine”.
En tanto, un texto publicado por The Washington Post señaló que “se ha acusado a 'Sound of Freedom' de distorsionar la verdad acerca de la explotación infantil y de apelar a los adeptos de la teoría de conspiración QAnon, algo que su distribuidor, Angel Studios, rechaza enfáticamente”.
“esta es la película que los demócratas no quieren que veas, por eso no les gusta”
También la abogada especializada en trata de personas, Erin Albright, calificó a la cinta como “sensacionalista” en una entrevista con Rolling Stone, pues consideró que perpetúa “mitos ineficaces y perjudiciales”.
Pero la polémica, hasta el momento, se centra más en lo que ocurre fuera del filme que en el propio metraje, pues uno de los señalamientos que más se repite son los elogios que ha recibido por los adeptos de QAnon, e incluso por una proyección de la película realizada por Donald Trump en su club de golf.
Varios críticos del filme apuntan a que es una de las favoritas de los seguidores de QAnon, quienes han utilizado como slogan que “esta es la película que los demócratas no quieren que veas, por eso no les gusta”.
La teoría conspirativa QAnon tiene como origen los foros de internet 4chan y 8cha en el año 2017, y afirma que existe un grupo global de pedófilos y traficantes de niños que está dirigido por integrantes del partido Demócrata y élites culturales estadounidenses.
Otro de los señalamientos a la cinta tiene que ver con su actor protagónico, a quien relacionan con la teoría QAnon y le cuestionan su militancia religiosa, que lo ha llevado a realizar discursos en los que anima a las personas a defender a Estados Unidos de Lucifer y luchar contra sus “secuaces” malvados y enviarlos de regreso al infierno.
La mayor parte de las críticas están más relacionadas con el entorno del filme que con su contenido.
Uno de los golpes más fuertes a la película fue la noticia de la implicación de Fabian Marta, una de las personas que participó en su financiación, por secuestro de menores de edad por la Policía Metropolitana de San Luis, Missouri, un estado donde podría cumplir diez años de prisión por dicho delito.
También han causado revuelo las declaraciones de su protagonista, el actor Jim Caviezel, quien dijo que muchos niños están siendo secuestrados en el mundo para que un producto químico llamado adrenochrome pueda ser cosechado de sus cuerpos. “Es diez veces más potente que la heroína y tiene algunas cualidades místicas en términos de hacerte parecer más joven”, llegó a afirmar en el podcast de Steve Bannon, “War Room”.
"No se dice nada de extraer órganos a los niños ni de beber su sangre. Pero la implicación sigue siendo que hay una élite pedófila muy poderosa que está operando una red global", dijo el periodista Miles Klee de Rolling Stone a CNN, aunque reconoció que la mayor parte de las críticas están más relacionadas con el entorno del filme que con su contenido.