La 46.a Feria Internacional del Libro de Buenos Aires está dedicada a La Habana como ciudad invitada. Sin embargo, una iniciativa agrupa a editoriales y autores independientes que el gobierno prohíbe o no visibiliza. Árbol Invertido conversa en exclusiva con Luis Alberto Mariño, músico e intelectual cubano residente en Argentina, y uno de los organizadores de la exposición de cultura cubana “Patria y Vida”.
¿Qué es la exposición de cultura cubana “Patria y Vida”? ¿Quiénes la organizan y qué se proponen?
Es una exposición de libros de autores independientes cubanos y editoriales independientes. La organizamos desde la Asociación Civil Cultura Democrática y la Fundación Federalismo y Libertad.
Cuando agrupas en un solo lugar varias editoriales y autores cubanos de la diáspora, ¿qué lectura haces de nuestro panorama intelectual del exilio? ¿Qué temas mueven al exiliado?
La primera lectura es la propia sorpresa personal, al constatar la variedad y la creatividad. Es un panorama enorme, cuasi infinito, y ese infinito acontece desterrado, la mayoría sin lugares físicos comunes, disperso. Reunir un poco de ese panorama nos habla para mí del futuro, de la posibilidad futura de reunir todo esto y mucho más dentro de Cuba. De la cantidad de investigaciones, universidades, tesis de grado y a su vez de la cantidad de creaciones que vendrán y alimentaran ese suelo arrasado y esterilizado sistemáticamente por el régimen cubano.
¿Encontraste alguna dificultad institucional en Argentina para preparar este stand de cultura cubana?
Ninguna, todo ha transcurrido según las normas establecidas.
¿Cómo esperas que responda la oficialidad cultural de Cuba ante esta iniciativa, aún más durante una feria que se dedica precisamente a La Habana?
Todos los escenarios son posibles, pueden organizar actos de repudio, crear situaciones tensas, mandar a algunos locos a que nos roben o vandalicen el stand, (ahora mismo mientras te contesto tengo una tensión grande porque quisiera dormir ahí noche y día) pero espero que nada de esto se dé, y que ellos se concentren en su stand oficialista y entiendan que en democracia nos deben respetar y tomen distancia.
¿Puede convertirse la cultura cubana —de una orilla y otra— en un factor de reconciliación nacional, una vez que la isla tenga democracia?
En términos generales creo que sí, totalmente. Ahora es importante que tengamos en cuenta que una cultura viva y libre tiene intrínsecamente sus tensiones, y cuerpos intermedios que se repelen naturalmente. También debemos estar preparados para la fragmentación inevitable, pero cuando esto se da si territorio entonces esa fragmentación se dispersa exponencialmente. Esa es la situación actual y creo que en un futuro con Cuba en democracia, se podrá reconciliar y construir.
¿Cuál es el futuro de esta iniciativa? ¿Podremos verla en otras ferias del libro o exposiciones?
Por ahora estamos abocados a lograr esto. Pero por supuesto ya estamos pensando en otras formas de crear exposiciones en ferias del libro, quizás hacer exposiciones más temáticas, o por algunos autores que seleccionemos, por estilos de libros, más académicos, más literarios, más artísticos, etc., veremos. Por ahora pretendemos que sea un pequeño lugar donde se vislumbre esa Cuba futura con democracia, libertad y respeto.