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Rafael Almanza

Rafael Almanza

(Camagüey, Cuba, 1957). Poeta, narrador, ensayista y crítico de arte y literatura. Licenciado en Economía por la Universidad de Camagüey. Gran Premio de ensayo “Vitral 2004” con su libro Los hechos del Apóstol (Ed. Vitral, Pinar del Río, 2005). Autor, entre otros títulos, de En torno al pensamiento económico de José Martí (Ed. Ciencias Sociales, La Habana, 1990), El octavo día (Cuentos. Ed. Oriente, Santiago de Cuba, 1998), Hombre y tecnología en José Martí (Ed.  Oriente, Santiago de Cuba, 2001), Vida del padre Olallo (Barcelona, 2005), y los poemarios Libro de Jóveno (Ed. Homagno, Miami, 2003) y El gran camino de la vida (Ed. Homagno,Miami, 2005), además del monumental ensayo Eliseo DiEgo: el juEgo de diEs? (Ed. Letras Cubanas, 2008). Colaborador permanente de la revista digital La Hora de Cuba, además de otras publicaciones cubanas y extranjeras. Decidió no publicar más por editoriales y medios estatales y vive retirado en su casa, ajeno a instituciones del gobierno, aunque admirado y querido por quienes lo aprecian como uno de los intelectuales cubanos más auténticos.

"No puede haber demócratas con la perspectiva del egoísmo como única razón de ser, incluso si es el egoísmo de la libertad individual".

“Es verdad que muchos esclavizadores, especialmente los comunistas, terminan siendo más esclavos que el último de los suyos”.

“El universo es un artificio cuya llave desconocemos, y del cual nuestras creaciones son artificios secundarios, aunque muy especiales, tal vez cimeros”.

"No puede haber un gobierno virtuoso con ciudadanos pervertidos. La única garantía de un buen gobierno es la buena conducta generalizada de los ciudadanos".

“Lo más divertido es que no existe la Ciencia, sino solo las ciencias. Las ciencias son todas parciales. No hay ni puede haber una Ciencia General”.

"Solo los niños y los adolescentes tienen experiencia. Experiencia del éxito: vienen de Dios y juzgan espantados el caos, la miseria, el desastre."

Filosofía, religión y sociedad se mezclan en estas "líneas", una suerte de compendio de años dedicados a la comprensión de la realidad circundante.

Al agotar la lista de los documentales de Nicolás Guillén Landrián, tal como la vemos hoy, vale la pena llegarnos hasta el último, el que no pudo terminar.

La obra de Nicolás Guillén Landrián, cineasta "maldito", es revisitada en un análisis que combina reseña cinematográfica, biografismo y crítica social.

Las obras del "cineasta maldito", analizadas una por una, constituyen la motivación principal de Almanza, que diserta con acierto en cada caso.

"Landrián es el documentalista paradigmático, el artista en el que hallamos todas las virtudes que a nivel universal definen al género", afirma el autor.

Sumado al deterioro general de la sociedad cubana, el estado de los parques urbanos en la Isla no ha dejado de empeorar desde 1959.