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Opinión | Una esperanza inquebrantable

“La desesperanza se intensifica cuando se enfrentan a un gobierno que responde a las protestas con represión, arrestos arbitrarios, y una censura implacable que intenta silenciar cualquier forma de disidencia.”

Protestas populares y represión policial en Cuba y Venezuela.
Protestas populares y represión policial en Cuba y Venezuela.

Hoy, como cada día, amanecí con el alma triste. Es imposible no estarlo cuando la injusticia, en su máximo esplendor, domina. Mi pueblo llora, y no parece haber respuesta ante tanto dolor. Sin embargo, vi una chispa de esperanza en Venezuela, aunque de lejos. Me atrevo a decir que triunfar sobre una dictadura es un triunfo sobre todas. La tristeza que viven los pueblos de Cuba y Venezuela bajo regímenes dictatoriales es profunda y multifacética, arraigada en años de represión, escasez y un anhelo persistente de libertad.

En Cuba, la tristeza es el resultado de más de seis décadas de un gobierno que ha controlado todos los aspectos de la vida. El pueblo cubano ha vivido bajo un sistema que, en nombre de la revolución, ha restringido las libertades individuales, ha aplastado la disidencia, y ha mantenido un control férreo sobre la economía y la sociedad. La escasez de alimentos, medicinas, y productos básicos es parte de la rutina diaria, mientras que la falta de oportunidades económicas obliga a muchos a buscar alternativas desesperadas, como la emigración, a menudo arriesgando sus vidas en el proceso.

La tristeza en Cuba también se alimenta de la separación de familias, una constante en la historia reciente del país. Generaciones enteras han sido desgarradas por la necesidad de buscar un futuro mejor fuera de las fronteras de la isla. La desesperanza se intensifica cuando se enfrentan a un gobierno que responde a las protestas con represión, arrestos arbitrarios, y una censura implacable que intenta silenciar cualquier forma de disidencia.

“A pesar de la tristeza, ambos pueblos comparten una esperanza inquebrantable de que algún día la justicia y la libertad prevalecerán.”

En Venezuela, la tristeza tiene raíces similares pero se ha intensificado en las últimas dos décadas bajo un régimen que ha llevado al país (uno de los más ricos en recursos naturales), a una crisis humanitaria sin precedentes. La hiperinflación ha hecho que el acceso a alimentos, medicinas, y servicios básicos sea casi imposible para la mayoría de la población. La violencia, la inseguridad, y la corrupción son rampantes, y el sistema de salud colapsado ha dejado a millones sin atención médica adecuada.

La tristeza de los venezolanos se ve exacerbada por la emigración masiva de millones de ciudadanos que huyen de la crisis, dejando atrás sus hogares, familias y sueños. Las protestas pacíficas han sido reprimidas con violencia extrema, y el espacio para la disidencia se ha reducido a casi nada. Las instituciones democráticas han sido socavadas, y la posibilidad de un cambio político parece cada vez más lejana, lo que alimenta un sentimiento de desesperanza entre muchos.

Justicia y libertad

Ambos pueblos, aunque separados por el mar, comparten un sufrimiento que los une: el dolor de vivir bajo regímenes que niegan las libertades básicas, que reprimen y silencian, y que han dejado a sus naciones en un estado de constante lucha por la supervivencia. Pero, a pesar de la tristeza, ambos pueblos también comparten una esperanza inquebrantable de que algún día la justicia y la libertad prevalecerán.

Hoy, alzo mi voz ante los países democráticos del mundo: ¡quiero libertad! Quiero un país donde comer decentemente no sea un lujo, donde nadie tenga que irse en busca de un futuro mejor, donde los niños puedan crecer con dignidad y los ancianos envejecer sin sufrimiento. Hoy lloro con cada ser humano que sufre. No podemos creer que el mal será mayor que el bien, aunque a veces el tiempo nos diga lo contrario.

Esto no ha terminado, Venezuela. Esto no ha terminado, Cuba. Aún no es el final.

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Owen

Árbol tatuado en un brazo.

(Seudónimo de joven cubano, residente en Cuba, que por motivos de seguridad prefiere mantener el anonimato.)

Comentarios:


Leticia (no verificado) | Mié, 14/08/2024 - 02:04

No conocía su trabajo hasta ahora, excelente opinión, expone la realidad de Cuba y Venezuela de una manera directa y emotiva.

Anónimo (no verificado) | Mié, 14/08/2024 - 18:57

Lindas palabras y reales mientras que en Cuba vivan personas con doble moral no creo que nada baya a cambiar dios quiera que algún día mi país pueda ser libre

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