Alejandro Castro Soto del Valle, nacido en el año 1971, es un hijo de Fidel Castro que, a diferencia de algunos de sus hermanos y otros miembros de la familia, ha mantenido un perfil extremadamente bajo y no ha sido una figura pública en el contexto cubano.
El dictador cubano tuvo cinco hijos fruto de su relación con Dalia Soto del Valle, quien fue su pareja hasta su fallecimiento en 2016, entre ellos Alejandro. Los otros cuatro son Alexis, Antonio, Alexander y Ángel.
Alejandro Castro Soto del Valle, de profesió informático según algunas fuentes, no ha ocupado cargos visibles dentro de las estructuras políticas o militares de Cuba y prácticamente no hay información pública u oficial que detalle su rol o actividades.
Sin embargo, se especula que, como otros miembros de la familia que no han asumido roles públicos, podría estar involucrado en la administración de negocios o en actividades privadas, pero sin participación conocida en la esfera política del país.
En los últimos años su nombre ha salido a relucir en varias ocasiones vinculado a actividades ilegales y casos de corrupción, lo que ha generado más interrogantes sobre su verdadera influencia y el papel que desempeña dentro de la élite cubana.
Vínculos con un empresario rumano corrupto
Según denuncias presentadas por el abogado cubano Sergio Osmín Fernández Palacios, hermano de Julio Antonio Fernández Palacios, actual director general de Prensa, Comunicación e Imagen del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, Alejandro Castro Soto del Valle estuvo vinculado a operaciones irregulares en LABIOFAM S.A. la pasada década, una empresa estatal cubana liderada entonces por su primo José Antonio Fraga Castro, hijo de Ángela Castro.
El grupo empresarial, que se dedica a la producción de medicamentos y productos biológicos, estuvo relacionado con un escándalo de corrupción conocido como el Caso 14.226, presentado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por el mencionado abogado.
A pesar de que la denuncia lleva más de ocho años sin resolución, el documento alega que Alejandro estuvo involucrado en maniobras financieras y de lavado de dinero, utilizando la estructura de LABIOFAM como fachada.
Sergio Osmín Fernández Palacios, quien trabajó como asesor jurídico de LABIOFAM, descubrió en 2015 lo que describió como un “entramado de corrupción y lavado de activos” que implicaba a miembros de la familia Castro, incluyendo a Alejandro.
Sus investigaciones apuntaron a una conexión con el magnate rumano Ovidio Tender, quien estaba siendo procesado en Rumanía por delitos financieros. La trama consistía en lavar dinero de Europa del Este hacia Cuba, presentando como fachada la construcción de una "biofábrica" en Serbia.
Fernández Palacios afirmó que tuvo acceso a fotografías que mostraban reuniones entre Alejandro y Tender en la embajada cubana en Rumanía, aprovechando la inmunidad diplomática para evitar sospechas.
Relación con presunto narcotráfico cubanoamericano
Esta semana una investigación de Diario de Cuba reveló que Alejandro Castro Soto del Valle fue mencionado en un juicio relacionado con el presunto narcotraficante cubano Enrique Anicio Artiles Mata, detenido en Estados Unidos.
En el juicio realizado en el año 2015 en Cienfuegos varios testigos señalaron los vínculos de Artiles con Alejandro Castro, aunque el tribunal evitó profundizar en estas conexiones, reforzando así la percepción de que Alejandro es una figura intocable, protegida por su estatus y conexiones familiares.
En los últimos tiempos también se ha rumoreado que Castro Soto del Valle viaja con frecuencia a España para realizar negocios con empresarios locales evadiendo así las sanciones impuestas por Estados Unidos. Sus conexiones con magnates extranjeros y el uso de la inmunidad diplomática para actividades sospechosas evidencian la opacidad con la que opera la familia Castro y la cúpula de poder cubano.
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