Walnier Luis Aguilar Rivera es un manifestante de las protestas del pasado 11 de julio que enfrenta una condena de 23 años de cárcel, a pesar de padecer una discapacidad intelectual. Esta semana el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) denunció ante el Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de la ONU las arbitrariedades en el caso judicial del joven de 21 años de edad, quien permanece recluido en la prisión de máxima seguridad y severidad de Combinado del Este, en La Habana.
“La denegación de una prueba médico/psiquiátrico forense en la fase investigativa y judicial, certificaba la predisposición a condenarle”, manifestó el OCDH.
Acusado de “sedición”, como otras catorce personas del barrio habanero de La Güinera, Aguilar Rivera fue víctima de desaparición forzosa durante siete días, tras su arresto el 20 de julio. Primeramente fue confinado con presos comunes y se le negó todo contacto con familiares, abogados o asistencia médica.
“La figura delictiva de sedición está escogida para sembrar terror en la población cubana: prevé condenas que oscilan entre los 10 y 20 años de cárcel, o la posible pena de muerte. La imputación, juzgamiento y probable condena por sedición forma parte esencial del patrón represivo ejemplarizante que se ha diseñado contra jóvenes que no han cejado en el deseo de seguir exigiendo derechos y libertades, y Walnier Luis es víctima del plan”, argumentó el Observatorio.
La propia ONG compartió un video en redes sociales en el que habla el padre del acusado, Wilber Aguilera, quien declara haber presentado todos los documentos de la enfermedad de su hijo sin resultado alguno.
“No me hicieron caso, hablé con el fiscal, lo están condenando como si hubiera asesinado a alguien. No me dan el derecho de tan siquiera saludarlo. Apartado. Mal trato. A los abogados no los dejan hablar. Mi abogado se fue a expresar sobre la enfermedad de mi hijo, para debatirle al perito, y no le aceptaron a mi abogado que reclamara que había que hacerle un test neurológico, y evaluar la historia clínica por el psiquiatra que lo ha evaluado desde niño”, dijo el padre.
El juicio contra Walnier Luis transcurrió entre los días 20 y 21 de diciembre pasados, y en registros del grupo Justicia 11J aparece un Informe Pericial Psiquiátrico donde se dice que el joven “posee un retraso mental ligero (no enajenado) y que funciona con facultad para comprender el alcance de sus actos y dirigir su conducta y no hay otro indicio de que fuera otro su estado mental en el periodo de tiempo de ocurrencia del delito que se le imputa”.
Sin embargo, OCDH analizó la historia clínica del joven, la cual “evidencia que ha requerido desde niño tratamiento especial por psiquiatría. Especialistas del estatal Centro de Diagnóstico y Orientación certificaron desde 2014 que era un niño y adolescente con necesidades educativas especiales, por padecer de discapacidad intelectual (retraso mental, según la terminología utilizada en Cuba)”.
Además, “el examen psiquiátrico practicado entonces al paciente refiere que estudió en una 'escuela especial' desde la adolescencia, evaluado con diagnóstico de retraso mental, trastorno del aprendizaje y de la conducta, y está medicado permanentemente. En 2018, la Comisión de Reclutamiento Militar de La Habana, compuesta por un equipo médico/forense, entre ellos especialistas en psiquiatría, determinó su exención del Servicio Militar por 'funcionamiento intelectual limítrofe' y ser un 'sujeto no apto' para asumir obligaciones naturales o cotidianas”.
“Están tocando la parte más sensible del pueblo, que son sus hijos, sus hijos. Están avasallando al pueblo. Tienen que parar. El pueblo está sufriendo, todas las madres están sufriendo. Mi hijo tiene hermanos. Mi hijo tiene mamá. Mi hijo tiene sobrino. Mi hijo tiene primo. Mi hijo tiene tía. Mi hijo tiene dos niñas chiquiticas. Y lo tienen preso. Preso. La sentencia no baja desde cuándo... Todo es un abuso”, lamentó en otro video el padre del acusado.
Para la activista Salomé García Bacallao, los casos de sedición de La Güinera se deben a que estos presenciaron el asesinato del manifestante Diubis Laurencio Tejeda, único muerto reportado en el 11J. Mientras que a Walnier Luis y otros “los condenan a pasar más años de los que han vivido”, el subteniente de la policía cubana Yoennis Pelegrín Hernández, autor del disparo mortal y de heridas a varios manifestantes, aún no tiene una fecha prevista para su enjuiciamiento ni petición fiscal por parte de la Fiscalía Militar.