Los dos conciertos de la cantante Norah Jones en Cuba, cuyos precios oscilaban entre los 3 mil y los 8 mil dólares estadounidenses, parecen haber sido cancelados. El diario norteamericano Miami Herald dio a conocer que el Grand Aston, hotel habanero en el que se hospedaría Norah Jones y sus fanáticos capaces de pagar por ello, pertenece a los militares cubanos.
La compañía encargada de organizar el evento para febrero de 2024, Dreamcatcher Events LLC eliminó el sitio web de reservas creado específicamente para este caso y borró las referencias a los conciertos de sus cuentas en redes sociales. Asimismo, tampoco es posible encontrar ninguna referencia al "Norah Jones vive en La Habana" en las redes de la cantante.
El Grupo de Turismo Gaviota S.A. aparece en la Lista Restringida de Cuba del Departamento de Estado (DOS, por sus siglas en inglés), ya que GAESA es su propietario, conglomerado militar dueño de la mayoría de empresas "estatales" cubanas. El DOS presentó dicho listado en 2017, con el objetivo de prohibir transacciones con entidades cubanas que estuviesen relacionadas con el aparato militar de la Isla. Aun así, una portavoz del DOS dijo que la última actualización de la lista ocurrió el 8 de enero de 2021
De esta forma, el Hotel Grand Aston, inaugurado en marzo de 2022, no se menciona en el listado, siendo entonces legal para los estadounidenses efectuar aquí una reservación, según lo estipulado por el DOS.
La reacción de la sociedad civil cubana
En respuesta a todo esto y habiendo hecho referencia explícita a las críticas de activistas cubanos con respecto al viaje de Jones, el senador republicano de la Florida Marco Rubio le pidió a Antony Blinken, secretario de Estado, que pusiera al día cuanto antes esta lista, con el fin de incluir “los nuevos hoteles e instalaciones abiertos desde enero de 2021".
Así, sin que haya todavía (a 29 de noviembre) un pronunciamiento oficial por parte de la cantante o de su entorno, resulta imposible acceder o encontrar en sitios oficiales cualquier información sobre la celebración de este evento. La estancia de Jones en La Habana incluía una clase "magistral" en el Instituto Superior de Arte (ISA) y varios recorridos a lugares "históricos" de la ciudad.
Por su parte, la sociedad civil cubana se hizo notar en la Web. La artista cubana Lía Villares lanzó una petición online para que Norah Jones suspendiera sus conciertos en La Habana, la cual puede ser encontrada y firmada en la plataforma Change.org, el sitio más grande del mundo destinado a este tipo de movilización.
Por su parte, el escritor Luis Cino comentó en Cubanet que los conciertos de Norah Jones constituyen “otra treta de los mafiosos de GAESA [Grupo de Administración Empresarial, SA] para atraer turistas y vaciarles los bolsillos, como en el Santa María Music Fest”.