Descendí hasta lo más profundo
en las tibias aguas de la sombra.
Era un jardín de ojos florecido
con sinuosos pinos durmientes
y llamas de corales que ardían.
En el umbral estaba el Ladrón
que invocaba al destino
y entre sus manos mi cabeza
de ilusa medusa decapitada
sangrando en un plato.
Esperanzado el cuerpo
que, sin entender, sonreía,
buscaba a tientas su cabeza
y, al encontrarla, con gozo
se la encajó de nuevo.
En el espejo de fluidas aguas
me vi osada mujer errante
que se corona a sí misma.
Y ahora finalmente entera
te cuento esta historia feliz
de la cabeza recobrada
en el jardín prodigioso.
Publicado originalmente en la antología Más allá del miedo es mi casa “Mujeres poetas contra la violencia” (Ediciones Deslinde, Madrid, 2021).