No soy un cuerpo.
Soy la caza fiera,
aquella nave
y la memoria partida
del origen más allá
del origen.
Me cortaron la lengua
me desgarraron el sexo
mis pechos de leche
y el placer del placer
me fueron secuestrados.
Cerraron la cueva húmeda
donde hacia mí volvía.
Me dejaron vestida.
Discursante pero muda,
vacía.
Ay de mi olor de fiera.
Ay de mi pelo furioso.
Ay de mis labios profundos.
Ay de mi vientre henchido.
Soy un camino dilacerado,
sangrante.
Soy las aguas que corren,
la simiente sin nombre
y la libertad de un día.
Soy mi cuerpo veloz,
con todos los colores
engalanado
y la mirada absoluta.
Soy la esposa del trueno,
la guerrera justa.
Soy el viento fulminante.
Contra mí nada puede:
más allá del miedo
es mi casa.
Tendido está mi lecho
de turbulentas aguas.
Y entre mis piernas
el placer es un río.
Nací en una isla
y a ella volví dividida.
Soy dueña de los muertos
aunque mi lugar es la vida.
Arrasante y arrasada,
traigo la renovación sin fin.
Soy la tempestad y la armonía.
Soy el camino inconcluso,
la memoria abierta
y la libertad de un día.
Publicado originalmente en la antología Más allá del miedo es mi casa “Mujeres poetas contra la violencia” (Ediciones Deslinde, Madrid, 2021).