Aunque no son popularmente conocidos como en otros países del mundo, el perturbador fenómeno de los asesinos seriales también se ha dado en Cuba, donde hay casos documentados desde inicios del siglo XIX hasta el propio XXI.
También han sido varios los cubanos que han cometido series de crímenes que los convierten en asesinos seriales en otros lugares del mundo, principalmente en EEUU, donde más de uno ha sido condenado a “pena de muerte”.
Pese a que la Isla no es conocida por tener altas tasas de violencia y criminalidad, el fenómeno de los asesinos seriales se da por diversos factores, y no necesariamente va aparejado a las estadísticas generales del país.
Uno de los elementos que ha influido en el desconocimiento popular sobre los asesinatos en serie en Cuba y los casos de cubanos que han cometido estas series de crímenes en el exterior es el control absoluto de los medios de difusión por el régimen cubano, el cual aplica censura a todas estas noticias.
¿En qué países ha habido más casos de asesinatos en serie?
No existe un dato oficial del país con mayor cantidad de asesinatos en serie, pues no se contabilizan esta cifra de forma global, pero consultando diversas fuentes se puede concluir cuales son algunos de los que más han sido afectados por este tipo de criminales.
Parece haber un consenso en que el país donde más casos de asesinatos en serie han tenido lugar es Estados Unidos, donde, según Wikipedia, ocurren el 70% de este tipo de crímenes en el mundo.
En total, han sido documentados 3.204 asesinos en serie en el país norteamericano, donde se conocen casos como el de Ted Bundy, Charles Mason, John Wayne Gacy y Jeffrey Dahmer, muchos de estos recogidos por el cine, la literatura y la cultura popular.
En segundo lugar, podría encontrarse, muy por debajo del primero, Inglaterra, donde se han registrado un total de 166 asesinos en serie, siendo Jack el Destripador el más famoso de todos ellos.
El tercer país con mayor cantidad de asesinatos en serie sería Sudáfrica, donde se han documentado 117 de estos criminales. Tal vez el más conocido fue el de Johannes Mashiane, conocido como La Bestia de Arreridgeville, quien violó y asesinó a 13 personas antes de suicidarse.
Aunque en Cuba no hay una cifra documentada de asesinos en serie, en Árbol Invertido te contamos cuales son los cinco casos más conocidos:
Jesús Aguilera
El cubano Jesús Aguilera llegó a Estados Unidos a inicios de 1980 en lo que se conoció como el “Éxodo del Mariel”, y según las investigaciones posteriores de las autoridades estadounidenses, este era un hombre considerado “peligroso” en la Isla, pues fue escoltado por agentes policiales hasta la embarcación que lo llevó al país norteamericano.
Tras llegar a EEUU, Aguilera pasó varios meses en un centro de detención de refugiados en Fort Chafee, Arkansas, hasta que fue liberado y se reunió con un hermano suyo que residía en Nueva York, ciudad donde cometería sus crímenes.
El primero de ellos fue en el verano de 1981, cuando asesinó a un joven de 30 años llamado Guillermo Graniela, al cual ató con una cuerda alrededor del cuello y le enterró un destornillador atravesando el nudo de esta.
Cuando no había pasado un mes aún, el 17 de septiembre, Aguilera asesinó a una chica de 24 años llamada Josefina Cepeda, a la cual engañó prometiéndole que le vendería unos pantalones, y una vez la llevó a un lugar oculto la estranguló con un alambre.
Curiosamente, el asesino cubano había sido denunciado en el mes de agosto, antes de que cometiera el primer crimen, por una mujer con la que luego de tener relaciones sexuales la amarró para violarla y le robó.
En esa ocasión la víctima lo denunció y fue capturado por la policía, pero por razones desconocidas fue puesto en libertad pocos días después.
Las autoridades estadounidenses lograron capturar a Aguilera a finales del mismo año 1981 gracias a los testimonios de otras dos personas a las que agredió con intención de matarlas, pero consiguieron escapar.
Más de 30 años después, concretamente en el 2015, Aguilera reconoció haber cometido también el asesinato de una mujer llamada Tolila Brown también en 1981, pues aparecieron muestras de ADN suyo en las uñas de la víctima, a la que asesinó usando un pañuelo apretado con un cincel.
También se sospecha que fue el asesino de Janet Agosto, una joven de 30 años que apareció estrangulada a finales de noviembre de 1981, y en cuyo edificio se encontraron las huellas dactilares de Aguilera.
Aguilera debería estar en prisión cumpliendo una condena de dos cadenas perpetuas y 15 años de privación de libertad. No obstante, un artículo publicado en la revista Cubalite indicó que no aparece en los registros del Buró Federal de Prisiones, por lo que cabe la duda de que no esté preso actualmente.
El Manco Rondán
La historia del Manco Rondán es recordada todavía en la provincia de Holguín, especialmente en el poblado de Auras, donde vivió a inicios del siglo XIX este criminal e hizo fortuna de una forma escalofriante.
Francisco Rondán Rodríguez, apodado “el Manco”, era dueño de una posada a la que llamaba Casa Larga, pero lo que nadie sabía era que el edificio estaba conectado a un sótano, un pozo y una habitación mediante túneles subterráneos.
Según recogieron los historiadores, Rondán invitaba a dormir en su posada a cuanta persona adinerada pasara por el pueblo, y una vez allí, los invitaba a jugar a las cartas por dinero en una habitación secreta que contaba con una trampa.
La peor suerte la corrían quienes le ganaban las partidas, pues en esos casos activaba la trampa y estos caían al pozo, donde con la complicidad de el barbero del pueblo, les quitaba la vida y les robaba todos sus bienes.
Se cuenta que de esta forma el asesino en serie fue acrecentando su fortuna, la cual invirtió en el tráfico de esclavos. Fue justo por una pelea relacionada con estos negocios que perdió un brazo, por lo que le quedó el apodo.
No se conocen los motivos de su muerte, pero por la falta de información en la prensa de la época, todo indica que fueron causas naturales. Luego de ello su casa pasó a ser propiedad de diferentes familias de la zona, que fallaban una tras otra en sus intentos por sellar el macabro pozo.
Willy Suárez Maceo
El cubano Willy Suárez Maceo, un joven dedicado al negocio de Bienes y Raíces en la Florida, apareció de forma sorpresiva en las noticias de Estados Unidos a principios de 2022 luego de que la policía estadounidense lo señalara como el “asesino en serie” de personas que vivían en las calles de la ciudad de Miami.
De acuerdo con la investigación policial, Suárez Maceo disparó contra una persona que vivía en la calle cerca del centro de la ciudad en la noche del 21 de diciembre de 2021, pero no le causó heridas mortales. No obstante, horas más tarde se bajó de su auto en la localidad de Wynwood, donde mató de un disparo a otro hombre que vivía en la calle.
Luego de identificar al cubano como autor del asesinato, los agentes policiales descubrieron que el arma de fuego encontrada en su vehículo correspondía con la utilizada en los ataques tras realizar una prueba de balística.
Posteriormente, gracias a imágenes de vigilancia, los investigadores encontraron un parecido muy grande entre Suárez Maceo y el autor del asesinato a otro ciudadano que vivía en las calles de Miami durante la madrugada del 16 de octubre del 2021, caso por el que también fue acusado de asesinato.
Finalmente, la fiscalía estadounidense lo acusó del asesinato de dos personas y del intento de asesinato de una tercera. Desde febrero de 2022, cuando la prensa estadounidense publicó los cargos que enfrentaría, no se volvió a tener noticias del caso, por lo que se desconoce si ya fue condenado y se encuentra en prisión.
Sergio Antonio Duarte Scull y Carlos Rafael Peláez Prieto
Los cubanos Sergio Antonio Duarte Scull y Carlos Rafael Peláez Prieto confesaron haber cometido el asesinato de cuatro turistas, dos de ellos italianos, uno alemán y otro canadiense, tras ser capturados en el año 1999.
De acuerdo con los reportes de prensa de la época, la detención de los dos criminales tuvo lugar tras la investigación policial del asesinato de los turistas italianos Fabio Usubelli, de 31 años, y Michele Niccolai, de 30, encontrados muertos con un tiro en la nuca en los alrededores de la playa de Guanabo.
Los criminales fueron capturados gracias al testimonio y retrato robot realizado por un turista español al que asaltaron en la misma zona de Guabano, pero cuando lo intentaron asesinar disparándole con un arma no lo consiguieron porque esta no funcionó.
Tras la captura de los criminales, confesaron ser los autores del asesinato de una ciudadana alemana en noviembre de 1997 y de un canadiense de origen iraní ese mismo año.
Ambos fueron condenados al pelotón de fusilamiento en un juicio que se desarrolló en el mismo año 1999. Los últimos reportes de la prensa hablan de que tenían derecho a apelación. Se desconoce si finalmente fueron ejecutados o si les conmutaron la sentencia.
Carlos Rojas y Pedro Martínez
Tras la aparición de un cuerpo mutilado en un latón de basura en el poblado Los Cocos, en el municipio habanero de Boyeros, las autoridades cubanas iniciaron una investigación que terminaría destapando varios crímenes cometidos por dos vecinos de la localidad de Santiago de las Vegas llamados Carlos Rojas y Pedro Martínez.
Tras identificar el cadáver hallado en la basura, los agentes policiales recibieron la información de que habían visto a este con Carlos Rojas durante el día de su desaparición, lo que coincidía con que Rojas por esos días estuvo limpiando en repetidas ocasiones su vivienda.
Siguiendo esta pista, los investigadores registraron la vivienda del sospechoso, donde encontraron tanto pertenencias robadas a la víctima, así como muestras de sangre que no se correspondían con la del fallecido.
Atrapado por las evidencias, Rojas decidió confesar que había sido el autor del asesinato del cuerpo encontrado en la basura con la complicidad de Pedro Martínez, alias “el Bemba”.
El móvil del crimen había sido el robo, y según confesaron los autores, mientras Rojas conversaba con las víctimas Martínez los golpeaba por la espalda hasta dejarlos inconscientes.
Pero la mayor sorpresa llegó durante la reconstrucción de los hechos, cuando los agentes policiales encontraron tres cadáveres en estado de putrefacción en la fosa de la vivienda de Rojas, con lo que llegaron a cuatro los crímenes cometidos por la pareja de criminales.
Finalmente, los criminales confesaron haber asesinado a una quinta persona, cuyo cadáver habían escondido entre los arbustos del cementerio de la localidad.
Hasta el día de hoy se desconoce la sanción impuesta a estos crimiales, pues debido a la nula cobertura de la prensa cubana al caso, y la ausencia de otros canales de información como es internet en el momento de los sucesos, terminaron en el olvido.