Pocos días antes del inicio de las elecciones municipales en Cuba, fijadas para este domingo, en Árbol Invertido conversamos con el jurista Eloy Viera Cañive sobre sus impresiones. Los comicios serán realizados en medio de una profunda crisis económica y de descontento social en el país.
¿Crees que es posible que cubanos que no respondan al Gobierno se presenten y resulten electos en estas elecciones en Cuba? ¿Por qué?
Yo siempre tuve mis dudas con relación a la posibilidad de que los candidatos de la oposición pudiesen resultar nominados. Hasta hoy se han denunciado presiones por parte de la Seguridad del Estado, que ha impedido en algunos casos que los candidatos opositores lleguen a la Asamblea de Nominación, y otros sean elegidos en dicha Asamblea.
Solo uno de los candidatos en el oriente del país resultó nominado, pero creo que hay escasísimas posibilidades de que sea electo. Entre otras cosas porque el sistema tiene elementos correctivos para cuando se producen este tipo de fenómenos, que se deben a la suerte y no a la legitimidad del sistema.
Eloy Viera: "...en estas elecciones en Cuba hemos tenido la sorpresa de que al menos un candidato opositor haya logrado ser nominado..."
Si reconocemos que la elección o nominación de un candidato opositor forma parte de los propios resortes legítimos del sistema estaríamos reconociendo que el sistema es legítimo, lo cual a mí no me parece.
Yo creo que hay un componente de suerte: quizás falló el mecanismo de control en relación a la persona que fue nominada en el oriente del país. Pero de la nominación a la elección hay buen trecho. Hay elementos correctivos del sistema que impedirían en cualquier caso que la elección se concrete y este o cualquier candidato opositor logre obtener un puesto en la Asamblea Municipal del Poder Popular.
Los elementos correctivos pueden ser varios, desde aquella intervención de 2017 que se filtró, donde Miguel Díaz-Canel dijo que iban a hacer todo lo que estuviera a su alcance para elevar la conciencia en la gente del riesgo que implicaba elegir a un candidato opositor. Y esos mecanismos para elevar el riesgo son diversos.
Van desde decirle a la gente lo que tiene que hacer, hasta incluir, como hicieron en el 2015 con dos candidatos opositores, en sus biografías que son mercenarios y contrarrevolucionarios. Un proceso de discriminación política clarísimo, y de interferencia en el ejercicio del poder electoral.
Por eso te decía, posibilidades de elección para mí son escasas. Ya en estas elecciones en Cuba hemos tenido la sorpresa de que al menos un candidato opositor haya logrado ser nominado.
Elecciones en Cuba y la transformación del status quo
¿Que opciones tienen los cubanos que demandan cambios en la Isla ante unas elecciones en Cuba donde los candidatos solo representan al status quo?
Esta es una vieja discusión que se ha tenido no solo en Cuba, sino también en otros estados totalitarios. Y es si realmente en un estado totalitario, que no responde a las lógicas de un estado de derecho, se pueden lograr transformaciones o modificaciones del poder a partir de vías democráticas, de vías de derecho.
Para mí la respuesta es clara: no hay forma de reformar un estado totalitario por vías democráticas, porque sencillamente las lógicas del poder responden a la fuerza y el sostenimiento del poder por otras vías que no son legítimas o democráticas.
Hay una frase de un politólogo muy famoso que dice que los sistemas electorales son libres siempre y cuando no hayan sido hechos a la medida del poder. En el caso del cubano, con un régimen autoritario monopartidista, está diseñado para perpetuar el poder del Partido Comunista.
Las formas o los mecanismos yo los encuentro todos fuera del sistema electoral. Creo que alguien que espere la transformación del status quo no puede depositar toda su esperanza en un sistema electoral que está controlado de principio a fin por un partido que no quiere competencia.
Por tanto, los mecanismos que quedarían son los que hemos ido explorando hasta hoy. Generar articulaciones, movilizaciones, mecanismos de actuación que reten a la institucionalidad en esos espacios donde a la institucionalidad le cuesta.
Y esos espacios casi todos son públicos, implican movilizar personas, generar resistencias al sistema, lo que no se consigue participando en las estructuras del sistema, sino no participando.
La no participación es el primer paso para generar una fractura entre la ciudadanía y el poder. Esa fractura puede irse ampliando en la medida que más gente decida no participar. La no participación en el totalitarismo es una posición política de oposición, y por eso es la intención constante del poder cubano de incitar a la gente a votar, a participar, para legitimar un sistema que no es competitivo.
La no participación como opción
En su opinión, ¿cuál es la acción más efectiva que podrían realizar los ciudadanos inconformes con el actual Gobierno en unas elecciones en Cuba como estas?
Yo creo que la mejor opción en este minuto está en no participar, por lo que te explicaba anteriormente:
La no participación, el abstencionismo, es una posición política que implica una ruptura con el poder totalitario y la participación popular en unas elecciones en Cuba que no son competitivas, como es el caso de las cubanas.
El 27 de noviembre nos estaremos enfrentando al único espacio medianamente competitivo que tiene la sociedad cubana, porque es donde único la gente puede votar por dos candidatos para un único puesto. Por eso digo competitivo, no porque esté creyendo que esa competitividad sea libre o legítima.
"En un sistema totalitario como el cubano las decisiones locales no existen..."
Pero son dos opciones que no definen ningún cambio. En un sistema totalitario como el cubano las decisiones locales no existen, pues las decisiones son centralizadas y la autonomía local, para la cual están diseñados esos órganos que se elegirán, no existe.
Por lo tanto en el único espacio que tiene la gente para elegir a alguien, que es la única persona de todo el sistema que le va a rendir cuentas públicamente. Los delegados de circunscripción son los únicos elegidos en todo el sistema que tienen que responder a la gente en Asambleas de Rendición de Cuentas, lo cual no hace ningún otro funcionario del país. Son, sin embargo, los que menos capacidad de decisión tienen dentro de todo el sistema.
Por lo tanto, para mí, ante una situación como esa, en que una elección no define absolutamente nada, en que no hay ninguna garantía de que tu voto realmente cuente y en donde lo que usa el poder ante la falta de competencia es la participación popular para demostrar apoyo al régimen político, lo más recomendable es la no participación.
Eloy Viera: "la lucha por los símbolos ha estado siempre"
El Gobierno cubano fijó la fecha del 27 de noviembre para estas elecciones municipales. ¿Cree que estén intentando resignificar la fecha en que cientos de cubanos se plantaron frente al MINCULT el pasado año?
Yo he escuchado mucho esa teoría y la miro con recelo. Yo creo que la lucha por los símbolos desde hace mucho tiempo ha sido parte importante del imaginario político cubano, y sobre todo del que se construye desde el poder. Siempre ha habido un intento de tomar para sí fechas, o de resignificar fechas históricas por parte del poder.
En esta ocasión no creo que haya un ejercicio consciente de resignificar el 27 de noviembre, más bien creo que es producto de una casualidad extrema. Y lo digo sinceramente porque no creo que sean tontos los que definen una fecha como esta para las elecciones, y saben que hay un capital político que no podrán resignificar nunca.
Creo que un proceso electoral que ha demostrado que cada vez pierde más apoyo, pues el abstencionismo en las elecciones cubanas ha sido creciente cada vez. Por tanto, ellos saben que han perdido espacios en el uso del sistema electoral, no sería el indicado para acabar con una fecha que fue de las más autónomas y perecederas de la lucha de la sociedad civil en los últimos tiempos.
Creo que la elección de la fecha es una casualidad porque las últimas elecciones municipales que se celebraron en Cuba antes de estas fueron el 26 de noviembre de 2017, sencillamente porque caía domingo. Se escogen normalmente los últimos domingos de noviembre o los primeros de diciembre.
En esa ocasión recuerdo que Alina Balseiro, Presidenta del Consejo Electoral Nacional, dijo que había que ir a votar para recordar el 25 de noviembre, cuando se cumplía el primer aniversario de la muerte de Fidel Castro, y había que darle un reconocimiento al comandante por haber sido el artífice del sistema electoral cubano. Con eso te quiero decir que la lucha por los símbolos ha estado siempre.
El abstencionismo, ¿una tendencia irreversible?
En los últimos procesos electorales cubanos se ha visto la disminución de la participación y el aumento del abstencionismo. ¿Cree que se mantendrá esta tendencia en las elecciones del 27N?
El abstencionismo ha sido tendencia en los últimos tiempos. Entre el 2010 y el 2015 los procesos electorales en Cuba tuvieron como un 95% de participación. A partir de entonces la participación comenzó a disminuir, y pasaron a ser de un 90%, y luego de un 85%, tanto en las elecciones municipales como generales.
También se produjo una tendencia un tiempo donde la participación en las municipales era mayor que en las generales. Digamos que había un componente de identificación barrial ahí, donde se vota por un vecino que conoces. Pero esa tendencia se fue equiparando hasta tener un 15% de abstencionismo, lo que se amplió con el reciente referéndum del Código de las Familias, con un 25% de abstencionismo, un récord en Cuba desde 1959.
Eso sí es un indicativo de que podemos esperar de este proceso una abstención muy elevada. Tampoco hay que descartar que esos números sean manejados. El registro electoral cubano se confecciona a partir de reportes de los Comités de Defensa de la Revolución y del Ministerio del Interior.
"...hay un componente de la emigración cubana que puede utilizarse siempre para maquillar los resultados en cuanto a participación en las elecciones en Cuba"
Es un registro electoral que se establece también sobre la base de una categoría que se introdujo después de la Ley Electoral de 2019, que es la residencia efectiva. Por tanto, la residencia efectiva establece que ya no solo para estar en el registro de electores tienes que tener la residencia legal en el país, sino que tienes que tener la voluntad manifiesta de estar en el territorio nacional en el momento de realizarse las elecciones.
Eso abre un espacio de discrecionalidad importantísimo. Los oficiales que conforman ese registro electoral pueden definir quienes se incluyen definitivamente o no, y el número final del padrón electoral influirá en el porciento de abstencionismo.
No descarto la posibilidad de que, no es que hagan fraude (porque no son elecciones con opciones, da igual quién tenga más votos para querer sumarle o restarle a un candidato), pero sí pueden manipular los números de participación a través del registro electoral y del uso de la residencia efectiva para discriminar en el padrón electoral.
En el último año han salido cerca de 225 mil cubanos solo hacia Estados Unidos y no podemos calcular los que lo han hecho hacia otros países. Por lo tanto, también hay un componente de la emigración cubana que puede utilizarse siempre para maquillar los resultados en cuanto a participación en las elecciones en Cuba.
No obstante, incluso con esos resortes, creo que el abstencionismo es una tendencia irreversible. Porque además de eso hay que sumar la crisis generalizada que vive el país y los últimos años, que han sido de una fractura constante con el poder, con casos como el del 11 de julio y este 2022 donde las protestas populares por los apagones no han mermado, lo que repercute también en un posicionamiento político de la gente.
Para que se tenga una idea y con esto termino, una de las causas fundamentales que ha sido reconocida por el Consejo Nacional Electoral y publicada en la prensa, de suspensión de las Asambleas de Nominación de Candidatos, ha sido la falta de asistencia de la gente y los apagones.
Eso está en el centro mismo del posicionamiento político de los cubanos, que están viviendo una crisis generalizada que los ha llevado a tomar posiciones con relación a quien entienden como responsable principal de esa crisis, que es el estado cubano, el Gobierno, y el Partido Comunista.
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